Inseguridad jurídica. El caso Vicentin dificulta el clima para negociar la deuda
Las tensiones de mercados desatadas por la expropiación de Vicentin llegan en un momento inoportuno: justo cuando el Gobierno busca dar otro paso para cerrar un acuerdo y lograr un alivio temporal y una baja sostenida del costo de su deuda externa y, a la vez, le toca comenzar un camino para refinanciar en lo que queda del mes vencimientos de la deuda en pesos en manos de privados por un total equivalente unos $220.000 millones, monto equivalente al 10% de la Base Monetaria (BM).
Los analistas de mercado advierten que la medida, al pasar por alto un proceso judicial en marcha (la convocatoria de acreedores que llevaba adelante la compañía) empujaría a los bonistas y fondos que negocian con el país a usar una tasa de descuento (o exit yield) más elevada para valuar la nueva oferta que le hará la Argentina en los próximos días, lo que podría reducir los porcentajes de aceptación.
Pero también que hasta podría provocar que los inversores que tienen deuda en pesos por vencer y venían aceptando renovarla cada con mejor predisposición (lo que permitió al Gobierno no solo no hacer pagos y bajar el costo de esa deuda sino, además, lograr ingresos frescos para algo de caja en los últimos dos meses) sean más remisos a hacerlo ahora. Esto porque el bono que representa el vencimiento más importante del mes (algo así como el 60%) es el TJ20 o Bopomo, un título cuya mayor tenencia está en manos del fondo Pacific Investment Management Co (Pimco).
Según trascendidos, el Gobierno presentaría sobre el cierre de esta semana la oferta final del Gobierno frente a la Comisión de Valores de los EE.UU. (SEC), proponiendo un nuevo acuerdo de confidencialidad a los distintos comités de acreedores y otra prórroga, ya que el viernes caduca el plazo actual.
Pero la maniobra realizada con Vicentin, al aumentar la percepción de riesgo e inseguridad jurídica, puede llevar a que suban del 10% al 12% la tasa de salida que usen, lo que le bajaría buena parte del valor que el Gobierno estaba dispuesto agregarle a su propuesta (valuada en torno a US$47 en promedio tras la última enmienda).
"La intervención de Vicentin es un tiro en el pie a la estrategia de renegociación de la deuda del propio Gobierno. Los efectos positivos del acuerdo para el día después de la cuarentena serán casi nulos. No se entiende", sostiene el economista Ariel Coremberg, director del Centro de Estudios de la Productividad,
"La decisión no ayuda, ya que es otro ejemplo de la inseguridad jurídica que existe en nuestro país y a la larga se paga con mayores tasas de descuento. Pero, puntualmente no creo que genere un cambio en la negociación actual", sostiene Juan José Vázquez, jefe de análisis de Cohen.
"No hay duda que es una mala señal y su lectura en el mercado no fue buena, como queda a la vista por el comportamiento de los precios de los activos argentinos en el día de hoy. Pero no creo que impacte en la negociación de la deuda externa, aunque en lo local se verá, porque la medida parece llevar consigo todo un mensaje a los privados, algo así como: ‘Muchachos no se tienten con los salvavidas oficiales y traten de usar sus reservas porque…’", sostiene Alejandro Bianchi, Fundador de AsesorDeInversiones.com.
"La medida no ayuda a mejorar el contexto de negocios locales, así como tampoco la visión con la cual los bonistas siguen el proceso de renegociación de la deuda. No ayuda en un contexto en que reinan dudas e incertidumbre, pero tiende a afectar más el largo que el corto plazo", coinciden los analistas de Delphos investment
En lo local, la duda quedó planteada por la reacción que podría mostrar el fondo Pimco, aunque el Gobierno aún no divulgó la oferta que hará para tratar de refinanciar ese vencimiento, aunque se espera que repita la fórmula de canje de anteriores vencimientos grandes.
La primera licitación para refinanciar deuda en pesos está planteada para pasado mañana y buscará cubrir el primer vencimiento importante de Letras de Descuento (Ledes) por poco más $50.000 millones del martes siguientes, aunque no se prevén complicaciones dado que se trata de un papel en manos de inversores institucionales locales.
El examen llegará entre los días 21 y 22 (la licitación está planteada para el 19) dado que vencerán $130.000 millones del Bopomo y otros $28.000 millones en Letras Badlar.