La ayuda de Beijing a las estatales chinas exacerba el exceso global
Las empresas siguen invirtiendo en la producción de acero, aluminio y otros materiales
A pesar de haber prometido durante años que reducirá su exceso de capacidad industrial, China está redoblando sus es-fuerzos para mantener a flote fábricas no rentables, agravando la sobreoferta de materiales básicos que inunda la economía global.
La sobreproducción china de acero, aluminio, diésel y otros bienes industriales ha empujado los precios a la baja y perjudicado a sus competidores, contribuyendo a la pérdida de miles de empleos en Estados Unidos y otros países.
La persistente asistencia del gobierno chino a las fábricas ha desatado asimismo un brusco aumento de las disputas comerciales y el sentimiento proteccionista, especialmente en EE.UU., donde el comercio se ha convertido en uno de los temas candentes de la campaña electoral.
De acuerdo con un análisis de The Wall Street Journal de empresas chinas que cotizan en bolsa, Beijing dedica miles de millones de dólares a otorgar ayuda en efectivo, subsidios de electricidad y otros beneficios a sus productores de acero, carbón, paneles solares y productores de bienes como cobre y químicos.
Uno de los beneficiarios, Aluminum Corp. of China, o Chalco, anunció en octubre el cierre de una fundición en la provincia de Gansu que procesaba 500.000 toneladas al año. Los ejecutivos anticiparon miles de despidos.
No obstante, el gobierno de Gansu, según los empleados, redujo en 30% la factura eléctrica de la planta, la que la salvó.
En Europa, los trabajadores han protestado contra las importaciones de acero chino. Australia ha investigado el presunto dumping de paneles solares, acero y otros productos chinos, e India ha aumentado sus aranceles a las importaciones de acero tras una oleada de importaciones baratas de China.
En los primeros tres meses del año, EE.UU. inició siete investigaciones sobre supuestas prácticas de dumping o subsidios estatales a mercancías chinas, la mayor cifra trimestral al menos desde 2003, según el gobierno estadounidense.
Este año, el Departamento de Comercio de EE.UU. impuso aranceles de 266% al acero laminado en frío de China, después de que U.S. Steel Corp. atribuyera a Beijing una pérdida de US$1.500 millones el año pasado, el cierre de su último alto horno en el sur del país y miles de despidos.
A finales del mes pasado, U.S. Steel presentó una queja contra China en la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU. acusándola de manipulación de precios, transbordo a través de terceros países para eludir aranceles y ciberespionaje tecnológico. El Ministerio de Comercio de China, que ha instado a las autoridades de EE.UU. a rechazar la queja, dijo que las acusaciones de violación de la propiedad intelectual carecen de "fundamento en los hechos".
China niega hacer dumping (vender un producto por debajo de su costo con el fin de ganar cuota de mercado), y pide a EE.UU. y la Unión Europea que revisen sus políticas proteccionistas. Añade que ha clausurado plantas y pretende seguir haciéndolo y que despedirá hasta 1,8 millones de trabajadores del acero y del carbón.
Una forma de determinar cuánto apoyo Beijing brinda a sus empresas es examinar la declaración de subvenciones en las presentaciones que las compañías deben hacer a las dos principales bolsas de valores del país, en Shanghai y Shenzhen.
The Wall Street Journal analizó los documentos de cerca de 3.000 empresas chinas en 2015, según las cuales la ayuda del gobierno se elevó el año pasado a más de 119.000 millones de yuanes, o más de US$18.000 millones, en comparación con cerca de 92.000 millones de yuanes en 2014.
Los subsidios reportados aumentaron aproximadamente 50% desde 2013, según el proveedor de datos Shanghai Wind Information Co. Otros países, incluyendo EE.UU., ofrecen un apoyo sustancial a sectores en problemas.
Los expertos dicen que China es menos transparente acerca de sus subvenciones y más inclinada a utilizarlas para promover exportaciones. El gobierno ha reiterado que cerrará fábricas innecesarias, pero no ha cumplido su promesa.
La necesidad de reducir la capacidad en China ha sido evidente desde hace bastante tiempo. Más del 40% de las principales siderúrgicas arrojaron pérdidas en el primer semestre de 2015, según la Asociación de Hierro y Acero de China.
El Ministerio de Industria y Tecnología de la Información, que supervisa la siderurgia, dijo a The Wall Street Journal en 2014 que las autoridades estaban "en el proceso de implementar" las reducciones de capacidad.
La producción de acero crudo de China cayó 2% interanual en 2015 a cerca de 804 millones de toneladas. De todos modos, expertos estiman que otros 200 millones de toneladas, alrededor del 25% de la producción de acero chino, deberían ser eliminadas para restaurar el equilibrio del mercado. El año pasado, las exportaciones de acero chino crecieron 20% a 112 millones de toneladas, según la oficina de aduanas.
Un informe presentado el año pasado por U.S. Steel Corp., Nucor Corp. y el sindicato United Steelworkers para demandar la imposición de aranceles de importación al acero laminado chino, destaca 44 programas de subvenciones de Beijing. Esto incluye siete programas que les otorgan a las siderúrgicas terrenos, hierro, carbón y energía a muy bajo costo o gratis; ocho que ofrecen préstamos con descuento; 15 de exenciones tributarias y 11 que conceden dinero en forma directa. "Es el conjunto de prácticas que mantienen vivas a estas empresas zombi", dijo Roger Schagrin, abogado de los fabricantes de acero de EE.UU.
Un caso similar es el del combustible diésel, donde las exportaciones chinas aumentaron casi 80% en 2015 respecto de 2014, según datos de aduanas. Dada la débil demanda interna, Beijing eliminó restricciones para que los refinadores privados pudieran exportar combustible.
Las compañías chinas de energía no han realizado grandes despidos. El gigante de refinación China Petroleum & Chemical Corp., o Sinopec, cuya ganancia neta cayó 30% en 2015, dijo a The Wall Street Journal que no ha eliminado empleos desde fines de 2014, cuando los precios del petróleo comenzaron a caer, y que "no tenía ningún plan para futuros despidos". La empresa emplea a unas 351.000 personas.
En 2015, la producción de aluminio de China se elevó a 32 millones de toneladas, el doble que en 2005. Las exportaciones pasaron de 2,6 millones a 6,7 millones de toneladas durante el mismo lapso, un alza que contribuyó a la caída de 40% de los precios mundiales del commodity en los últimos cinco años.
Las tensiones por la pérdida de empleos reflejan frustraciones respecto del incumplimiento de China a las promesas que hizo cuando se integró a la Organización Mundial del Comercio en 2001. Según los datos de la OMC, China representó alrededor del 25% de todas las medidas antidumping reportadas entre 1995 y 2014, más que cualquier otra nación. EE.UU. representó alrededor de 5%.
Kersten Zhang y Yang Jie en Beijing contribuyeron a este artículo.
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