Invertir en arte: las subastas seducen a los compradores extranjeros
Los especialistas destacan que es un buen momento para comprar obras por un tema de precios, pero alertan sobre los riesgos
La puja final se dio por teléfono. Ante la mirada atenta del público que había asistido a la subasta, dos inversores anónimos hacían sus ofertas por Caja con señores, la pintura del artista argentino Antonio Seguí que la casa de subastas Roldán había sacado a remate. La pieza tenía un valor base de US$100.000, pero fue finalmente adquirida por uno de los contendientes misteriosos a US$200.000 (más comisiones e impuestos), y marcó así el récord de precio para una obra de un artista argentino vivo subastada en el país.
Quienes saben dicen que hay dos explicaciones posibles para esa marca: la calidad de la obra y el contexto económico del país. Es un buen momento para invertir en arte. "Quien compró el Seguí es un inversor de varios rubros, que sabe lo que hace. En un momento de bonanza del país, ese cuadro tiene que valer el doble", dice Nahuel Ortiz Vidal, tercera generación de subastadores, quien estuvo al frente del remate que el 3 de julio pasado marcó el récord. "Es un momento en el que se percibe que el dólar está bajo, entonces los valores argentinos, comparados con los de la región, son muy tentadores. La gente está comprando porque entre tener cierto ahorro en dólares o tener el cuadro, prefiere cambiar de activos y diversificarse", apunta.
Ortiz Vidal traza la diferencia entre el "coleccionista" y el "comprador". El coleccionista tiene un hilo conductor que se relaciona con su gusto y lo mantiene vigente todo el año. El comprador, en cambio, es estacional y aparece detrás de las oportunidades. "No quiere una colección extensa, sino un puñado de obras de mucho valor", resume.
Para Gustavo Perino, fundador y gerente comercial de Givoa, una consultora de peritaje de arte y valuaciones con presencia en la Argentina y Brasil, "en épocas de crisis económica, lo que más se fortalece es el mercado de arte". "Cuando las inversiones tradicionales sufren por la crisis, los inversores buscan refugio en otras más estables y duraderas", añade.
¿Puede subir el precio de las obras nacionales en el corto plazo? Según el experto, el mercado de arte argentino es pequeño en relación con otros de la región como Brasil y México -mueve alrededor de US$15 millones en ventas anuales, contra los más de US$157 millones que se venden en Brasil-, y está totalmente ligado a las condiciones macroeconómicas del país.
Los valores de las obras, dice, se abultan en sintonía con los bolsillos. "Cuando hay más dinero líquido para invertir, la búsqueda de obras es mayor y suben los precios, sobre todo de artistas de cotización local", apunta. Pero si cualquier persona que disponga del dinero puede comprar arte, hacerlo estratégicamente es apropiado para un tipo de inversor específico: uno que puede lidiar con la "iliquidez", es decir, que no necesita disponer del retorno de su inversión en el corto plazo.
Un inversor de arte debe, además, conocer el mercado o estar cuidadosamente asesorado. "Para ser objeto de inversión una obra tiene que ser original. Parece una obviedad, pero estamos hablando de un mercado con un 30 o 40% de obras falsas o mal atribuidas", señala Perino.
Para el economista y analista del mercado internacional del arte Claudio Golonbek, la macroeconomía es solo uno de los factores que afectan el mercado del arte, donde entran en juego también elementos relacionados con la "idiosincrasia local". Además, Golonbek señala que es necesario entender que el arte no es un bien homogéneo, sino que puede pensarse en por lo menos tres segmentos diferenciados.
Un primer segmento lo constituyen las "obras premium de la década del 60 a la del 90", como la de Antonio Seguí recientemente subastada. "Las obras premium y caras son las que mejor defienden a largo plazo su valor. Daría la impresión de que si uno tiene el dinero, comprar una obra de ese tipo es una estrategia bastante racional, cuidadosa y conservadora. Es el momento para comprar una reserva de valor de largo plazo a un precio muy correcto", apunta Golonbek, para quien los valores de la Argentina quedaron muy rezagados respecto de los países vecinos.
El economista ubica en otro segmento, de "mediano riesgo", al arte contemporáneo. La referencia es a piezas de artistas con cierta trayectoria internacional "que si entran en el espectro de los curadores de la misma generación tienen un alto potencial de valorización".
Por último, identifica al grupo de arte "puramente contemporáneo", es decir, el que se está produciendo hoy, que es una apuesta y requiere de un ojo muy entrenado.
Aun cuando coincide con las miradas económicas, Estefanía Jaugust, curadora de la plataforma de venta de arte online Diderot.Art, considera que "siempre hay una ganancia si uno compra una obra que le gusta". "Invertir en arte es una inversión en la cultura, en la carrera y el desarrollo de los artistas, y en la satisfacción propia de tener una obra de arte que todos los días nos genera algo nuevo", dice.
De todos modos, Jaugust señala que quien está detrás de la compra de obras como inversión puede contar con estrategias para saber hacia dónde orientarse. "Cuando curadores, museos y bienales destacan a algún artista, generalmente los precios de las obras suben y si se está inmerso en el mundo del arte se sabe con anticipación cuándo esto está por ocurrir. Por ejemplo, las retrospectivas de artistas implican un rastrillaje de obras en colecciones privadas y esto suele ser un indicador de que la obra está por ser puesta en valor nuevamente", detalla, pero agrega que a menos que se trate de inversores con mucha gimnasia "siempre es importante estar bien asesorado".
El dilema de la liquidez: pros y contras de invertir en arte
Sin apuro
- Los expertos aseguran que uno de los factores a tener en cuenta a la hora de invertir en arte es clave determinar si se trata de un inversor que busca liquidez.
Saber esperar
- Tradicionalmente este tipo de inversiones están recomendadas para ahorristas que no necesitan disponer del retorno de su inversión en el corto plazo.
Asesoramiento
- Los especialistas destacan que la inversión en arte implica mayores riesgos y por eso en este campo el asesoramiento es fundamental para evitar sorpresas.
Defensa de valor
- También destacan que las obras consagradas implican una mayor inversión inicial, pero son las que mejor defienden su valor en el largo plazo.
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