La Anses confirmó que el bono será solo para los jubilados del haber mínimo y se profundizan las distorsiones del sistema previsional
El refuerzo de $37.000 será cobrado solo por un grupo de pasivos, pese a que la pérdida de poder adquisitivo afecta a todos; así, se sigue achatando la pirámide de ingresos; desde la AFIP se refirieron a quiénes accederán al reintegro de hasta $18.000 por compras con tarjeta de débito
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La directora ejecutiva de la Anses, Fernanda Raverta, confirmó que el Gobierno dispuso el pago de un bono extraordinario solo para los jubilados y pensionados que cobran el haber mínimo. El refuerzo mensual, que que anunciado ayer por el ministro de Economía y candidato a presidente, Sergio Massa, se cobrará con los ingresos de septiembre, de octubre y de noviembre, será de $37.000, un monto mayor en $10.000 respecto del que se había anunciado, para esos mismos meses, pocos días antes de las PASO, cuando se comunicó que la recomposición de todos los ingresos previsionales será, por aplicación del índice de movilidad, de 23,29%. La decisión de aumentar el importe del refuerzo (el de $27.000 queda reemplazado por el de $37.000) se dio a partir de los efectos inflacionarios de la devaluación, instrumentada, por decisión de Massa, el día después de las elecciones primarias.
La decisión del Gobierno de compensar con un refuerzo solo a un grupo de jubilados, pese a que la pérdida de poder adquisitivo afecta a todos, provoca un agravamiento de las distorsiones que ya se vienen dando en la pirámide de ingresos previsionales, en desmedro de quienes más aportaron al sistema. Desde septiembre de 2022 y hasta el actual mes de agosto, el pago de refuerzos mensuales alcanzó a quienes tienen ingresos de un monto equivalente al haber mínimo multiplicado por dos.
Lo ahora dispuesto implica que muchos jubilados que hasta ahora tenían refuerzo, ya no lo recibirán. Son quienes desde septiembre tendrán haberes superiores al básico y de hasta $174.920, es decir, ingresos que son bajos en relación con el costo de vida. Quienes superan esa cifra, en tanto, seguirán, como en los últimos tiempos, sin recibir compensación por la insuficiencia de los aumentos otorgados según el índice de movilidad para mantener el poder de compra de los ingresos.
Según surge de la estadística publicada por la Secretaría de Seguridad Social, hay más de 3 millones de jubilados y pensionados del sistema contributivo general que cobran más que el haber mínimo. De ellos, algo más de medio millón tendrán en septiembre un ingreso bruto de hasta $124.460 y, entonces, estarían alcanzados por algún complemento para alcanzar esa cifra. Raverta afirmó que de 7,4 millones de personas con prestaciones, 5,1 millones percibirán un bono (esta cifra incluye a quienes cobran pensiones no contributivas).
Para alrededor de 2,5 millones de jubilados y pensionados no habrá pago extra alguno junto con sus haberes. Para saber si se percibirá el adicional, hay que tener en cuenta que, para definir el pago de los refuerzos anteriores, la Anses siempre estableció que el tope de ingresos es por titular y no por beneficio. Es decir, quien cobra dos prestaciones básicas no accedería, si se dispone nuevamente esa condición (es esperable que ello ocurra).
Y, si bien tampoco fue aclarado, se entiende que -en función de lo ocurrido hasta ahora- se abonarán complementos a quienes tienen un haber bruto de hasta $124.460, para que los jubilados con ingresos algo mayores al mínimo no reciban en mano un monto menor del que percibirán quienes tienen el básico. Esa previsión, de todas formas, no evita el achatamiento y la distorsión de la pirámide de ingresos: quien tiene un haber bruto de $130.000 -un 50% más alto que el haber mínimo-, obtenido en función de los aportes hechos durante la vida laboral, cobrará prácticamente lo mismo que alguien que se jubiló con el ingreso básico (muy probablemente, por un plan de moratoria).
Reintegro de montos por compras con tarjeta
Por su parte, el jefe de la AFIP, Carlos Castagneto, afirmó esta tarde que el beneficio de la devolución de una parte de lo abonado con la tarjeta de debito vinculada a la cuenta bancaria en la que se cobra la jubilación, alcanzará a quienes perciben hasta tres veces el haber mínimo. Y, al referirse a esa variable, el funcionario dijo que, con el refuerzo de $37.000 anunciado, el ingreso básico queda en $124.836, con lo cual dio a entender que la condición para acceder al reintegro “de parte del IVA” será tener ingresos no mayores a $374.508 en bruto, por mes.
En rigor, el haber mínimo propiamente dicho será desde septiembre de $87.459.76, según especifica la resolución 189, publicada hoy en el Boletín Oficial, porque el bono de $37.000 no integra el haber, sino que es un adicional que podría dejar de pagarse en algún momento. La medida del reintegro de importes por parte del Estado deberá ser establecida formalmente por una resolución de la AFIP.
Con la letra chica de esa medida se precisará el alcance de la devolución, que será de hasta $18.000 mensuales, en lugar de la cifra de $4056 que ahora rige como tope.
La movilidad, por debajo de la inflación
Días antes de las PASO se comunicó una recomposición, a concretarse en septiembre, de 23,29% para las jubilaciones y pensiones del sistema previsional general de la Anses. Es, en rigor, el reajuste que se deriva de aplicar la fórmula de movilidad establecida por la ley 27.609, que determina que el Estado debe concretar aumentos con frecuencia trimestral. Esas subas van quedando, en los últimos tiempos, muy por debajo de la inflación.
La aplicación del 23,29% lleva a que, desde el inicio de este año, el aumento de haberes acumule un 74,5%, en tanto que se estima que, a septiembre, los precios medidos por el Indec tendrán un avance no menor a 90% y que, a noviembre (mes en que seguirán vigentes los mismos haberes jubilatorios) la inflación acumularía -desde enero- al menos 120%.
Para quienes no reciben bonos mensuales de refuerzo (que son una política continua desde hace un año, surgida de la insuficiencia de la movilidad), la caída del valor de los haberes en términos reales llegó en siete meses (a julio) a 11,7%. Ese es, también, el nivel de pérdida que sufrieron en igual período otras prestaciones, como la AUH o las asignaciones por hijo que percibe un grupo de trabajadores formales y monotributistas (en este último grupo hay quienes, en realidad, tuvieron caídas bastante mayores, de hasta casi 36%, porque dejaron de recibir bonos que cobraban en 2022).
En el período de los primeros siete meses del año, incluso los jubilados de la mínima tuvieron una pérdida de sus ingresos en términos reales, ya que la inflación acumuló un 60,2% y la suba nominal para quienes perciben el haber básico (considerando los refuerzos de cada momento) fue de 46,3%. Eso se traduce en una baja del valor de compra de 8,7%.
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