Innovación cómo pasar del pensamiento a la acción
Cuatro referentes del mundo de la biotecnología,?la programación, la economía y las finanzas demostraron por qué no hay que quedarse de brazos cruzados; qué necesita el país para dar el gran salto
Cuatro de las voces más calificadas del país a la hora de hablar sobre innovación se reunieron en el panel "Del pensamiento a la acción" en el evento "Negocios del futuro", organizado por la nacion y el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) para contar cómo hay que prepararse para los tiempos que vienen.
Un economista que asegura que todo empresario es innovador, sobre todo en un país como la Argentina, con tantos vaivenes económicos y potencial en materia de biotecnología; un programador que demostró que un equipo argentino puede ganarle a Harvard y liderar en la región; un emprendedor global que sacó la ciudadanía digital de Estonia anticipándose al mundo sin fronteras al cual nos acerca la tecnología, y un experto en bitcoins que fomenta este sistema de transacciones que llegó para revolucionar los negocios.
Así, junto a Sebastián Campanario, moderador del panel, Guillermo Anlló, Lucas Tavolaro Ortiz, Carlos Miceli y Joaquín Moreno dieron su visión, desde el sector privado, sobre la construcción de posibles estrategias de desarrollo a futuro a partir de los cambios que hoy ya se están experimentando en el mundo.
"La tecnología está emparejando la cancha para todos los emprendedores", aseguró Miceli, quien descree que competir con Silicon Valley sea la mejor alternativa. El emprendedor sostuvo que la clave está en que cada país se enfoque en sus fortalezas, teniendo en cuenta también sus debilidades. Israel, Chile y China son algunos de los ejemplos que destacó de naciones que lograron innovar y fomentar la creación de start ups a través de un modelo ajustado a sus medidas.
Si bien la Argentina todavía está lejos de estos paraísos emprendedores, Anlló consideró que el país es un gran campo de prueba para la innovación frente al constante cambio de reglas y normas. Ahora, teniendo a tantos empresarios con gran capacidad creativa, surge la pregunta de en qué tipo de estrategia innovadora quiere destacarse el país, cuestionó el economista.
Una puerta entreabierta que presenta la demanda del futuro es la de la biotecnología, un sector en el cual la Argentina tiene siete jugadores que están "a la altura de la NBA" para competir a nivel mundial, según Anlló. Si a estos talentos se les suma la velocidad con la que el mundo está cambiando y el inminente escenario que presentará nuevas reglas, normas y consumos, el país cuenta con muchas perspectivas positivas, siempre y cuando se las sepa aprovechar. "El tema es dónde y cómo vamos a potenciar y desarrollarnos para aprovechar este nicho. La biotecnología, el software y la nanotecnología son plataformas que se pueden aplicar a muchas actividades", reflexionó el especialista.
El rol del Estado
A una semana de definirse quién será el futuro presidente de la Argentina, los panelistas expusieron de qué forma el nuevo gobierno podrá ayudar al país a despegar en materia de innovación y nuevos negocios. El principal pedido fue acompañamiento con medidas que, en vez de controlar y obstaculizar el desarrollo, sean ágiles, eficientes e inteligentes.
"El gobierno debe facilitar, pero correrse un poco del medio. Está bueno que ayude desde los permisos, pero que no ejerza tanto control para así poder cultivar un poco el caos y dejar que surjan las cosas", señaló Miceli. Por su parte, Tavolaro Ortiz destacó la necesidad de que la nueva gestión marque cuáles son los temas prioritarios que debe tener la Argentina para desarrollarse e industrializarse, aprovechando las nuevas tecnologías en pos de cambiarles la vida a los ciudadanos.
"La biotecnología puede llegar a ayudar a muchas personas que tienen enfermedades o viven en condiciones muy malas. Un ejemplo es la posibilidad de utilizar productos que indican qué tan contaminada está el agua. Cualquiera puede tenerlo en su casa y eso es una forma de pensar cuáles son las prioridades que tenemos en todo el país", dijo el programador.
A la vez, el joven de tan sólo 22 años abrió el debate sobre la educación del futuro en la Argentina. "Si bien hubo mejoras en los últimos años, hay que volver a discutir cómo funciona el sistema educativo hoy, sobre todo teniendo en cuenta los avances y cambios que estamos presenciando en ciencia y tecnología", enfatizó.
Tavolaro Ortiz sabe de lo que habla porque lo vivió en carne propia hace pocos meses, cuando formó parte del equipo argentino que ocupó el decimoctavo puesto en el Mundial de Programación de Marruecos. A su regreso del campeonato, le escribió una carta a Alberto Barbieri, rector de la Universidad de Buenos Aires (donde es alumno y docente), y a Alberto Sileoni, ministro de Educación, para alertarlos sobre la falta de recursos para seguir desarrollándose y obteniendo logros a nivel mundial, como el resultado obtenido en Marruecos.
Cuando Campanario les preguntó a los panelistas qué les recomendarían estudiar a los jóvenes que están evaluando qué carrera continuar para enfrentar el mundo del futuro, las respuestas resultaron diversas, pero complementarias, aunque todos coincidieron en que lo primero que debe estudiar cualquier persona para el escenario de mañana –y el de hoy también– es inglés. "Antes que cualquier otra carrera, que estudien ese idioma, porque con muy poco se puede alcanzar un nivel satisfactorio para aprovechar las oportunidades de Internet. No hace falta ser bilingüe; con saber lo suficiente ya vale la pena", indicó Miceli.
Para Moreno lo mejor es que cada uno estudie lo que le gusta, porque el esfuerzo que una carrera implica es muy grande y, si a uno no le apasiona, lo más probable es que se dé por vencido. "Ahora, si te gusta algún tipo de ingeniería, entonces sí te diría que vayas por ahí. Creo que hay mucho potencial en eso, aunque hay que ver qué carreras existirán en los próximos años, cuando esta persona pueda desempeñarse y comenzar su desarrollo profesional", advirtió.
Por su parte, Tavolaro Ortiz hizo hincapié en la importancia de darse el tiempo de conocer toda la oferta académica universitaria que hay actualmente. "La cantidad de carreras que existe en el país suele ser muy poco conocida. Las ramas de la ciencia y la tecnología son muchas y ni yo conozco todas. Cada vez hay más especializaciones en las cuales desarrollarse", agregó.
En el caso de Anlló, su foco no está en las carreras, dado que sostuvo que todos los currículos de hoy van a quedar obsoletos el día de mañana. "Estudien lo que estudien, es muy probable que los jóvenes yerren su elección", dijo, y agregó que, "para que nadie se asuste", él aconseja que decidan estudiar lo que tengan ganas, pero que, sobre todo, "aprendan a aprender". Es la clave que permitirá aprovechar las oportunidades venideras.
¿Empresas en decadencia?
A partir de un artículo que publicó la revista especializada The Economist sobre la decadencia de las corporaciones de Occidente, los especialistas en innovación compartieron su mirada sobre lo que ocurrirá con las empresas.
Miceli reconoció que habrá un cambio en las organizaciones, aunque la mayor transformación la observa en las expectativas y la relación entre el empleado y el empleador. En esta línea, citó el libro La alianza, de Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn, que habla sobre el diálogo deshonesto que surge cuando el empleador le dice al colaborador que en la empresa tiene futuro, y el empleado le dice a la organización que permanecerá ahí para siempre. "Los dos saben que están mintiendo y eso muestra cómo van a evolucionar las empresas", señaló el emprendedor.
En tanto, Anlló coincidió en que por estos días se está experimentando un cambio en las relaciones a nivel corporativo producto de las nuevas tecnologías que impulsa a que las cosas se hagan de forma diferente. Sin embargo, no cree que las grandes corporaciones dejarán de existir. "Es verdad que muchas grandes empresas mueren, pero también nacen otras, como Google y Facebook. Lo que cambia es el viejo modelo fordista, que es probable que no sobreviva", concluyó.
Así, poco a poco, y casi sin que el común de la gente se dé cuenta, las nuevas tecnologías llegaron para quedarse y seguir avanzando a pasos agigantados, aunque lo hagan a través de pequeños detalles. "Si prestamos atención, el tilde de visto de WhatsApp cambió las relaciones que todos tenemos. Son cambios chiquitos, pero en el mediano plazo empiezan a verse sus efectos. Y hay que estar atentos, porque eso cambia no sólo la relación entre nosotros, sino también con la tecnología, que, a su vez, tiene que adaptarse", sintetizó Tavolaro Ortiz.
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