Kicillof se mete en la discusión por el aumento de las tarifas de gas y electricidad
El gobernador de Buenos Aires se reunió con Guzmán, Martínez, Bernal y Basualdo en la Secretaría de Energía
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El plazo máximo que establecía el decreto para mantener sin cambios los servicios de luz y gas (bajo jurisdicción nacional) y para diseñar un nuevo cuadro tarifario de transición venció el jueves de la semana pasada, pero la negociación por las tarifas está lejos de resolverse. Por lo pronto, la decisión del gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, de anunciar una suba del 7% anual para la tarifa final de electricidad en la provincia para los usuarios que no son Edenor y Edeusr adelanta la postura que prevalecerá a nivel nacional.
Para definir los aumentos de luz en el área metropolitana (AMBA), todavía falta que transcurran las audiencias públicas de la semana próxima. En gas, por otro parte, podría haber una tercera convocatoria a audiencia, si la Secretaría de Energía decide trasladar a los usuarios un valor mayor del costo del suministro para reducir los subsidios, como quiere el ministro de Economía, Martín Guzmán.
En medio de estos debates, que mantiene en tensión al equipo económico por las diferentes posturas que ya no ocultan de manera pública, se sumó una tercera mirada. Tres semanas atrás, Kicillof visitó la Secretaría de Energía. Algunos creen que fue enviado por la vicepresidenta Cristina Kirchner para vigilar las negociaciones, donde todavía no se descarta que, pese a todas las alternativas de actualización que se hicieron, las tarifas a nivel nacional se mantengan congeladas hasta después de las elecciones.
Cerca de Kicillof indican que esa reunión en Energía no figura en su agenda, pero admiten que el gobernador se reúne “casi todas las semanas con Guzmán” y que el vínculo es “bueno” entre ellos.
El exministro de Economía acompañó anteayer a la vicepresidenta cuando, en conmemoración por el recuerdo del último golpe de Estado, quien aprovechó para presionar por un nuevo acuerdo con el FMI con menores tasas y más plazos, mientras Guzmán estaba en Washington. Se trata de un pedido que el titular de la cartera económica ya explicó que no se puede hacer de forma unilateral por cómo está diseñada la arquitectura financiera internacional.
En la reunión en el Palacio de Hacienda, estaban presentes el secretario, Darío Martínez; Guzmán; el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo; el interventor del Enargas, Federico Bernal; la interventora del ENRE, Soledad Manin; el vicepresidente de Cammesa, Ariel Kogan, y el subsecretario de Energía de Buenos Aires, Gastón Ghioni.
“Fue una serie de reuniones que se sucedieron; en las anteriores también presidió Alberto Fernández y en otras estuvo el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. En todas se trabajó sobre tarifas”, explicaron en la cartera energética. Aquellas otras reuniones se originaron en la quinta de Olivos y en la Casa Rosada, respectivamente.
Según detallan, mientras que Martínez y Kicillof esperaban que Guzmán se desocupara, se reunieron en las oficinas del secretario, en el sexto piso del Palacio, y de ahí bajaron al quinto para dialogar en uno de los salones de Economía. “Ese día analizamos también la situación de la provincia de Buenos Aires, tanto del conurbano, como del resto del territorio, siempre en materia de servicio eléctrico”, comentaron. La reunión no se hizo pública, explican, “como tampoco se conocieron las otras”.
Además señalan que, más allá de esa reunión, “Axel es hombre de consulta de Darío”, ya que Kicillof impulsó el primer plan para estimular la producción de gas cuando fue ministro de Economía, y “estuvo muy encima de YPF”. “Tienen una relación desde la Cámara de Diputados, donde compartieron varios temas y se respetan mucho mutuamente”, añadieron.
Martínez era diputado por Neuquén antes de ser elegido secretario gracias a su buena relación con Máximo Kirchner, presidente de la bancada oficialista. Su postura acerca de las tarifas se alinea con la de Guzmán: debe aumentar entre 26 y 35% el servicio de gas para evitar un salto brusco en el gasto en subsidios, como ocurrió durante la administración de Cristina Kirchner.
Bernal y Basualdo, referentes del Instituto Patria, en cambio, rechazan esa postura y hablan de aumentos de entre 7 y 15% para aliviar en parte a las empresas distribuidoras de electricidad y gas (Edenor, Edesur, Metrogas, Naturgy, Camuzzi, entre otras), que tienen sus ingresos congelados hace dos años, en un contexto de altísima inflación. Esta visión está en línea con la de Kicillof, que aplicó un alza de 7%.
Una tercera posibilidad es dejar las tarifas sin cambios, a costa de más subsidios, que se cubren con la recaudación tributaria, deuda o emisión monetaria. Esta opción toma más fuerza con las elecciones primarias a la vuelta de la esquina. Un detalle no menor: cualquier aumento que se aplique, por más mínimo que sea, coincidirá con el incremento del consumo por las menores temperaturas del invierno, por lo cual el efecto del alza se sentirá mayor.
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