Juan Marotta: “El empleo privado está estancado hace 10 años”
El titular de HSBC dijo que el principal problema es el costo de la litigiosidad laboral y propuso tres salidas: que las multas se paguen al Estado y no al empleado; que haya acuerdos entre firmas y gremios; y que las compañías incorporen a beneficiarios de planes sociales
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MAR DEL PLATA.- El empleo privado está estancado hace 10 años. Ése es el diagnóstico al que llegó Juan Marotta, director de IDEA y presidente de HSBC Argentina y CEO LAM South, junto a un grupo de 10 CEO que analizó la situación.
“El empleo formal privado tiene el mismo valor nominal, hay falta de creación de empleo y la población sigue creciendo. El exceso de oferta lo absorbe el Estado, con empleo público o planes sociales”, dijo Marotta, en diálogo con LA NACION, y amplió: “En una economía que no crece es imposible generar empleo y, sin empleo, la economía no crece. Es el huevo o la gallina”.
Para profundizar la evaluación, Marotta y su grupo hicieron una encuesta de la que participaron más de 100 número uno de empresas y contrastaron con la visión política, y las respuestas fueron “coincidentes”. El principal problema es el costo de la litigiosidad laboral. “Hay más de 100.000 juicios laborales al año”, dijo Marotta.
¿La solución es una reforma laboral? “A largo plazo es probable que la legislación tenga que adaptarse. Es una discusión de largo aliento”, respondió el titular del HSBC, quien propuso, para el mientras tanto tres “acciones tácticas” de corto plazo que “pueden generar un dinamismo en el empleo formal privado”.
En primer lugar, dijo que las multas que surgen de las disputas laborales las debe cobrar el Estado y no el empleado, tal como se estableció desde los 90. “Es un incentivo incorrecto que impulsa los juicios laborales. Las multas multiplican por cinco los montos originales de las indemnizaciones”, analizó Marotta.
En segundo lugar, planteó que se deberían potenciar los acuerdos entre empresas y sindicatos, para encontrarle la vuelta a legislación actual en beneficio de todas las partes. “Todos ceden un poco para llevar a cabo una inversión”, ilustró, y mencionó el caso de Toyota con Smata, el gremio del sector, que adaptaron el convenio para generar más empleo con mayores desembolsos, y el caso de JP Morgan, cuando decidió dar servicios desde la Argentina hacia el exterior, para lo cual extendió el convenio del gremio de La Bancaria a los tercerizados. “Hay diálogos, pero hay que escalarlos e incentivarlos porque les conviene a todos. El Estado recauda más impuestos, las empresas invierten, los sindicatos aumentan sus bases de afiliados y la sociedad consigue empleo formal”, puntualizó el ejecutivo.
Por último, se refirió a una propuesta que viene dando vueltas y ya hay un proyecto concreto, que se conoce como “plan empalme”. Es decir, que las empresas incorporen a los beneficiarios de planes sociales. “A las más de 500 empresas que integramos IDEA nos interesa explorar un esquema para avanzar en ese sentido con los sindicatos y el Estado”, dijo Marotta, quien aseguró que hay una coincidencia entre las partes de que “esto es una oportunidad”.
En su visión, debería haber un período de 12 meses de “entrenamiento y prueba” a cargo de las empresas, durante el cual el Estado seguiría pagando el plan y las compañías no pagarían cargas sociales, hasta su incorporación. “Para garantizar el éxito del programa es clave que el Estado les garantice la continuidad del plan si no terminan entrando en la compañía”, concluyó.
¿Por qué no es un hecho si hay acuerdo entre las partes? “Hoy hay un proyecto que se está evaluando y todos tenemos que aportar una visión para hacer un proyecto exitoso que contemple estas características. Parcialmente las contempla, pero hay cosas que requieren revisión e input de las partes, como sindicatos y empresas”, cerró Marotta.