Kodak recurre a su línea de crédito y vuelve a inquietar al mercado
Eastman Kodak Co. ha generado nuevas inquietudes sobre su capacidad de llevar a cabo una prolongada reestructuración luego de que pidiera prestado más dinero, a pesar de haber dicho a los inversionistas que generaría efectivo.
La decisión de usar US$160 millones de su línea de crédito (dada a conocer el viernes) apunta a una mayor presión sobre la otrora prestigiosa empresa. Kodak ha invertido mucho para convertirse en una empresa enfocada en la impresión a medida que su negocio de películas fotográficas se contrae.
La compañía, que sólo informó que los fondos serían usados para propósitos corporativos generales, tenía US$957 millones en efectivo al 30 de junio y les había dicho a los inversionistas que terminaría el año con entre US$1.600 millones y US$1.700 millones. Cuando falta apenas una semana para el cierre del tercer trimestre, los inversionistas están menos convencidos de que pueda cumplir esta meta.
"Tienen que vender algunas cosas para alcanzarla, y rápido", dice Chris Whitmore, analista de Deutsche Bank, que piensa que Kodak terminará el año con US$1.400 millones en efectivo. "Nos preguntamos si nuestra estimación es incluso muy audaz", señala.
Las acciones de Kodak perdieron ayer casi 27% de su valor y cerraron la jornada a US$1,74 en la Bolsa de Nueva York, cerca de su nivel mínimo en un año.
El portavoz de Kodak, Gerard Meuchner, dijo que la empresa había decidido hacer uso de su línea de crédito debido a que 70% de sus ingresos durante el primer semestre fue generado fuera de Estados Unidos y la empresa prefirió no repatriar el dinero.
"Obviamente no hemos consumido US$957 millones en efectivo desde el 30 de junio", explicó. El retiro deja a la empresa con US$75 millones disponibles en su línea de crédito.
Las operaciones de la compañía, con sede en Rochester, Nueva York, por lo general consumen efectivo durante el primer semestre conforme acumula inventario y generan dinero en el segundo trimestre cuando vende esas existencias.
Este año, las operaciones de Kodak consumieron US$847 millones en el primer semestre.
El presidente ejecutivo, Antonio Pérez, expresó a fines de julio confianza en que las finanzas de la empresa se recuperarán.
La credibilidad de Pérez podría estar en la cuerda floja si el balance de la empresa no mejora como lo prometió. Los inversionistas ya están frustrados con el costo de la transición hacia la impresión, donde Kodak está subsidiando la venta de impresoras con la idea de consolidar una base de clientes que luego aprovechará para ofrecerles recargas de tinta.
Desde que Pérez llegó a la presidencia ejecutiva en 2005, la empresa ha registrado sólo un año rentable, en 2007. Dos años más tarde, la junta directiva renovó su contrato hasta 2013. La junta se mantiene "razonablemente" segura sobre el desempeño de Pérez, dijo el lunes un miembro del directorio.
"¿No hay explicación de la compañía más allá de ‘ah, es el curso normal del negocio’? La comunicación en esta empresa es desastrosa", se queja Ken Luskin, presidente ejecutivo de Intrinsic Value Asset Management Inc., que posee 3,8 millones de acciones de Kodak.
Pérez ha buscado recaudar efectivo para la recuperación con demandas por violación de sus patentes y con el licenciamiento de su propiedad intelectual a otras empresas. Pero el flujo de acuerdos monetarios extrajudiciales se secó este año, lo que llevó a la compañía a poner a la venta 1.100 de sus patentes digitales, incluyendo algunas de las más productivas. Kodak también ha vendido o alquilado parte de su campus corporativo en Rochester en un esfuerzo por generar efectivo
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