Por qué dicen que en Catalinas se viene la cuarta ola inmobiliaria
Se trata de una de las zonas porteñas con más historia. Su fundación data de 1872, a partir de la instalación de una aduana y un muelle sobre el actual cruce de Paraguay y Leandro N. Alem, hasta donde llegaba por entonces el río. Sin embargo, la fisonomía urbana que conocemos hoy se fue conformando en sucesivas olas de desarrollo que iniciaron cien años después, cuando en la década de 1970 surgieron los edificios pioneros como el Conurban, Catalinas Norte, Madero, Carlos Pellegrini (conocido por albergar a la UIA) y en los 80 el de IBM. La segunda ola, en los 90, incorporó el Laminar Plaza, Alem Plaza, Catalinas y el Bank Boston. La tercera arrancó en 2010, con el edificio BBVA y otros dos en construcción: IRSA y Banco Macro.
A partir de la disponibilización de terrenos fiscales para construir nuevos edificios de oficinas, en Cushman & Wakefield, hablan de una cuarta ola, que representa una especie de refundación de la zona, cruzando las avenidas Madero y Córdoba. "En los próximos 10 o 12 años prácticamente se va a duplicar la superficie actual de oficinas, con lo cual podemos decir que vamos a tener una cantidad de construcción equivalente al desarrollo de los 50 años anteriores", explica Herman Faigenbaum, Managing Director de Cushman & Wakefield Cono Sur.
En efecto, se prevé que a los 339.650 m2 que constituyen el inventario actual se sumarán hasta 2030 otros 323.250 m2, con lo cual se alcanzaría en poco más de una década una superficie total de 662.900 m2 de oficinas.
Impactos
Brindando también servicios a quienes estén en las oficinas, visitando y ocupando espacios complementarios, se espera que el crecimiento de la zona genere un aumento proporcional de las personas que trabajan en el área y no solo de los edificios "Esto plantea una pregunta acerca de cómo va a soportar este crecimiento la infraestructura de transporte actual, que ya está muy ocupada y que no tiene planes de ampliación sustanciales. Por un lado, seguramente el Paseo del Bajo va a mejorar la zona en términos de tránsito pesado, y por otro, podría expandirse también la línea E del subte, pero por el momento, no hay otros planes significativos para mejorar la movilidad de la zona. Hay entonces un gran signo de interrogación en cuanto a cómo va a responder el transporte a la duplicación, por lo menos, de la cantidad de gente que trabaja en el lugar", señala Faigenbaum.
Finalmente, respecto de cuándo y cómo se va a ocupar esta nueva superficie de oficinas, comenta: "La pregunta que todos se hacen es si va a haber demanda suficiente para que se absorban todos los metros cuadrados nuevos construidos. Nuestro Departamento de Investigación de mercado hizo un análisis y contamos con algunas proyecciones. En general somos optimistas. Pensamos que alrededor de 2030, la vacancia va a ser inferior al 10%, una cifra saludable para el mercado de Buenos Aires. Creemos que con todo este movimiento, varias empresas van a volver a mirar y elegir Catalinas. Porque gracias a su ubicación estratégica, está en el centro del centro de la ciudad".
LA NACION