La Anónima quedó a salvo de las compras de supermercados
La familia Braun no quiere vender; no descartan ampliar su capital en la Bolsa
La semana última fue muy movida para el supermercadismo. Tres operaciones de venta fueron anunciadas. Disco se quedó con Americanos de Córdoba y supermercados González de San Juan y los franceses de Casino compraron el 75% de San Cayetano.
Acto seguido, todas las miradas apuntaron a una de las perlas supermercadistas del país: La Anónima. La cadena tiene una posición de privilegio para cualquier inversor del exterior, ya que es la líder absoluta en toda la Patagonia.
Con una historia de 90 años, La Anónima pertenece a la familia Braun, la misma que es accionista del Banco de Galicia.
"Nuestra voluntad es no vender. Primero por una cuestión sentimental: ya vamos por la cuarta generación en la empresa. Segundo, porque venimos creciendo un 25% por año. No tenemos ninguna necesidad de vender. A mis colegas que vendieron, no los veo felices. Con la plata en el bolsillo, pero sin nada para hacer, yo no sería feliz", dijo a La Nación Federico Braun, presidente y gerente general de La Anónima. A pesar de que todos los grupos se acercaron directa o indirectamente, todavía no recibieron ninguna oferta en firme.
La cadena cuenta con 61 bocas y vendió en 1998 por $ 462 millones, con la rentabilidad más alta del mercado: $ 18 millones, lo que equivale al 4,3% sobre facturación. Para este año, la inversión en nuevas aperturas es de $ 27 millones.
A las inauguraciones de Caleta Olivia, Santa Rosa (La Pampa), Chacabuco y Río Grande, se sumarán un centro de distribución en Mendoza, el noveno local de su otra cadena Best, con presencia en la Capital Federal, y dos sucursales más en la Patagonia, en las localidades de Puerto Deseado y General Roca. "Apuntaremos a ciudades de menos de 100.000 habitantes. En las grandes localidades ya están todos y ahí no competimos", dijo Braun.
El 25% del capital de La Anónima cotiza en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y si las condiciones de mercado mejoran, la idea es abrir más capital. "La lógica indica que lo haremos, pero los mercados desaparecieron. La próxima vez que abramos nuestro capital también lo haremos en el nivel internacional", manifestó Braun.
Entre sus inversores institucionales se destacan las AFJP y distintos fondos de inversión.
La financiación de los próximos proyectos vendrá de una ampliación de una emisión de obligaciones negociables de US$ 50 a US$ 100 millones. También con ese dinero se cancelará el pasivo a corto plazo por US$ 42 millones. Además, Braun reconoce que pidieron la colaboración de los proveedores. "Cambiamos deuda financiera por comercial. Pospusimos nuestros pagos de 50 a 65 días", dijo.
El temor a la competencia de los grandes jugadores internacionales no asusta a La Anónima. Mejoraron logística, bajarán deuda y saben que su conocimiento del mercado argentino es su valor agregado.
La única posibilidad de venta que la empresa considera es la de su cadena de minimercados porteña Best, creada en 1991 como una sociedad con el ex dueño de Norte Alberto Guil. Son 9 locales que no son considerados estratégicos para la firma.
"No le dedicamos ni el tiempo ni los recursos necesarios. Analizamos la alternativa de vender la cadena pero no la queremos regalar. Hay interesados, pero no nos conformaron las ofertas económicas", puntualizó Braun.
División accionaria
- Familia Braun: 73,89 por ciento.
- Acciones en la Bolsa de Comercio: 25%, que se reparte entre varias AFJP (14,93%) e inversores del exterior (8,14%).
- Inversores minoritarios: 3,04 por ciento.
- Principales inversores del exterior: Trust Bank London, Quantum Partners (de George Soros), Stiftung Fur Mutter, Banco Francés, Bank Hofmann, The Bank of New York, Schroeder Latin America, Santander Investments.