Jubilaciones de Anses: cómo será el bono de diciembre, quiénes lo cobrarán y por qué genera distorsiones
Se publicó el decreto que establece refuerzos, solo por un mes, de $55.000 para quienes cobran hasta un haber mínimo y de un monto menor para otro grupo; cuánto se percibirá, según el nivel de ingresos
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El Gobierno dispuso, a través del decreto 626, el anunciado refuerzo de $55.000 para diciembre, que alcanzará a los jubilados y pensionados de la Anses titulares de un haber mínimo -que el mes próximo pasará de $87.459,76 a $105-712,61-, y también a quienes reciben pensiones no contributivas. Habrá, además, bonos de cifras menores a $55.000 para quienes tengan un ingreso mensual de hasta $160.712,61.
El plus tendrá vigencia solo por un mes, a diferencia de lo ocurrido con medidas oficiales anteriores, en las que se habían establecido refuerzos mensuales por períodos trimestrales. Para establecer si alguien cobra o no el bono se considera, en caso de corresponder, la suma de los haberes percibidos. Así, una persona que cobra jubilación y pensión, ambas del monto de la prestación mínima, no tendrá el extra.
El gobierno de Javier Milei, que asumirá el 10 de diciembre, deberá definir qué ocurrirá a partir de enero con los refuerzos para jubilados. La política de bonos surgió a causa de la insuficiencia de la fórmula de movilidad para mantener el poder adquisitivo de los haberes: el mecanismo de actualizaciones dispuesto por una ley aprobada en 2020, de hecho, determinó una suba de los ingresos de solo 110,9% para todo este año, mientras que la inflación podría llegar, según estimaciones de economistas, a un nivel cercano a 200%.
Los refuerzos -que, al no formar parte del haber propiamente dicho, pueden ser eliminados al no renovarse su vigencia- fueron ganando participación en el total de lo cobrado por quienes tienen los ingresos más bajos. Y, a la vez, provocaron distorsiones crecientes en el sistema. Al otorgarse en un contexto inflacionario y al no ser para todos los jubilados, hay una caída de poder de compra que es mucho mayor para quienes tienen un haber mensual de, por ejemplo, el doble del mínimo ($211.425 desde diciembre), a quienes en septiembre de este año se les quitó un bono. Además, hay jubilados que, teniendo un haber bruto más elevado (por haber aportado más), reciben en términos netos un ingreso más bajo que quienes son titulares de una prestación básica.
El nuevo decreto establece que, además del bono de $55.000 para quienes cobran el ingreso básico, habrá un refuerzo para quienes en diciembre perciban un ingreso de hasta $160.712,61. Ese adicional será equivalente al monto que haga falta para que se complete esta última cifra: por ejemplo, si alguien tiene el mes próximo una prestación de $150.000, recibirá un plus de $10.712,61. Esto se estableció con la intención de evitar que quienes tienen un ingreso de entre un haber mínimo y un haber mínimo más el refuerzo (eso da un total de $160.712,61) perciban menos dinero que cobrando el ingreso básico.
Desajustes
Sin embargo, esa medida no evita que, tal como está instrumentada, la política de refuerzos provoque distorsiones en el sistema, que se ejemplifican a continuación. Según establece el decreto, sobre el monto del bono no se hace ningún descuento, mientras que el haber previsional propiamente dicho está sujeto a un aporte para financiar al PAMI, que resulta más elevado cuanto mayor es el ingreso. De esa manera, el ingreso neto en el caso de la prestación mínima, sumado el refuerzo de $55.000, será de $157.541,23, cifra a la cual, para los afiliados al PAMI, se sumará la ayuda alimentaria de $15.000 (sobre la cual tampoco se sabe aún qué ocurrirá desde enero). En esos casos habrá, entonces, un monto neto de $172.541, más el aguinaldo.
Para quien tenga en diciembre una prestación bruta mensual de, por ejemplo, $150.000, el ingreso neto será, sumado el refuerzo, de $154.884. Según lo anunciado por el PAMI, en este caso también corresponderán los $15.000 (siempre que la persona esté afiliada a la obra social, claro). Entonces, el neto llegará a $169.884, más el aguinaldo. Es decir, aun percibiendo dos bonos, con una prestación que en términos brutos supera en un 42% a la mínima se cobrará en mano una cifra inferior que lo percibido en la práctica por quienes tienen el monto básico.
Eso ocurre por la alta incidencia que tiene el bono en el ingreso de personas con una jubilación mínima (representa más de un tercio del ingreso y está liberado de todo descuento) y también porque el descuento sobre el haber bruto para el financiamiento del PAMI es más alto, en términos porcentuales, cuanto mayor es el haber.
Con un haber bruto de $162.000, equivalente a poco más de una vez y medio el mínimo, no se cobrará ni el refuerzo de la Anses ni la ayuda del PAMI. El ingreso neto será, sin contar el aguinaldo, de $155.451, es decir, de un monto más bajo que en los dos ejemplos anteriores, en los que el haber bruto es inferior. En comparación con quien tiene el mínimo y está afiliado al PAMI, se cobrarán $17.090 menos.
En el caso de alguien con un ingreso jubilatorio, en bruto, de $180.000 (1,7 veces el mínimo), percibirá en mano $172.371, una cifra menor que teniendo el haber mínimo y recibiendo la ayuda alimentaria del PAMI.
Movilidad, con un índice topeado
El decreto referido al bono se suma a las resoluciones de la Anses que, días atrás, oficializaron que la recomposición de las prestaciones de diciembre será de 20,87%. En rigor, el cálculo según la fórmula de movilidad dio un resultado de entre 28% y 29%, pero el Gobierno aplicó un tope vinculado con la evolución de la recaudación, que fue previsto en la ley impulsada por el actual gobierno y que rige desde 2021. La suba anual, de 110,9%, dejará a muchos jubilados con una pérdida de poder adquisitivo de más de 30%.
El reajuste lleva el haber mínimo de $87.459,76 a $105.713 y el máximo, de $588.521,35 a $711.346 (cifras en bruto que, en neto, son de $102.542 y $671.837 respectivamente). De acuerdo con lo previsto, esos importes regirán hasta febrero de 2024, ya que en marzo debería haber otra actualización, según la normativa hoy vigente.
El refuerzo de hasta $55.000 alcanzará a los jubilados y pensionados con haberes de hasta $160.712,61 del sistema contributivo y también a los beneficiarios de pensiones no contributivas por vejez, por invalidez, o por ser madre de siete o más hijos.
Por otra parte, los jubilados que obtuvieron su prestación tras haber acumulado al menos 30 años de aportes efectivos (es decir, sin haber recurrido a una moratoria) y que tienen un haber bruto de hasta $127.920, tendrán un suplemento equivalente al monto necesario para completar esa cifra. Por ejemplo, si se cobra el haber mínimo, el plus será de $22.207, y si se tiene un ingreso de $120.000, será de $7920. Entre quienes cobran los ingresos más bajos del sistema, el grupo que accede a este derecho es muy minoritario, ya que la mayoría accedió a su prestación vía moratorias. Ese suplemento surge de la aplicación de una garantía establecida en una ley de 2017, según la cual quienes se jubilaron sin moratoria no pueden cobrar menos (sin contar los bonos) que el 82% del salario mínimo, vital y móvil, que el mes próximo será de $156.000.
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