Jorge Pérez: "Ahora llegó la oportunidad de invertir en la Argentina"
El mayor desarrollador inmobiliario de Miami se prepara para debutar en el país con un proyecto en Puerto Madero que combinará viviendas de lujo y arte
MIAMI.– El marco perfecto para Jorge Pérez es su casa de Coral Gables, una cruza de estilo español y memoria cubana. No en vano, la isla donde nacieron sus padres fue el ultimo bastión de la corona española en América. El océano es el límite de la piscina y el marco de un jardín donde se cruzan las esculturas de Nicky de Saint-Phalle y Fernando Botero, ambas gordas y exultantes.
Considerado el máximo desarrollador de Florida, con una fortuna estimada de 3600 millones de dólares, Pérez vivió en La Lucila, Vicente López, hasta los 9 años; después se mudó con sus padres a Colombia, antes de instalarse en Miami, para trabajar en una dependencia pública de planeamiento urbano.
En los últimos años expandió su colección de arte y, tras un aporte de 40 millones de dólares, logró bautizar con su nombre el Museo de Arte Contemporáneo de Miami, proyectado por los suizos Herzog & De Meuron. El Perez Art Miami Museum (PAMM) cambió la fisonomía de la ciudad sobre Biscayne Boulevard, la zona donde el developer ha plantado varios de sus más lujosos emprendimientos, repitiendo un esquema exitoso: en cada lobby, en cada espacio público, en cada plaza, hay una obra de arte que suma valor al metro cuadrado. Le Parc, Botero, Jaume Plensa, Cuttica, Atchugarry, Siquier y Artur Lescher son parte del proyecto. Sus próximos pasos, además, incluyen a la Argentina, con un proyecto que combinará viviendas de lujo y un parque de esculturas en Puerto Madero.
–Coleccionar arte, ¿tiene una fecha de largada?
–En la universidad. Comencé comprando litografías, porque no me alcanzaba para pinturas. Mi primera selección fue Man Ray, Marino Marini y Miró; nunca la vendí. Cuando despegué económicamente decidí formar una colección con foco en el arte latinoamericano. Me encanta Botero, aunque algunos digan que es "muy" figurativo. Es un fabuloso dibujante; tengo una pieza de los años 60, un dibujo de carbonilla que es uno de mis preferidos.
–¿Cómo arma su shopping list, sea para una feria o para comprar en subastas?
–Compro en todos los circuitos, en las galerías y en las rematadoras. Es simple: me avisan cuando puede haber algo de mi interés y mandan el catálogo por PDF. Básicamente me interesan dos líneas: arte conceptual, algo intelectualmente jugado, y las obras que conmueven por su belleza, que no necesitan explicaciones. Compro mucho arte argentino. Huffmann, Polesello, Matías Duville, Tomasello, Rosana Schoijett y hasta tengo un Quirós…, un paisaje que me remite a la infancia en La Lucila. Y latinos: Orozco, Torres García, Larraz, Toledo y Gurvich.
–¿El arte le agrega valor a Related, su desarrolladora inmobiliaria?
–Van por carriles distintos. El museo es algo que le debíamos a Miami. Con Darlene, mi mujer, creamos un programa educativo para que los niños tengan una visita guiada y asegurada. Imagino el arte como un puente entre diferentes mundos, tiempos y culturas. Acabo de comprar en Art Basel una obra de un artista africano que podría estar horas mirando.
–¿Es también el arte un puente con los negocios?
–No me considero un hombre de negocios, sino un desarrollador. Me interesa la transformación de las ciudades y el planeamiento. Comencé haciéndolo para el gobierno, en viviendas públicas de bajo costo, y poco a poco me involucré con el arte, el diseño y la buena arquitectura, con el apoyo de mi socio neoyorquino.
–Sus últimos proyectos, como Auberge, tienen un capital importante en obras de arte, algo que comparte con Eduardo Costantini y Alan Faena. No deja de ser curioso que tres argentinos sean hoy los máximos developers en Florida...
–Miami es una enorme oportunidad y me alegro que los proyectos más glamorosos sean argentinos. A Eduardo [Costantini] lo conozco muy bien, he pasado un Año Nuevo en su casa de Punta del Este con Darlene y su familia. Compartimos el amor por el arte… y ambos tenemos un museo. Alan Faena es un campeón del diseño, creo que ha levantado la vara muy alta con su desarrollo en North Beach, el hotel, el edificio de Norman Foster y el Centro de Artes Visuales de Rem Koolhaas. Son valor agregado para la ciudad. Bienvenidos. Soy el desarrollador más grande de Miami, nadie ha construido tanto como yo. Especialmente en la zona del Downtown. Hace 20 años, a las 5 de la tarde, en Flagger, tirabas con una ametralladora y no le dabas a nadie, porque no había nadie, ni un alma.
–Y llegó el cambio, pero también la crisis de 2008...
–Miami está en alza nuevamente. Nuestro mercado es 80% latinoamericano, muchos colombianos y venezolanos, la zona del Caribe que es importante y pisan fuerte los argentinos. Hay una importante comunidad argentina y muchos inversores. Siempre hubo un idilio entre Buenos Aires y Miami. Más ahora, que dejó de ser un centro turístico playero para ser una ciudad con ancla cultural y un área de negocios potente como Brickell, donde están construyendo un megacentro comercial y de business con capitales chinos. Allí habrá una "sucursal" de La Huella, de José Ignacio. Martín Pittaluga abrirá la versión urbana del parador en Miami.
–En la Argentina hemos iniciado una nueva etapa, con un gobierno que ha planteado como meta la pobreza cero y la transparencia de las instituciones.
–Lo conozco muy bien a Macri. Lo traté cuando era presidente de Boca Juniors y apoyé su campaña para alcalde [jefe de Gobierno]. También tuve contacto con el ex presidente [Néstor] Kirchner por un gran desarrollo inmobiliario, pero no fue posible. Creo que ahora llegó la oportunidad de invertir en la Argentina. Me he reunido con Horacio Rodríguez Larreta por un proyecto fabuloso en Puerto Madero, que tendrá su parque de esculturas. Haremos un concurso abierto para que los artistas argentinos tengan la oportunidad de crear una obra, un site specific. En cuanto a la transparencia, es clave para el inversor. Es imposible hacer una operación y hablar de pagar una parte en negro y otra en blanco. Eso acá, en los Estados Unidos, no existe. Te ponen de patitas en la calle. Hay que invertir en el propio país y pagar los impuestos.
–¿Cuál es el lugar de Miami en el escenario global futuro?
–Miami será la capital de las Américas, por su multiculturalidad. Es una ciudad bilingüe en una posición estratégica; la puerta de los Estados Unidos. Miami es también un destino aspiracional. Si vas a un pueblito de Italia y dices que sos de Miami se abren los ojos de la gente. Es un lugar que invita.
–¿Cuál es su proyecto favorito?
–El próximo.
El casillero que faltaba
Jorge Pérez no es sólo el mayor constructor de Miami, sino también uno de los 500 hombres más ricos de los Estados Unidos. Si bien se hizo fuerte en el estado de Florida –donde lleva construidos más de 80.000 unidades de condominios–, también invirtió en gran parte de América latina, desde Santiago de Chile hasta México DF, pasando por Cartagena o Panama City. En un repaso de grandes ciudades de la región, la única que falta es Buenos Aires, aunque ahora promete completar la lista.