Jets ejecutivos más grandes reavivan el sector
La necesidad de volar a mercados emergentes remotos impulsa la demanda tras la crisis
La demanda de jets ejecutivos más grandes y capaces de recorrer mayores distancias está llegando al rescate de un sector que tuvo una caída espectacular durante la crisis financiera mundial, señalan los fabricantes.
Conforme destinos remotos en África y Asia, como Angola y Mongolia, atraen a más viajeros de negocios y los aviones ejecutivos se vuelven más eficientes en el uso de combustible, las empresas están en busca de aeronaves corporativas de cabinas grandes para viajes intercontinentales.
Asimismo, les parece más barato enviar grupos más grandes de empleados en jet privado ya que los vuelos comerciales a destinos como Luanda, Angola, y Ulán Bator, Mongolia, suelen estar llenos y ser caros, y requieren estadías largas para conseguir vuelos de regreso, según observadores.
La recuperación aún no se ha consolidado. La demanda, particularmente de jets pequeños, sigue afectada por el estigma ligado a los aviones ejecutivos después de que los políticos, accionistas y empleados los convirtieron en un privilegio indecente, en lugar de una herramienta de negocios legítima. Anglo American PLC, minera británica, hace poco vendió su jet corporativo como parte de un recorte de costos. Los pedidos siguen siendo débiles en EE.UU., el mayor mercado de aviones de negocios, al igual que en Europa.
Sin embargo, por primera vez en años, los cinco mayores fabricantes de jets ejecutivos —Bombardier Inc.; Cessna Aircraft, de Textron Inc.; Dassault Aviation SA; Embraer SA; y Gulfstream Aerospace, de Dynamics Corp.— estuvieron presentes en el Salón Aeronáutico de París, el evento más importante del sector en Europa. Hubo pocas compras nuevas —apenas 32 pedidos firmes y 20 opciones de modelos Bombardier con un valor de hasta US$1.840 millones—, en comparación con casi US$150.000 millones en pedidos firmes de aviones comerciales anunciados en el evento, pero había optimismo.
"El mercado se está recuperando de la crisis en los últimos años, pero sigue convaleciente", subraya Éric Trappier, presidente ejecutivo de la francesa Dassault Aviation. Su subsidiaria Falcon Jet Corp. es uno de los principales actores en el mercado de jets corporativos medianos a grandes.
"Todavía vemos niveles de interés sostenidos en nuestros [aviones más grandes], pero sigue siendo un reto; la gente se demora más en tomar decisiones", dice Trevor Lambarth, director de ventas europeas de Bombardier. La empresa canadiense fabrica componentes para sus aviones corporativos Global 7000 y 8000 y Learjet 85 en su planta de Querétaro, México.
Datos recientes confirman que la demanda en los mercados emergentes está sosteniendo el apetito por los jets corporativos. Las entregas de aeronaves a clientes en América del Norte (menos México) y Europa cayeron 1,4% y 0,9%, respectivamente, el año pasado, pero aumentaron 7,7% en África y Medio Oriente, 9,9% en Asia-Pacífico y 14% en América Latina, según la Asociación de Fabricantes de Aviación General, o GAMA. En total, la industria entregó 129 aviones ejecutivos en todo el mundo en el primer trimestre de este año, un aumento de 4% frente al mismo período del año anterior, según el grupo.
Entre 2006 y 2011, la cantidad de vuelos de jets corporativos desde Europa a países emergentes registró un alza de 32%, mientras que los que tenían como destino a Asia se duplicaron, según un estudio reciente de la Asociación Europea de Aviación de Negocios.
Michelin, por ejemplo, utiliza sus cuatro aviones corporativos para trasladar a sus empleados entre sus 80 plantas alrededor del mundo, incluidas en Sudamérica. Las aeronaves son "absolutamente fundamentales" para los negocios, dice Jean-Dominique Senard, presidente ejecutivo del fabricante de neumáticos francés.
En el fragmentado mercado aéreo de África, a menudo hay pocos vuelos entre capitales, obligando a los pasajeros a hacer escalas para completar sus viajes, lo que implica más costos y tiempo. "En el pasado, una persona que hace negocios en África pasaba por París o Londres", dice Lambarth, de Bombardier. "Ahora vemos firmas de inversión chinas que hacen negocios en África y vuelan directo, y sudamericanos que viajan a Asia".
La necesidad de viajes más largos está apuntalando la demanda de jets más grandes como el Gulfstream G650, de US$65 millones, con una autonomía de casi 13.000 km y capacidad para 18 pasajeros, según el fabricante.
Los aviones grandes constituyeron poco más de 40% de todos los jets de negocios entregados el año pasado, indica GAMA. Se prevé que la tendencia continúe, y el segmento de jets grandes represente casi 70% del mercado en términos de valor en la próxima década, apunta Rob Wilson, presidente de la división de aviación general y de negocios de Honeywell Aerospace, de Honeywell International Inc.
—Marietta Cauchi, en Londres, contribuyó a este artículo.