La Argentina “puede pasar a jugar en primera” en materia de energía, afirmó un experto
Al participar del evento de Energía de LA NACION, el consultor Daniel Gerold resaltó el crecimiento de la productividad de Vaca Muerta y vaticinó que en 2025 el sector aportará un superávit de entre US$6000 y 7000 millones
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La Argentina “puede pasar a jugar en primera A” en materia de energía gracias a la productividad en gas y petróleo que está logrando la formación no convencional de Vaca Muerta y el aporte del litio en el norte, resaltó el especialista en el sector Daniel Gerold en el capítulo inaugural de “Energía, la oportunidad latente”, el evento organizado por LA NACION.
Gerold, consultor independiente en Petróleo, Gas y Energía, , realizó un paneo de cómo está la situación energética del país hoy y cuáles son las oportunidades en el mediano y largo plazo, y vaticinó que en 2025 el país puede lograr un superávit de la balanza energética de entre “6000 y 7000 millones de dólares”.
La transición energética, dijo, “junto con el litio y la producción de petróleo y gas natural, basada principalmente en los recursos de Vaca Muerta, nos posiciona en una escala mundial”, subrayó el experto y agregó que la “Argentina puede pasar a jugar en primera A” por la productividad que está mostrando la formación.
Los profesionales argentinos, aplicando los recursos escasos que había, “encontraron una roca” como es Vaca Muerta, de características excepcionales y lograron “tasas de productividad que permiten que suba la producción de petróleo y de gas natural en una forma muy rápida, que va a transformar al país en exportador neto”, describió.
El gobierno hizo “un plan razonable, para la contratación de gas a precios que hoy en el mundo son de los más bajos que existen”, comentó Gerold. También diseñó un plan de expansión de los gasoductos para suplir las menores cantidades que llegan desde Bolivia y otras cuencas argentinas.
El ingeniero destacó que la velocidad a la que aumenta la productividad de los pozos de shale gas en Vaca Muerta hace que los precios a los que se pueda ofertar sean económicos, lo cual permite que baje el costo general de abastecimiento.
“Desde los años 40, la Argentina siempre luchó para ser autosuficiente en el consumo de productos energéticos”, explicó el especialista. La producción de gas local va a permitir sustituir las importaciones por gas mucho más barato. “Eso va a reducir los precios de gas y los costos de generación eléctrica y por lo tanto los ajustes de tarifas van a tener que ser menores”, indicó.
Según las proyecciones del consultor, “el petróleo es lo que se va a exportar, porque la demanda de combustibles en nuestro país va a estar estable cuando la economía vuelva a crecer”. De acuerdo con Gerold, la expansión que vive el sector energético tiene un grado de inversiones que no se veía desde fines de la década de los 80. “Se ha reconstituido la operatividad de un oleoducto que se dirige a Chile, y que está en producción y transporte desde mayo”, añadió.
Esta inversión, dijo, va a incrementar “2,5 veces la capacidad actual del oleoducto que se dirige al Atlántico desde donde se exporta o se envía a las refinerías grandes que existen en la provincia de Buenos Aires”. Sumado a la expansión de la capacidad de transporte, en los próximos meses, “va a comenzar a retomar las tasas de crecimiento de producción de petróleo, de shale oil en Vaca Muerta”.
Respecto de las proyecciones, el especialista observó la progresión de la inversión en el sector energético: después de una contracción muy grande que tuvo lugar en la pandemia, la inversión se ha ido recuperando: “En 2021 casi duplica la del 2020 y en 2022 llega a 9160 millones de dólares”. Agregó que la proyección para el 2023 va a ser récord histórico en la actividad petrolera y gasífera de la Argentina.
“El año pasado, el balance de productos energéticos exportados e importados fue negativo en 4800 millones de dólares”, indicó el consultor. Este año, en cambio, estará cerca de 1000 millones negativos. El año que viene “ya pasa a ser positivo, 2500 millones de dólares” y en el 2025 “pasa a ser positivo entre 6000/7000 millones de dólares”.
Esto va a contribuir a dar flexibilidad a la restricción de disponibilidad de divisas en el Banco Central, concluyó.