Inflación y dólar: qué tan cerca está la salida del cepo cambiario, según Domingo Cavallo
El exministro señala que es posible que la caída de los salarios reales en el sector privado y las jubilaciones en el sector público hayan tocado ya su piso y deban aumentar; no cree que sea posible reunificar y liberar el mercado cambiario “exitosamente” a mediados de año
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CÓRDOBA.- El exministro Domingo Cavallo -a quien el presidente Javier Milei suele considerar el “mejor” de la historia argentina, aunque no le gustó que criticara el esquema de devaluación mensual del tipo de cambio oficial- califica de “alentadores” la reducción de la brecha entre el tipo de cambio oficial y los otros, la acumulación de reservas y la baja del riesgo país. Sin embargo, advierte que “no deben ser tomados como indicadores de que una reducción significativa de la tasa de inflación está cercana en el horizonte”.
Indica que la caída está acompañada de la merma en el nivel de actividad y de un aumento de los precios en dólares. El propio Milei admitió hace unos días que la Argentina está “cara en dólares”.
En su blog, el economista sostiene que se deben seguir la evolución del tipo de cambio real en el mercado oficial y la de los depósitos en dólares en el sistema bancario, así como la “canalización” de los que están fuera del sistema “hacia el mercado de capitales local”.
“No creo que vaya a ser posible reunificar y liberar el mercado cambiario exitosamente a mediados de año”, define e insiste en que ese objetivo se logrará si el tipo de cambio unificado “tiende a la apreciación y permite al Banco Central estabilizarlo comprando reservas”. Si, por el contrario, el Central vendiera, “el avance hacia la eliminación de la inflación estará en peligro”.
Cavallo refleja en su texto cuán “altos” están los precios en dólares y apunta que eso es “típico de cuando consumidores y productores comienzan a sospechar o demandar saltos” en el precio de la divisa, tanto en el mercado oficial como en los mercados “pseudo libres”. Muestra que, al tipo de cambio oficial, los precios en dólares locales se igualan a los de los Estados Unidos y medidos al blue, se aproximan al 90%.
Grafica con que esa es la relación para la nafta, mientras que para los alimentos los precios en dólares en Argentina están entre el 75 y el 65% de los precios en los Estados Unidos y para los electrónicos, la relación está entre el 125% y el 175%, respectivamente.
Sobre ese punto reflexiona: “Teniendo en cuenta que los alimentos son básicamente un producto de exportación y los electrónicos de importación o sustitutos de importaciones, estas relaciones entre los precios se parecen a las que uno podría predecir si existieran condiciones de estabilidad macroeconómica y la economía fuese abierta al comercio sin muchas distorsiones”.
“¿Habilitan estos datos a argumentar que el tipo de cambio de alrededor de 1000 pesos por dólar es un tipo de cambio real de equilibrio de largo plazo? -se pregunta-. Si la respuesta fuera afirmativa, tendría sentido pensar en una liberalización y unificación del mercado cambiario a 1000 pesos por dólar, acompañada por una política monetaria que sólo creara base monetaria contra compra de reservas y se permitiera total libertad de precios y salarios”.
Para Cavallo, aun cuando se tomen las “decisiones correctas”, las condiciones para liberalizar y unificar el mercado cambiario “difícilmente puedan conseguirse antes de fin de año”. Fundamenta su posición en que el CCL no es un tipo de cambio verdaderamente libre porque existen muchas restricciones para el acceso, las que a la vez desalientan la entrada de dólares a través de este mercado; la tasa de inflación mensual estará influida por una fuerte inercia porque es probable que “la caída de los salarios reales en el sector privado y las jubilaciones en el sector público hayan tocado ya su piso y de aquí en más tendrán que aumentar, mensualmente, a un ritmo no inferior a la tasa mensual de inflación del mes anterior”.
Añade que si el ritmo del crawling peg activo no se ajustara a un ritmo más cercano a la tasa de inflación, los costos de producción en dólares “tenderían a aumentar hacia niveles que desalentarían las actividades de exportación y a las sustitutivas de importaciones, poniendo en peligro el superávit comercial luego que se agoten las divisas generadas por la cosecha gruesa y los stocks de insumos importados”.
Para el exministro los pasos a seguir son: desdoblar formalmente el mercado cambiario para que en lugar del CCL funcione un mercado cambiario verdaderamente libre en el que el Banco Central y la CNV no intervengan; ajustar el ritmo del crawl en el mercado comercial para que la brecha entre los dos mercados vaya desapareciendo de manera natural y no por manipulación del Banco Central.
También, dejar que los bancos “decidan libremente la tasa de interés” que pagarán tanto por los depósitos en pesos como en dólares, así como la que cobrarán por los préstamos, y permitir que puedan invertir en bonos del Tesoro con los excedentes de capacidad prestable no demandada por el sector privado, pero sin la prerrogativa de que el Banco Central esté obligado a recomprar esos bonos cuando los bancos necesiten deshacerse de ellos.
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