Joseph Stiglitz aseguró que Alberto Fernández logró “un milagro económico”
El mentor de Martín Guzmán elogió la gestión económica del Gobierno, responsabilizó al expresidente Mauricio Macri por la crisis y apuntó contra el FMI
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El economista y mentor del ministro de Economía, Martín Guzmán, Joseph Stiglitz, defendió la gestión de Alberto Fernández: “Parece haber logrado un milagro económico”, sostuvo el premio Nobel de Economía.
“Aunque el Covid-19 ha sido difícil para todos, no ha sido una enfermedad que ofrezca ‘igualdad de oportunidades’. El virus presenta una mayor amenaza para quienes ya tenían una salud deteriorada, y muchos de ellos se concentran en países pobres con sistemas débiles de salud pública. Aún más, no todos los países pueden gastar un cuarto de su PBI para proteger sus economías, como lo hizo Estados Unidos. Las economías en desarrollo y emergentes han debido enfrentar duras restricciones financieras y fiscales. Además, debido al nacionalismo de las vacunas (acumuladas en los países ricos), el resto de las economías tuvo que mendigar para conseguir alguna vacuna”, escribió el profesor estadounidense, en Project Syndicate.
En defensa de la performance del Frente de Todos en el gobierno, afirmó: “Dado el lío que heredó el gobierno del presidente argentino Alberto Fernández a fines de 2019, parece haber logrado un milagro económico. Desde el tercer trimestre de 2020 hasta el tercer trimestre de 2021, el crecimiento del PBI alcanzó el 11,9%, y ahora se estima que haya sido del 10% para 2021, casi el doble de lo pronosticado para Estados Unidos, mientras que el empleo y la inversión se han recuperado a niveles superiores a los de cuando Fernández asumió el cargo”.
Respecto a las críticas que recibieron tanto el Presidente como su equipo, Stiglitz señaló: “Cuando los países tienen dolores agudos, se tiende a culpar a los funcionarios más de lo que se merecen. A menudo, el resultado es una política más fraccionada, lo que dificulta aún más solucionar los problemas reales. Pero incluso en un contexto adverso, algunos países pudieron recuperarse con fuerza”.
Por otro lado, el académico señaló al expresidente Mauricio Macri como responsable de la situación del país. “Tengamos en cuenta que Argentina ya estaba en recesión cuando la golpeó la pandemia, debido en gran medida a la mala administración económica del anterior presidente Mauricio Macri”, cuestionó.
Con críticas, continuó: “Todos ya habían visto esa película. Un gobierno de derecha que favorecía los negocios se había ganado la confianza de los mercados financieros internacionales, quienes, como cabe de esperar, hicieron llegar el dinero. Pero las políticas de esa administración resultaron ser más ideológicas que pragmáticas, y favorecieron a los ricos y no a los ciudadanos comunes”.
Así, relató cuáles fueron, a su criterio, las razones que llevaron a Fernández al poder: “Cuando esas políticas inevitablemente fallaron, los argentinos eligieron un gobierno de centro izquierda que concentraría su energía en limpiar el desorden y no en llevar a cabo su propia agenda. El resultado fue decepcionante, lo que dio el marco para la elección de otro gobierno de derecha. Lamentablemente, este es un patrón que se repite una y otra vez”.
En ese sentido, Stiglitz marcó cuáles son las diferencias que existen entre una gestión y la otra: “El gobierno de Macri, elegido en 2015, heredó una deuda externa relativamente pequeña, debido a las reestructuraciones que ya se habían realizado. Los mercados financieros internacionales estaban, en consecuencia, más entusiastas de lo usual, y prestaron al gobierno decenas de miles de dólares a pesar de que no hubiera un programa económico creíble”.
En consecuencia, el académico planteó que “cuando las cosas se pusieron feas” intervino el Fondo Monetario Internacional (FMI) con un programa de 57.000 millones de dólares. Además, detalló que el FMI “tenía la presión de la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para sostener un gobierno de derecha”.
“Se les dio tiempo a financistas extranjeros y locales para que sacaran el dinero del país, lo que dejó a los contribuyentes pagando los platos rotos. Una vez más, el país estaba muy endeudado y no tenía nada con qué pagar. Y, una vez más, el ‘programa’ del FMI falló, haciendo que la economía caiga en picada hacia una profunda recesión, y se eligió un nuevo gobierno”, agregó.
Nuevamente, Stiglitz se refirió a Macri y a la publicación que compartió el FMI sobre el análisis del préstamo que le otorgó a la Argentina. “Lo bueno es que el FMI reconoce ahora que su programa no logró los objetivos económicos que había establecido. La ‘Evaluación Ex-Post’ del Fondo atribuye gran parte de la culpa al gobierno de Macri, cuyos ‘límites trazados respecto de determinadas políticas pueden haber descartado medidas que pudieron haber sido cruciales para el programa. Entre esas medidas se encuentran una operación de deuda y el uso de medidas de gestión de flujo de capital’”, expresó.
Y profundizó: “Los defensores habituales del FMI atribuirán el fracaso del programa a una falta de comunicación o una implementación ejecutada con torpeza. Sin embargo, una mejor comunicación no soluciona el mal diseño de un programa. El mercado lo entendió, incluso si el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y algunos miembros del FMI no lo entendieron”.
Stiglitz también analizó los resultados de los dos años de la gestión. “Las finanzas públicas del país también han mejorado, implementando incluso una política de recuperación contracíclica, dada por el fuerte crecimiento económico, tasas impositivas más elevadas y progresivas sobre la riqueza y la renta de las empresas, y la reestructuración de la deuda de 2020″, explicó.
También destacó el “crecimiento significativo de las exportaciones” tras “la implementación de políticas de desarrollo diseñadas para fomentar el crecimiento en el sector transable”. Y siguió: “A pesar de este importante avance en la economía real, los medios financieros han optado por centrarse totalmente en temas como el riesgo país y la brecha cambiaria”.
“Los mercados financieros están mirando la montaña de deuda tomada con el FMI que está por vencer. Dado el enorme tamaño del préstamo que debe refinanciarse, un acuerdo que simplemente amplíe el plazo de amortización de 4,5 a diez años no es suficiente para aliviar las preocupaciones sobre la deuda de Argentina”, opinó.
Otra vez, apuntó contra el predecesor de Fernández: “Además, Argentina aún está experimentando los efectos del capital de cartera especulativo que se vertió durante la presidencia de Macri. Gran parte de esto quedó atrapado por los controles de capital de ese gobierno, lo que dio como resultado una presión constante sobre el tipo de cambio paralelo”.
De ese modo, continuó: “Limpiar el desorden financiero del gobierno anterior llevará años. El próximo gran desafío es llegar a un acuerdo con el FMI sobre la deuda de la era Macri. El gobierno de Fernández ha señalado que está abierto a cualquier programa que no socave la recuperación económica y aumente la pobreza. Si bien todos deberían saber a estas alturas que la austeridad es contraproducente, es posible que algunos estados miembros influyentes del FMI aún la defiendan. Lo irónico es que los mismos países que siempre insisten en la necesidad de “confianza” podrían socavar la confianza en la recuperación de Argentina. ¿Estarán dispuestos a aceptar un programa que no implique austeridad? En un mundo que todavía lucha contra el Covid-19, ningún gobierno democrático puede ni debe aceptar tales condiciones”.
Para cerrar, Stiglitz planteó: “En los últimos años, el FMI ha ganado un nuevo respeto por sus respuestas efectivas a las crisis globales, desde la pandemia y el cambio climático hasta la desigualdad y la deuda. Si se invirtiera el rumbo con anticuados requisitos de austeridad a la Argentina, las consecuencias para el propio Fondo serían graves, entre las que se incluye la menor disposición de otros países a comprometerse con él. Eso, a su vez, podría amenazar la estabilidad política y financiera mundial. Al final, todos perderían”.
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