Intercambio comercial: en febrero se registró el superávit comercial más alto desde octubre

En un escenario en el cual el país debe engrosar las reservas del Banco Central (BCRA) y cada dólar que entra en la Argentina es bienvenido, el Gobierno recibió de buen agrado los resultados que presentó el informe de Intercambio Comercial Argentino (ICA). Durante febrero el saldo comercial fue superavitario en US$809 millones, el mayor desde octubre pasado, aunque todavía US$253 millones inferior a igual mes que el año anterior, según dio a conocer esta tarde el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

A su vez, entre el rebote que está transitando la economía tras las sucesivas crisis económicas y el adelanto del pago de importaciones que se ve incentivado por una brecha cambiaria que hoy alcanza el 82%, tanto las exportaciones como las importaciones presentaron un nuevo máximo histórico para los registros de febrero.

“Actualmente el índice de términos de intercambio se encuentra en valores comparables a los del mes de noviembre de 2012, lo cual denota que nos encontramos en valores elevados en términos históricos. Respecto a un año atrás crecieron un 1,8% y cabe esperar el efecto que tendrá sobre los mismos la evolución de la guerra: por un lado incrementará los precios de los productos primarios y las manufacturas de origen exportables; pero a la vez aumentará el valor final de los combustibles importables, lo cual incorpora incertidumbre respecto a la estabilidad a futuro del débil resultado comercial”, sostuvieron desde LCG.

En el segundo mes del año las exportaciones alcanzaron los US$6443 millones, un crecimiento del 34,9% con respecto al mismo mes del año anterior, cuando todavía se sentían los efectos de la pandemia de coronavirus. El resultado es producto de que los precios se incrementaron un 20,4%, y las cantidades, un 12%.

Todos los rubros exhibieron un crecimiento en términos interanuales, aunque las ventas energéticas se destacaron con un 116,4%. En tanto, las exportaciones de productos primarios aumentaron 72%; las manufacturas de origen industrial un 35%; y las manufacturas de origen agropecuario, 4,1%. En este último caso, hubo una caída del 5,9% de las cantidades, pero fue compensada por una suba de precios del 11%.

Por otro lado, las importaciones acumularon US$5634 millones, un alza del 51,7% frente a febrero de 2021. Al analizar el detalle, las cantidades treparon un 27,6%, mientras que los precios escalaron 18,3%. Sin embargo, en los próximos meses las importaciones dependerán en gran medida del nivel de exportaciones debido al contexto de escasez de divisas. “En un escenario de cuenta capital cerrada, los dólares necesarios para adquirirlas [las importaciones] deberán a provenir de las liquidaciones de exportaciones que se ejecuten”, advirtieron desde LCG.

En general, la mayoría de los usos de importación crecieron en términos anuales, principalmente las compras de combustibles y lubricantes (420,8%), cifra que se explica por un aumento interanual del 235% en las cantidades demandadas. Para los economistas, esta podría ser una estrategia para adelantar compras ante la inminente inestabilidad del mercado energético mundial, producto de la guerra.

De cara a los próximos meses, el desarrollo del conflicto bélico será fundamental para la Argentina. Sobre todo, teniendo en cuenta que se avecinan los días más fríos del año. A pesar de que el país tiene en Vaca Muerta la segunda reserva de gas más grande a nivel mundial, desde la consultora económica Abeceb aseguran que el Estado deberá multiplicar sus gastos en la importación del producto debido a la falta de inversiones para el desarrollo de la infraestructura necesaria para su extracción.

“El estallido del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania alteró profundamente la geopolítica a nivel global instaurando el fantasma de una estanflación con impacto cuasi directo en nuestro comercio internacional. En este sentido, si bien los elevados precios de las commodities podrían beneficiar a nuestras exportaciones del agro, habrá que monitorear los efectos netos de la guerra sobre la economía mundial, dado que ya se prevé una mayor moderación en el crecimiento global, particularmente sobre la Zona Euro y China, con posibles ‘efectos contagio’ hacia otros países”, cerraron.

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