“Los 100 brutales días de Javier Milei”: la mirada de The Economist sobre el Gobierno
El medio británico hizo un balance de la gestión mileísta y destacó que “los mercados están empezando a creer”; “Los costos, sin embargo, son brutales”, se marcó
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En el marco de los primeros 100 días de la presidencia de Javier Milei, el medio británico The Economist dedicó un nuevo artículo a un balance de la gestión mileísta. Tras definir al Presidente como un “outsider irascible”, la publicación destacó los “éxitos económicos” de las medidas del Gobierno, aunque marcó: “Los costos, sin embargo, son brutales. Golpeados por la inflación, un estimado 50% de la población es pobre, frente a un 38% del último mes de septiembre. Los salarios han retrocedido 20 años en términos reales, según cálculos de la consultora Invecq. Las compras de medicamentos con receta han caído un 7%. Las ventas totales de farmacias han bajado un 46%. Los volúmenes de ventas de las pequeñas y medianas empresas cayeron casi un 30% en enero, año tras año. La economía se contraerá un 4% este año, calcula el banco Barclays”.
En una detallada publicación, el editorial reconoció la herencia que recibió Milei cuando asumió la presidencia. “El 10 de diciembre se hizo cargo de un estado inflado que padecía enormes déficits presupuestarios financiados mediante la impresión de dinero”, señaló, y siguió: “La inflación era galopante; el valor del peso estaba en el desagüe, y el Gobierno debía US$263.000 millones a acreedores extranjeros, incluidos US$43.000 millones al FMI, pero no tenía dólares en absoluto”. “Como muchos gobiernos argentinos, el anterior [de Alberto Fernández] gastó mucho más allá de sus posibilidades tratando de comprar popularidad, mientras inventaba soluciones macroeconómicas temporales cada vez más absurdas (como fuertes controles de precios) para mantener la economía tambaleante”, sumó.
Así se marcó el ingreso de Milei, con su plan de “motosierra y licuadora”. The Economist enumeró algunos de lo que definieron “éxitos económicos” del mandatario nacional. “Para demostrar que no habrá más impresión de dinero, Milei está obsesionado con lograr un superávit presupuestario, lo que significa que el gobierno cobra más impuestos de lo que gasta. Dice que logrará un superávit (antes del pago de intereses) este año del 2% del PIB (Producto Interno Bruto), un gran cambio con respecto al déficit del 3% del año pasado. Tanto en enero como en febrero, el gobierno logró superávits mensuales, los primeros en más de una década”, destacó.
“Su popularidad se mantiene, incluso cuando carece de apoyo en el Congreso. Si [Javier Milei]puede mantener al público de su lado hasta las elecciones de mitad de período a fines del próximo año, podría reforzar drásticamente su influencia y, por lo tanto, su capacidad para rehacer la economía de Argentina. Pero los argentinos ya están sufriendo profundamente y podrían abandonarlo mucho antes. Eso sería un golpe para los reformadores radicales de todo el mundo”, comentó.
Estas dificultades, advirtió The Economist, “pueden volverse literalmente peligrosas para los presidentes”. “En 2001 huyó de la Casa Rosada, la oficina presidencial en un helicóptero por miedo a los manifestantes violentos”, destacó el medio británico al recordar la salida del expresidente Fernando De la Rúa. No obstante, señaló que “los índices de aprobación de Milei siguen siendo notablemente altos, alrededor del 50%, a pesar de las dificultades económicas”. “Esto se debe principalmente a que ha logrado culpar a la casta por haber metido a Argentina en este lío”, argumentó.
Desafíos e incertidumbre
“Aun así, los primeros 100 días de Milei están marcados por serios problemas. Más allá del dolor, el plan económico está plagado de incertidumbres. Uno de los riesgos es el tipo de cambio. En un intento por frenar la inflación, el gobierno está devaluando el peso en un 2% cada mes. Sin embargo, con una inflación mensual muy superior al 2%, probablemente sea menos de lo necesario. Por desgracia, un avance más rápido o una devaluación brusca y repentina provocaría más inflación”, evaluaron en la publicación.
The Economist destacó que, en base a la hoja de ruta del Gobierno, el país pronto cambiaría a un nuevo régimen monetario y cambiario, pero puso en duda la dolarización prometida en campaña. “El plan de Milei es eliminar los controles de capital y unificar los tipos de cambio. Pero, ¿introducirá el gobierno un programa monetario ortodoxo en pesos o tratará de dolarizar la economía? La promesa de campaña de Milei de dolarizar se ha vuelto vaga desde que asumió el cargo. El Gobierno ahora habla más de ‘competencia cambiaria’ (permitir transacciones en dólares o pesos)”, explicó.
El destino de Milei, advirtió el medio británico, depende de dos incógnitas: ¿cuánto dolor económico pueden soportar los argentinos antes de volverse contra él? ¿Y podrá obtener el apoyo político necesario para lograr avances económicos lo suficientemente rápidos como para evitar que todo se desmorone? “Por ahora las señales son moderadamente positivas”, destacó, y cerró: “El éxito podría permitirle dominar las elecciones de mitad de período del próximo año. Sin embargo, si sus cifras en las encuestas caen primero, sus rivales seguramente empuñarán su propia motosierra, en contra de sus planes. Y luego intentarán tirar toda su presidencia a la licuadora”.
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