Jubilaciones de la Anses: de cuánto sería la suba de diciembre y qué regla especial afecta los haberes, que pierden con la inflación
El reajuste por movilidad rondaría entre 21% y 24%; la fórmula arroja un porcentaje más alto, pero la ley impulsada por el Gobierno establece un tope; la variación de los ingresos queda muy por debajo del aumento de precios; expectativa por lo bonos
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El reajuste de las jubilaciones y pensiones del sistema general de la Anses sería en diciembre de entre 21% y poco más de 24%, según estimaciones de fuentes consultadas por LA NACION. La suba se ubicaría, así, unos 10 puntos porcentuales por debajo de la inflación del tercer trimestre del año, que fue de 34,65%.
Una particularidad que define lo que ocurre con los haberes previsionales en el último mes de cada año es que la ley actual, vigente desde 2021, prevé la eventual aplicación de un tope al porcentaje de la suba. Ese valor máximo está vinculado con la recaudación de impuestos y de aportes y contribuciones destinados al pago de las prestaciones, y es independiente de cómo le haya ido a los ingresos frente a la inflación. Es decir, el sistema de actualizaciones establecido por el actual gobierno no garantiza un incremento piso para los ingresos en función de alguna variable (como podría ser la suba de precios), pero sí establece un porcentaje máximo anual. Si no se aplicara ese tope, y según las estimaciones, el aumento de diciembre rondaría entre 25% y 28%.
Lo cierto es que, con o sin tope, el reajuste por movilidad acumulado en 2023 se ubicará fuertemente por debajo de la inflación. Las recomposiciones otorgadas en marzo, junio y septiembre acumularon un 74,48%. Es decir, la suba total según el índice (sin considerar los bonos, que no son para todos) se ubicó 28,7 puntos porcentuales por debajo del aumento promedio de precios que, en los primeros nueve meses del año, fue de 103,2%. Para todo 2023, las estimaciones indican que la inflación será de alrededor de 180%. Y los haberes jubilatorios reajustados por la fórmula tendrían una suba nominal, en caso de aplicarse el tope, de entre 111% y 117%. Así, la caída de poder de compra será superior al 20%.
De acuerdo con la estimación del economista Sergio Rottenschweiler, docente en la Universidad de General Sarmiento y especializado en temas de seguridad social, el índice para la suba de diciembre da como mínimo entre 25% y 26%. “Pero, para ese mes hay que chequear el tope y, al igual que el año pasado, sí operaría”. Entonces, calculó, la movilidad sería de 22,89%, o bien, si desde el Gobierno reajustaran las variables del cálculo, dadas las modificaciones que tuvo el impuesto PAIS (la normativa establece que la comparación debe hacerse a valores homogéneos, es decir, corrigiendo las diferencias que puedan surgir por eventuales reformas a las reglas tributarias), el número sería aún más reducido, de 21,1%.
La fórmula vigente, incluida en la ley 27.609, considera el 50% de la variación interanual, en un trimestre, de la recaudación de los impuestos que tienen por destino a la Anses, medida por beneficio, y el 50% de la evolución trimestral de los salarios, según uno de dos datos oficiales (se utiliza el que haya subido más): la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) o el índice de salarios del Indec (IS), que se construye con los sueldos de los trabajadores formales y de los no registrados. Para cada diciembre se dispuso, además, que debe observarse la variación interanual de la recaudación total de recursos que van a la Anses incrementada en un 3%: la movilidad acumulada en el año no puede superar ese número.
Reajuste con tope
En principio, un dato del que depende el porcentaje es el de cómo les fue a los dos índices de salarios mencionados. Hasta ahora, se sabe que el Ripte tuvo una suba, en el período de julio a septiembre, de 24,54% (10 puntos por debajo de la inflación). El 10 de noviembre se conocerá la variación trimestral del IS del Indec, y es muy probable que sea esa la variable de ingresos que se use para el cálculo. Sin embargo, si se aplica el tope, eso no modifica las proyecciones de una movilidad de entre 21% y algo más de 24%. Es decir, no influirá, en este período en particular, cuál de los dos índices se use.
En el Ieral de Fundación Mediterránea estimaron que la movilidad de diciembre será de 23,51%, con tope. Sin ese máximo, el índice “daría 27,6%” de acuerdo con esos cálculos, que tienen una suposición: que el índice de salarios del Indec tuvo en septiembre un comportamiento igual que el del Ripte (un alza de 9,5%).
“Los aumentos del índice de salarios de Indec fueron en julio y agosto mucho más altos que los del Ripte”, dice el economista especializado en temas previsionales Rafael Rofman, quien agrega que cuesta entender por qué resultó “tan alta” la diferencia entre los dos indicadores. Mientras que el Ripte tiene en cuenta los salarios del sector formal, el dato del Indec considera también los ingresos de los no registrados, que, habitualmente, tienen un comportamiento más pobre.
Según lo ocurrido con la recaudación y lo que se conoce hasta ahora de la variación salarial, Rofman estima que el resultado de la fórmula es de entre 26,7% y 28%, dependiendo de si se hace o no la homogeneización de las variables incluidas en el cálculo (por los cambios en el impuesto PAIS). “Pero el límite máximo [el tope ya explicado] es más abajo”, agrega. Entonces, la suba a aplicar, según lo indicado por la ley estará algo por arriba del 24%.
En caso de confirmarse los resultados de esos cálculos (hay que tener en cuenta que se trata de aproximaciones, porque el Gobierno no hace públicas todas las variables con las que calcula los incrementos), el haber mínimo pasaría a ser de entre $106.000 y $109.000, aproximadamente.
Qué pasará con los refuerzos
Más allá del porcentaje, la expectativa está también puesta en qué ocurrirá con la política de bonos que desde hace más de un año, y a partir de insuficiencia de la fórmula de movilidad frente a la inflación, el Gobierno otorga a un grupo de jubilados y pensionados. Actualmente, quienes tienen un ingreso (contando uno o más haberes) que supera el haber mínimo, quedan al margen del cobro del adicional de $37.000 establecido para septiembre, octubre y noviembre. Por fuera de quienes tienen el ingreso básico, solo reciben un adicional los titulares de haberes brutos de hasta $124.460, y el refuerzo es en tales casos de un monto equivalente a lo necesario para llegar a esa cifra.
Esa estrategia de refuerzos, que se suman a otros bonos como el que el PAMI otorga a algunos afiliados, generó fuertes distorsiones en el sistema. Por ejemplo, con un haber mínimo –que es de $87.460– se percibe este mes, sumado el bono de $37.000, un monto neto de $121.836. Si se adiciona la ayuda del PAMI de $15.000, el total es de $136.836. Con un haber bruto de $133.000 (un 52% mayor al mínimo) no se cobran bonos, por decisión discrecional del Gobierno, y, por tanto, el ingreso de bolsillo es de $127.644. Es decir, se cobra $9192 menos que teniendo la mínima.
Entre septiembre de 2022 y agosto de este año, el cobro de bonos de diferentes montos estuvo dirigido a quienes cobraban hasta el equivalente a dos veces el haber mínimo. A partir del mes pasado, el grupo de beneficiarios se redujo, según lo anunciado en su momento por el ministro de Economía y candidato a presidente, Sergio Massa, y la directora de la Anses, Fernanda Raverta, lo que determinó que la pérdida de poder adquisitivo fuera, para algunas personas, aún mayor que la surgida de la insuficiencia de la movilidad.
El índice de reajustes rige tanto para las jubilaciones y pensiones del sistema general de la Anses, como para las prestaciones no contributivas, la Asignación Universal por Hijo (AUH) y los importes cobrados por hijo (o por otros conceptos familiares) por asalariados formales y monotributistas. Además, la fórmula determina los porcentajes de aumento de los aportes previsionales de autónomos y de las remuneraciones mínima y máxima para hacer el cálculo de los aportes a la seguridad social, en el caso de los empleados dependientes.
Los haberes de noviembre
Para quienes este año recibieron el aumento de 74,48% (por movilidad) y no tuvieron bonos, la caída del poder de compra llegó en septiembre a más de 14%, y es superior aún en octubre y noviembre, ya que son meses en que no hay reajustes.
El mes próximo, quienes tienen haberes de hasta $87.460 (incluyendo a quienes perciben pensiones no contributivas) cobrarán, al igual que en septiembre y este mes, un bono de $37.000. Y los afiliados al PAMI con haberes de hasta $131.190 recibirán una ayuda de $15.000. Por otro lado, solo para quienes accedieron a su prestación sin moratoria (es decir, con 30 años o más de aportes efectivos), rige la garantía de la ley 27.426, que indica que el haber (sin contar bonos) no puede ser inferior al 82% del salario mínimo, vital y móvil. Esto se traduce en que quienes tienen un haber bruto de hasta $119.720 recibirán un suplemento de hasta $32.260.
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