La abdicación del rey de los bonos
La salida de Bill Gross de Pimco ya está causando grandes movimientos de capital en los fondos de renta fija
El reinado de Bill Gross como uno de los mejores gestores de fondos del mundo duró varias décadas, pero empezó por accidente y a causa de un accidente.
Mientras se recuperaba en la cama de un hospital de la Universidad de Duke después de un accidente de auto en 1966, Gross estudió un libro acerca del conteo de cartas. Una vez recuperado, se dirigió a Las Vegas y convirtió una inversión de US$200 en US$10.000 jugando al blackjack.
"Quería demostrar que podía ganarle al sistema", manifestó más adelante en una entrevista con The Wall Street Journal. "Pensé qué podía hacer que requiriera las mismas destrezas. Me di cuenta de que era la inversión".
Casi medio siglo después de fundar Pacific Investment Management Co. y transformar la firma en la mayor administradora de renta fija del mundo, Gross tiene otra oportunidad para demostrar su valor.
El inversionista de 70 años dejó atónito a Wall Street al renunciar el viernes a Pimco, después de meses de tensiones con sus colegas y grandes retiros de capital del fondo insignia de la compañía, Pimco Total Return Fund.
Gross fue contratado por un rival mucho más pequeño, Janus Capital Group Inc., que apuesta a que su legendario historial de inversiones y sus destrezas persuadan a muchos para que saquen capital de Pimco y otras firmas para llevarlo a Janus.
Los movimientos no se hicieron esperar. Desde el viernes, cerca de US$10.000 millones fueron retirados de Pimco, según una persona al tanto, una señal de cuán rápido se está reconfigurando el panorama de la inversión en bonos tras la salida de Gross.
Y la firma de inversión anticipa más retiros. Ejecutivos al interior del fondo con sede de Newport Beach, en el estado de California, proyectan una pérdida de al menos US$100.000 millones en activos debido a retiros de capital, dijo la fuente. Y analistas externos proyectan un monto más alto.
La salida de US$100.000 millones, más activos que los que tienen muchos fondos de inversión, podría sacudir algunas partes del mercado de bonos con actividad de corretaje limitada, señalan expertos, a medida que Pimco venda activos para cumplir con los reembolsos de los inversionistas y otros gestores pongan el dinero nuevo a trabajar.
"Hay una buena probabilidad de que Pimco pierda su posición dominante como gestor de renta fija", afirma Gary Pollack, quien ayuda a supervisar US$12.000 millones como director de operaciones de renta fija en Nueva York de la división de gestión de patrimonio de Deutsche Bank AG, cuya unidad de gestión de activos compite con Pimco.
Buena intuición
Gross se ganó el apodo de "rey de los bonos" por su habilidad para anticipar la dirección de las tasas de interés mucho antes que el resto. Además, forjó en Pimco una cultura basada en su estilo de trabajo más informal antes de que esto se pusiera de moda en Wall Street.
Mientras el dinero llegaba a Pimco desde fondos de pensiones, fondos soberanos e inversionistas particulares de toda clase, Gross se aferró a su imagen de gestor informal que era fanático de hacer yoga y de coleccionar estampillas.
Una apuesta a la caída de las tasas de interés de largo plazo fue muy exitosa en 1995. Cinco años después, sacudió el mercado de deuda al desprenderse de valores hipotecarios y comprar bonos del Tesoro estadounidense. Sus estrategias fueron copiadas en Wall Street. "Cuando se confirmaba que Bill Gross lo estaba haciendo, todos parecían revisar sus portafolios (…) y reconsiderar sus asignaciones", dijo un gestor de fondos a The Wall Street Journal en 1996, luego de que Gross invirtió US$2.000 millones en bonos del Tesoro.
También reconocía sus equivocaciones. Predijo muy pronto que la Reserva Federal de Estados Unidos se disponía a bajar las tasas de interés para combatir la desaceleración del mercado inmobiliario, una decisión que pagó caro en 2006 cuando las tasas siguieron altas. Gross reconoció que se trató de un "gran error".
Mientras otros gestores gastaban grandes sumas para promocionar sus fondos, Gross ha sido una presencia permanente en las pantallas de televisión de los canales de negocios durante más de dos décadas, lo que contribuyó a difundir el nombre de Pimco.
Sus comentarios coloridos y algo extravagantes sobre el a veces aburrido mundo de la renta fija lo convirtieron en un favorito de los periodistas y los inversionistas.
"Dejamos atrás los rápidos y pasamos por la cascada", les dijo a los clientes después de un auge en los precios de los bonos de mayor riesgo en 1993. En 2007, comparó las generosas calificaciones de crédito otorgadas a los bonos con "tacos de prostituta de seis pulgadas y ponerle un sello oficial a una trampa".
No obstante, tales peculiaridades de su personalidad iban de la mano de un espíritu competitivo y Gross, que fue oficial de la armada en la guerra de Vietnam, en ocasiones mostraba su mal genio. Regañaba a sus empleados y tuvo discusiones con quien era considerado el principal candidato para sucederlo, Mohamed El- Erian, quien renunció en enero.
Gross, quien estaba a punto de ser despedido de Pimco antes de presentar su dimisión, dijo en un comunicado divulgado el viernes que estaba feliz de "dejar de lado las numerosas complejidades propias de manejar una organización grande y complicada".
Sydney Finkelstein, profesor de gestión de la Escuela de Negocios Tuck, de la Universidad de Dartmouth, manifestó que no estaba claro que Gross tuviera las aptitudes para ser un gran líder o administrador, pero que "como inversionista es un genio".
—Melissa Korn, Kirsten Grind, Gregory Zuckerman y Min Zeng contribuyeron a este artículo.