Irlanda: cómo funciona el modelo económico que mira Milei y qué diferencias tiene con la Argentina
El país se ganó el apodo de “tigre celta” por su rápido crecimiento en las últimas décadas, impulsado por la baja de impuestos para atraer la inversión extranjera directa, la apertura económica a través de la Unión Europea y la política social; la visión del economista Alan Barrett
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“Tenemos que ser punta de lanza, como lo supo ser Irlanda”, dijo Javier Milei a mediados de noviembre, durante el Meta Day Argentina. La aspiración a seguir los pasos del país europeo es un tema recurrente en los discursos del Presidente. Con una dimensión de 74 kilómetros cuadrados, comparable con la provincia de San Luis, el país se ganó el apodo de “tigre celta” por el rápido crecimiento económico que experimentó en las últimas décadas.
No hubo una receta mágica para convertirse en un caso de análisis a nivel global, pero sí un conjunto de medidas económicas. La apertura al mundo a través de la integración con la Unión Europea, la baja de impuestos para conquistar a la inversión extranjera directa y la inversión en educación y salud fueron algunos de los factores que llevó a Irlanda a crecer un 6% promedio mensual desde el año 2011. Es diez veces lo que se expandió la economía Argentina en el mismo período (0,6% promedio anual), según detalló Ricardo Carciofi, investigador principal de Desarrollo Económico de Cippec.
Ante la atención que cobró la política económica irlandesa en la Argentina, el economista Alan Barrett, CEO del Economic and Social Research Institute (Irlanda) y quien fue segundo en el Departamento de Finanzas de Irlanda (2001-2003), viajó por primera vez al país y brindó una charla sobre “Integración y desarrollo para un futuro sostenible”.
“Nos encontramos en un momento muy positivo y exitoso en términos de nuestra evolución económica. Pero no ha sido lineal, hubo altibajos a lo largo del camino. Espero contarles una historia para que piensen en términos de cuáles son los paralelismos con la Argentina y sus posibles lecciones”, arrancó la charla, organizada por Cippec.
El rol de la Unión Europea
En primer lugar, el economista mencionó que la Unión Europea fue fundamental para el desarrollo económico de Irlanda. En un país conformado por cinco millones de habitantes, en 1973 se unieron al bloque económico que se basa en una zona de libre comercio, lo que permitió que los bienes y servicios se puedan mover sin inconvenientes dentro de una región que en su conjunto suma 450 millones de personas.
“Eso significa que las perspectivas de emplear políticas del tipo proteccionistas simplemente no existen en Irlanda. Somos una pequeña isla en un mercado muy importante y estamos abiertos a la competencia de mercado”, agregó. Y aunque la Unión Europea sí impone restricciones en términos de importaciones por fuera del bloque, y tienen una moneda única (pero no todos los países miembros adhieren), Barrett recordó que Irlanda también se beneficia de tener “libertad y flexibilidad” para fijar su política impositiva y de estado de bienestar.
Al respecto, Carciofi hizo un paralelismo con la Argentina. El analista mencionó que el país forma parte del Mercosur, junto con Brasil, Uruguay y Paraguay, pero que “no tiene un mercado único”. Esto generó que, si bien el bloque económico fue “exitoso” en su primera fase, desde el 2011 a la fecha el nivel de comercio medido en dólares cayó en vez de aumentar.
“No tenemos ni siquiera un arancel externo común. Tenemos un arancel externo organizado y hay doble cobro de arancel. Quiere decir que los bienes, cuando ingresan a uno de los países miembros y, por ejemplo, lo que entró acá lo exportamos a Paraguay, hay que pagar arancel también allá. Imagínense a Irlanda en ese modelo. Además de que la Unión Europa está conformada por 450 millones de personas, fíjense la importancia del mercado único y el modelo de integración profunda”, contrastó. La frase surge en un momento en el que Milei se propone ampliar los tratados de libre comercio del Mercosur.
La relación entre el Mercosur y la Unión Europea también fue parte de la charla. Amador Sánchez Rico, embajador de la Unión Europea, dijo que están “muy interesados” en un acuerdo entre ambos bloques económicos. “Sería un salto cualitativo en la relación con esta región. Un bloque de Mercosur un poco más integrado, y en un momento que nos encontramos con tensiones a nivel mundial, sería un acuerdo geopolítico y geoestratégico. Además, permitiría a los cuatro países penetrar en un mercado integrado, que les supondría un aumento exponencial en materia de comercio”, consideró.
Baja de impuestos y política social
Pero ser parte de la Unión Europea no fue lo único que impulsó el crecimiento irlandés. Para Barrett, tener la libertad de implementar su propia estructura de impuestos le permitió bajar las alícuotas a las empresas, una política que se usó de manera agresiva para atraer a la inversión extranjera directa. Sobre todo, de compañías estadounidenses, como Meta o Amazon, que decidieron instalar sus operaciones en el “tigre celta” por compartir un mismo idioma y porque Irlanda tiene que rendir cuentas ante la Unión Europa sobre su política fiscal al tener al euro como moneda.
“Entre los años 1920 y 1950, Irlanda tenía una economía muy protegida. Todo cambió en esencia alrededor de 1960, cuando el gobierno se dio cuenta de que esto era simplemente una receta para el desastre. El país estaba estancado, por lo que se produjo una reorientación de la economía. En lugar de proteger las industrias nacionales y producir únicamente para un mercado interno, se eliminaron muchas de las protecciones. Las empresas quedaron, en cierto modo, sujetas a la competencia. Eso es parte de la visión externa y de la importación de capital y la inversión extranjera directa”, explicó el economista irlandés.
Sin embargo, más adelante en la charla mencionó que el cambio de política a una más proteccionista en Estados Unidos, tras el triunfo de Donald Trump, podría presionar en los próximos años a Irlanda. “Podríamos ser víctimas de nuestro propio éxito”, aseveró, al explicar que hoy dependen mucho de la inversión extranjera.
Por último, Barrett mencionó que otra de las claves del éxito fue una política social, de acceso a la educación y a la salud. “Si se trata de atraer inversión extranjera directa, se está hablando de tener una fuerza laboral altamente educada”, mencionó. Aunque la Argentina tiene una política social similar, pero con resultados económicos diferentes, el economista señaló que “estas anomalías podrían surgir porque alguien está mejor recibiendo un pago social”. Por eso, añadió que en Irlanda se dirigió la política social para que el beneficiario no pierda todos los beneficios automáticamente cuando consigue un trabajo, sino que es gradual en el tiempo.
“Estamos comprometidos a profundizar nuestros vínculos tanto con la Argentina como con toda la región. Como es bien sabido, el modelo económico irlandés ha recibido cierta atención en la Argentina en los últimos tiempos. El presidente Milei, en particular, se ha referido en varias ocasiones a la reciente transformación económica de Irlanda. Subrayaré tres elementos clave como fundamentales para el modelo económico de Irlanda: la inversión en educación, el papel clave de atraer inversión extranjera directa a Irlanda y, por supuesto, la pertenencia de Irlanda a la Unión Europea”, resumió el embajador de Irlanda, Gerard McCoy.
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