Jubilaciones de Anses: de cuánto será el aumento de septiembre, que se anunciará esta tarde
Según cálculos preliminares, el reajuste se ubicaría entre el 23% y el 24%; ese índice llevará la suba acumulada en nueve meses del año a alrededor del 74%, muy por debajo de la inflación estimada, que podría llegar al 90%
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El reajuste que tendrán el mes próximo las jubilaciones y pensiones del sistema general de la Anses que se anunciará hoy sería de entre el 23% y el 24%, con lo cual el haber mínimo, hasta este mes de $70.938, quedaría entre septiembre y noviembre en un monto aproximado de entre $87.200 y $88.000, en bruto. Y el ingreso máximo subiría de $477.347 a una cifra de entre $587.000 y $592.000.
El porcentaje, tal como adelantó LA NACION días atrás, surge de estimaciones hechas por economistas. Esta tarde el Indec difundió su informe sobre salarios, que indica que en junio la variación del índice general fue de 6,1%. Con esa información disponible, se confirma que para el cálculo de la movilidad previsional que se aplicará en septiembre (eso es lo que establece la ley) se utilizará otro índice de ingresos: la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte), que en el segundo trimestre del año tuvo una mejor evolución que el índice elaborado por el instituto oficial de estadística.
El reajuste alcanza no solo a los ingresos previsionales de los sistemas contributivo y no contributivo, sino también a la asignación universal por hijo (AUH) y a los pagos por hijo que percibe un grupo de asalariados y monotributistas. Además, el índice de movilidad se aplica para actualizar el valor de los aportes previsionales a cargo de los autónomos, y las remuneraciones mínima y máxima para calcular los aportes a la seguridad social.
En los últimos tiempos, desde el Gobierno se anunció cada suba trimestral de las jubilaciones un rato después de la difusión del índice de salarios elaborado por el instituto de estadística. Por eso, se espera que la oficialización del dato ocurra hoy, en tanto que también hay expectativas en relación con qué se dispondrá sobre los bonos de refuerzo que, desde hace un año, cobran los jubilados y pensionados de determinados ingresos. Se trata de adicionales que intentan compensar la insuficiencia de las subas determinadas por la fórmula de movilidad, frente a una inflación creciente. Si no se estableciera el pago de bonos para el próximo trimestre, muchos jubilados cobrarían en mano menos dinero que el percibido en los últimos meses.
En agosto, por ejemplo, los jubilados con el ingreso mínimo reciben, junto con el haber, un bono de $20.000, con lo cual el importe en mano es de $88.810 (una cifra superior al posible nuevo haber mínimo). Y solamente quienes cumplieron con el requisito de haber acumulado al menos 30 años de aportes efectivos en su vida laboral -es decir, quienes se jubilaron o pensionaron sin moratoria-, reciben además un monto de hasta $36.884, originado en la cláusula legal de garantía del salario mínimo (entre quienes cobran la mínima, son en rigor una minoría quienes están en condiciones de acceder a ese dinero).
De confirmarse un alza de entre el 23% y el 24%, los haberes jubilatorios acumularán al noveno mes del año y desde enero una suba nominal de alrededor de 74 o 75%, y lo más probable es que el porcentaje quede por debajo de la inflación. El índice de precios al consumidor avanzó un 50,7% solo en la primera mitad del año (el último dato difundido es el de junio); en ese período las jubilaciones se reajustaron en un 41,5%. Para que entre enero y septiembre el aumento de precios no acumule más de 75%, el índice promedio mensual entre julio y el noveno mes debería ser no mayor a 5,2%. Lejos de esta cifra, varias consultoras económicas calcularon, ya que el mes pasado la inflación se ubicó en un nivel de entre 7% y 8%, en tanto que para este mes el índice sería más elevado aún. Y la inflación del período de enero a septiembre podría llegar a 90%.
Frente a la insuficiencia de la fórmula de movilidad -vigente desde 2021 y establecida por una ley de fines de 2020- para cumplir con el objetivo de mantener el poder adquisitivo de los haberes, el Gobierno viene otorgando discrecionalmente bonos de refuerzo de diferentes montos. Pero no alcanzan a todos los jubilados, sino a quienes tienen un ingreso mensual no mayor (o levemente mayor) al doble del haber mínimo (hoy, $141.876).
Por eso, con cada aplicación de las subas por movilidad surge la expectativa respecto de qué ocurrirá con esos bonos, que no están incorporados al haber y que, por lo tanto, no se consideran a la hora de aplicar los índices de actualización.
La fórmula de cálculo
De acuerdo con la ley, los ingresos de las prestaciones previsionales y del salario familiar se reajustan en marzo, junio, septiembre y diciembre de cada año. Los porcentajes surgen de un cálculo que contempla la variación interanual referida a un trimestre de la recaudación de los impuestos, cuyos recursos se derivan parcial o totalmente a la Anses, medida por beneficio, y la evolución trimestral de los salarios, según uno de dos indicadores, tal como ya se explicó: el Ripte o el índice de salarios del Indec (de los dos, se toma el que arroja para el período de referencia el valor más alto).
En el caso del período a observar para definir la suba de septiembre (abril a junio), se conoció la semana pasada que el Ripte avanzó un 26,05%. Y, según se conoció hoy, el índice elaborado por el Indec arrojó para el período un avance mucho menor: de 20,56%.
El economista especializado en seguridad social, Sergio Rottenschweiler, estimó que, considerando en el cálculo la utilización del Ripte, el incremento de las jubilaciones y demás pagos será de 23,17%.
“La movilidad de septiembre nos da 23,3% y el haber mínimo quedaría en $87.447″, señaló el economista Marcelo Capello, del Ieral de Fundación Mediterránea. Para llegar a ese resultado también se había asumido ya que el indicador salarial que se usará es el Ripte y no el del Indec.
Para el economista especializado en temas jubilatorios Rafael Rofman, en tanto, la movilidad del mes próximo estará en torno de 24% “o tal vez algo menos”, dependiendo de cómo se consideren oficialmente algunos datos, como el del número de beneficios del sistema.
Poder de compra y bonos
En el primer semestre del año, para quienes recibieron el aumento de 41,5% y no tuvieron bonos, la caída del poder de compra llegó a más de 6%, y es aún mayor en julio y agosto, en tanto que la pérdida con respecto a un año atrás llegó a 12,3% en junio. En el caso de quienes cobran refuerzos, también hubo una baja de los ingresos medidos en términos reales si se considera la primera mitad de 2023, y el efecto fue mayor para quienes tuvieron una reducción del importe del adicional percibido.
En el actual mes de agosto, quienes tienen haberes de hasta $70.938 (incluyendo a quienes perciben pensiones no contributivas) cobran un bono de $20.000. En tanto, con un haber superior a $70.938 y de hasta $85.938 perciben un refuerzo equivalente al monto necesario para completar $90.938; si se tiene un haber bruto mensual de más de $85.938 y de hasta $141.876, el extra es de $5000 y, finalmente, con un ingreso mayor a $141.876 y de hasta $146.876 se recibe lo necesario para llegar a $146.876.
Y solo quienes accedieron a su prestación previsional sin moratoria rige la garantía de la ley 24.476, que indica que el haber mensual (sin contar los bonos) no puede ser inferior al 82% del salario mínimo, vital y móvil. Esto se traduce en que quienes tienen un haber bruto mensual de hasta $86.510 reciben por julio un suplemento de hasta $15.571, y quienes perciben un ingreso de hasta $92.250 un adicional, por agosto, de hasta $21.312.
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