Kicillof. Cuáles son las consecuencias de evitar el default, según los analistas
Finalmente, la provincia de Buenos Aires decidió pagar. Sin éxito en su propuesta para diferir el vencimiento de capital de US$250 millones correspondiente al bono BP21, Axel Kicillof confirmó que el distrito utilizará fondos propios para cancelar ese vencimiento, mientras anunció el "inicio del proceso de reestructuración de la deuda en moneda extranjera".
"La deuda es impagable", dijo el gobernador en una conferencia de prensa, donde confirmó la decisión de cancelar el vencimiento para evitar el default, que según los economistas consultados por LA NACION, habría empeorado el escenario económico local, con impacto negativo sobre el proceso de renegociación de la deuda provincial y nacional.
Según Gabriel Caamaño, director de la consultora Ledesma, la decisión del gobernador evitó el "mal mayor" de dejar a la provincia en default. Sin embargo, plantea que "la estrategia de negociación terminó fracasando", dado que la intención inicial del gobernador fue diferir el pago del 26 de enero hasta comienzos de mayo.
"Se entró a una negociación con una postura demasiado extrema e intransigente, en un momento poco oportuno. Eso hizo que no fuera nunca creíble la amenaza", afirmó el economista, en referencia a las sucesivas modificaciones de plazos y ofertas a los tenedores del bono BP21.
En ese escenario, Caamaño advierte sobre las consecuencias a la hora de enfrentar la renegociación anunciada hoy por el gobernador. "El default de la provincia era el peor escenario. Lo menos malo era mejorar la propuesta para alcanzar el 75%, y se terminó en el otro extremo. Se evitó el mal mayor, pero ya hay un costo reputacional para la provincia y para la Nación. Si se intenta ir en la misma línea, una negociación demasiado dura y por mentira/verdad. Esto le resta credibilidad a la amenaza de entrada, pero Nación parece estar avanzando en otro sentido", concluyó.
En tanto, su colega Federico Furiase, director del estudio Eco Go, elogió la decisión de evitar el default. "Primó la contención del riesgo sistémico antes de dejar caer a la provincia en un contexto muy vulnerable, donde se negocia la deuda soberana por una cifra manejable", planteó el economista.
"Era muy arriesgado dejar caer a la provincia en un evento de crédito con posibilidad de aceleración y cross default, mientras tenemos presión en la brecha cambiaria y se negocia la deuda a nivel soberano", añadió, en referencia a los planes de reestructuración que encabeza el ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán.
Por su parte, Camilo Tiscornia, director de la consultora C&T, criticó la postura de la provincia al negociar y calificó de "desprolija" la estrategia. "Haber hecho todo este problema por US$250 millones no se justificaba desde el minuto cero, menos en este contexto en que el país está renegociando su deuda. De ahí en más, está todo mal negociado", dijo.
"Evidentemente la intención fue mostrarse duros, pero les salió mal. Siendo la provincia de Buenos Aires y el gobierno nacional del mismo signo político, tendrían que haber arreglado para pagar, porque no era mucho. Al mismo tiempo, el ministro Martín Guzmán está negociando y lanzó un cronograma de cómo va a hacerlo, mientras Kicillof discute si paga US$30 o US$50 millones. Eso reúne un foco de tensión innecesaria", planteó el economista.
En ese escenario, Tiscornia sostuvo que para iniciar el proceso de renegociación de la deuda anunciado por Kicillof, la provincia deberá establecer una propuesta clara. "Se puede decir ‘este es el inicio’, pero lo importante es plantear qué vas a hacer, qué quita, qué extensión de plazos, cuál va a ser tu superávit. Las medidas concretas. Ahí todavía hay muchas piezas faltantes", concluyó.
Por su parte, Lorena Giorgio, economista senior de la consultora Econviews, coincide en que evitar el default fue "la mejor decisión que se podía tomar" teniendo en cuenta que el monto (US$250 millones de capital) cuyo pago que se intentaba diferir "no era muy abultado".
"Ahora el panorama luce despejado hasta junio, cuando la provincia tiene que afrontar pagos por el equivalente a unos US$ 900 millones entre deuda en moneda extranjera, y letras en pesos", afirma la economista, y destaca en ese calendario el vencimiento de capital e intereses del bono PBJ21, emitido en dólares bajo ley extranjera. "La apuesta del gobierno provincial es que la Nación logre avances en la reestructuración de su deuda antes de mitad de año, y eso ayude a sentar las bases para la reestructuración bonaerense", concluyó.
Sin embargo, Giorgio advierte que la tensión en torno al pago del bono BP21 de la provincia puede condicionar el proceso del Tesoro nacional. "La experiencia de Buenos Aires y su propuesta de canje encendió las alertas respecto a la reestructuración nacional, dando cuenta de que la oferta que se le presente a los acreedores debe ser demasiado buena para lograr el porcentaje de adhesión necesario. El fondo Fidelity, que fue el que más dolores de cabeza le trajo a la Provincia, es un acreedor relevante también a nivel nacional", aseguró.
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