Inflación: pese a la pausa, Milei no se baja de su mayor pelea
¿Paréntesis o cambio de tendencia? Caputo apuesta a que, más allá de la suba del IPC de junio respecto de mayo, la inflación núcleo converja en los próximos meses con el actual ritmo de devaluación o incluso menos, pero los economistas plantean dudas
- 7 minutos de lectura'
Después de cinco meses seguidos transitando un camino descendente, la inflación encontró en junio una planicie. ¿Paréntesis o cambio de tendencia? Muchos analistas se inclinan por la primera opción: explican que el comportamiento de los precios no es lineal y bajar un escalón todos los meses no siempre es factible. Lo venían diciendo incluso desde antes de que lo repitiera ayer el ministro de Economía, Luis Caputo.
Lo cierto es que el Gobierno llegó hasta acá haciendo todo lo posible por acelerar un proceso que, en 2023, el presidente Javier Milei imaginaba que llevaría un año y medio. Postergó aumentos de tarifas, hizo devolver plata a las prepagas, presionó a empresas de consumo masivo para que no mandaran listas de precios con aumentos, y abrió importaciones. Muchos agregan a la lista no modificar la tablita de devaluación mensual de 2% para buscar estabilidad en el dólar aún a riesgo de generar un incipiente atraso cambiario. Pragmatismo alejado del manual libertario e impulsado por las urgencias de un gobierno políticamente débil y necesitado del apoyo popular en medio del ajuste.
El regreso de los aumentos tarifarios explica gran parte del 4,6% de junio, una leve suba respecto del 4,2% de mayo. Un número similar podría repetirse en julio, pero no sería sino una pausa en la desaceleración de los precios. Hay factores estacionales que este mes motorizan los precios, como el turismo de vacaciones de invierno, pero además los precios de los alimentos, perfumería y limpieza subieron significativamente en los primeros 10 días: 1,6% en la primera semana y 3,7% en la segunda, según la canasta que releva la consultora Econviews. Luego, en los próximos meses, muchos economistas esperan que el descenso de la inflación continúe, aunque no en la proporción que proyectan en el Gobierno.
Esta semana, Milei habló de una inflación convergiendo con el crawling peg del 2% e incluso llegando al 0%. Ese hipotético logro sería una de las condiciones necesarias para eliminar el cepo, algo que el mercado espera con impaciencia. También optimista, Caputo habló ayer en una reunión con empresas de alimentos de un 1% hacia fin de año. ¿Es factible? Economía cree que sí y más. No solo puede administrar algunas de las palancas necesarias, como el aumento de las tarifas de luz y gas, y de los combustibles, sino que apuesta a que, con la “emisión cero”, no haya lugar para desbordes. “El peso va a ser el bien escaso”, suele repetir el ministro en reuniones privadas, previendo un aumento de la demanda de moneda local. Y ante un contexto de volatilidad financiera como el actual, confía en contener el dólar, además, con mecanismos como el cepo, el blend y el crawling peg. “Con lo que se viene, el CCL va a converger al oficial”, se entusiasman cerca del ministro.
“En la inflación núcleo, la incidencia clave es la de los salarios y los servicios intensivos en mano de obra. El aterrizaje del IPC a la pauta cambiaria no es sencillo. Cuando se observa lo que ocurre con servicios intensivos en mano de obra, los datos de junio de CABA dieron todavía una inflación en dólares del 4,8% mensual; pensar en inflación cero en dólares es suponer que ya se corrigieron todas las distorsiones de precios relativos. Es un supuesto voluntarista”, afirma Jorge Vasconcelos, de la Fundación Mediterránea.
Un informe del Ieral toma precios en dólares constantes (contemplando la inflación de EE.UU.) de junio de 2019 y lo compara contra el mismo mes de 2024. El resultado es que, en base a estadísticas del IPC general de CABA, el transporte público aún está 33,5% más barato en dólares; el gas, 26,2% y la electricidad, un 14,7%. Es decir, hay ajuste pendientes. “La corrección de precios relativos no es inflación. Son movimientos de única vez. Hay que mirar la núcleo”, retrucan en el Palacio de Hacienda.
Justamente este es otro factor con el que cuenta el Gobierno para alcanzar el objetivo de alinear la inflación con el ritmo de devaluación o incluso menos: no piensa en el IPC general, sino en la inflación núcleo (excluye alzas estacionales y precios regulados). Pero el mes pasado, ese indicador también mostró un estancamiento: avanzó 3,7%, lo mismo que en mayo y aún lejos del 2% de la tablita. “Con el dato de hoy tenemos dos meses de núcleo en 3,7%; ¿es consistente con la tasa de política monetaria? No lo es, esta en el 3,3% mensual”, advierte Vasconcelos.
Entre los economistas hay opiniones divididas. “No creemos que la inflación baje al 2% mensual este año. Obviamente va a depender de si pisan o no regulados y cosas por el estilo, pero creemos que la inflación crucero está en el 5 o 5,5%; puede bajar un poco, sí, sobre todo si la economía no levantara”, dice Andrés Borenstein, de Econviews. “Y para nosotros la economía no vuela, pero camina. Nadie habla ya de una recuperación en ‘V’, pero lo peor ya pasó, de manera que no somos tan pesimistas en economía ni tan optimistas con la inflación”, agrega. Y si hubiera un rebote, ¿podrían recalentarse los precios? En Economía creen que no porque la capacidad instalada de la industria está en un 54%.
Camilo Tiscornia, de C&T Consultores, y Daniel Artana, de FIEL, son optimistas con la inflación, pero advierten sobre la amenaza que puede representar el tipo de cambio para un eventual pase a precios. “No me parece que haya ningún obstáculo para que la inflación siga bajando y convergiendo al crawling del dos, sobre todo porque Milei está pensando en la núcleo. Si me decís ir a cero mensual podría ser si vos crees en un país estable monetariamente. No parece que sea imposible, pero es difícil porque el tipo de cambio está complicado; ahí está el gran tema”, dice Tiscornia.
Por su parte, para Artana “junio sería un paréntesis en la baja de la inflación y no marca -a mi juicio- un cambio en la tendencia”. En cambio, advierte sobre el dólar: “Hay un régimen cambiario definido con el crawl al 2%. Lo que mete ruido son las anomalías que en algún momento se van a quitar, como el dólar blend, el impuesto PAIS y las restricciones muy duras del cepo heredado del gobierno anterior”.
Pero el ministro Caputo pretende alejar esos fantasmas. “Ya dije 100 veces que no va a haber sorpresas en lo cambiario. No entiendo realmente por qué insisten con eso”, se le escuchó decir esta semana en distintas audiencias en el Palacio de Hacienda.
A estos elementos de incertidumbre respecto del futuro de la inflación podría sumarse otro: Milei reiteró esta semana que no está dispuesto a sacrificar actividad económica solo por el hecho de mostrar un índice de precios bajando vertiginosamente. “Es lógico, debés mantener un equilibrio dentro de todas tus necesidades; no podés atender 100% una y descuidar el resto porque te trae otro problema. La actividad no solamente tiene un impacto sobre la sociedad en sí, con más o menos empleo y demás, sino sobre las arcas fiscales, o sea, a menor actividad menor recaudación de impuestos. Entonces, es lógico que tenga que tenerla en cuenta”, señala el analista Christian Buteler.
El mercado por ahora no compra los argumentos oficiales, pero Caputo dice estar tranquilo. “Una vez más, los acontecimientos los van a sorprender, más allá de que algunos no tengan la dignidad de admitirlo públicamente. [La baja de la inflación] va a ir ahí más rápido de lo que se cree”, desafió esta semana a quienes le preguntaron sobre el tema. La pelea recién empieza.