Invirtieron US$15.000 hace dos años y hoy envían 20 pallets semanales de productos al exterior

CORDOBA.- La idea les empezó a rondar cuando algunos amigos que estaban afuera del país les pedían alfajores, yerbas o dulce de leche. Les contaban que “apenas” encontraban esa oferta y que extrañaban. Era finales de 2019 cuando los tres socios arrancaron con Latinafy. Comenzaron con unos dos envíos semanales y ahora están en un promedio de 20 pallets.

La pandemia del Covid-19 “aceleró” el negocio, dice a LA NACION Ariel Torres, uno de los socios. Después de dos años, empiezan a ampliar la idea original y se transforman en una plataforma de comercio electrónico con el objetivo de llegar a toda Latinoamérica; ya cuentan con una sede en Uruguay y operan en Chile.

La empresa comenzó con una inversión de alrededor de US$15.000 que destinaron prácticamente completos a la compra de mercadería. El resultado de las ventas lo reinvirtieron completo en productos y en desarrollo. Torres enfatiza que el “boca en boca” fue clave para el crecimiento.

Cuenta que, desde el primer día, escucharon las sugerencias de los clientes y atendieron pedidos puntuales que no estaban entre los productos que tenían: “Es impresionante la cantidad de cosas que pide la gente; libros, juegos de mesa, carteras, alpargatas hasta algunas cosas de cosmética porque dicen que lo que consiguen es ‘diferente’ a lo que están acostumbrados”.

En esa dinámica comenzaron a sumar productos y se armó un ida y vuelta con empresas; algunas se les acercaron y ellos llevaron la propuesta a otras para que se sumaran a la plataforma. La web ofrece una multiplicidad de ítems que excede largamente el del denominado “mercado de la nostalgia” como se llama al de los emigrados que extrañan.

“Preferimos no usar esa calificación porque nuestra llegada se amplió -apunta Torres-, buscamos un mercado más amplio y desarrollamos economías regionales, queremos ofrecer otras alternativas”. Si bien el dominante de los pedidos es desde y hacia el exterior, suelen aceptar algunos para entregar dentro del país. “Es una forma de fidelizar a nuestros clientes”, indica.

Para garantizar entregas rápidas, cuentan con un depósito en Barcelona (España) para Europa y otro en Estados Unidos y trabajan con los “principales transportistas”. Si los productos pedidos están en stock en esos nodos, el reparto lleva unas 24 horas y si se despachan desde la Argentina entre dos y cinco días dependiendo la frecuencia de vuelos al destino.

El mercado más demandante que tienen es Estados Unidos y le sigue Australia: “El primero no solo es muy grande sino que hay muchos latinos y están muy familiarizados con el comercio electrónico y eso ayuda”. Del análisis de datos que realizan se desprende que sus clientes hacen pedidos, en general, cada dos meses y que lograron fidelizarlos.

“Nuestra fortaleza está en la variedad y en la gestión de la logística internacional -repasa Torres-. Ofrecemos una plataforma integrada, en un solo envío podemos mezclar marcas y tipos de productos y tenemos aceitado cómo llegar a cada destino”.

Entre los pedidos que reciben se cuentan desde repuestos de autos y motos –”suelen ser de modelos que ya no se fabrican donde está el que los pide”- a CDs de cumbia y coleccionables. Con todo, lo tradicional sigue siendo fuerte; los argentinos compran muchos alfajores; los uruguayos pican en punta con la yerba y los chilenos, con las galletas.

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