Inflación: postergan un aumento de impuestos para evitar que suban los precios de los combustibles
La actualización del impuesto a los combustibles debía realizarse hoy e iba a implicar un incremento de 8% en los valores del surtidor de la nafta y del gasoil
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El Gobierno postergó por decreto la actualización del impuesto a los combustibles que debía realizarse hoy y que iba a implicar un incremento de 8% en los valores del surtidor de la nafta y el gasoil. La decisión está en línea con las declaraciones del presidente de YPF, Pablo González, de que no habrá aumentos de precios hasta fin de año, pese a que en el sector reclaman que hay un atraso de por lo menos 5%. Los precios de los combustibles no suben desde el pasado 16 de mayo.
En el decreto 820/2021, firmado por el presidente Alberto Fernández, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el ministro de Economía, Martín Guzmán, se destaca que, “en línea con las medidas instrumentadas hasta la fecha y con el fin de asegurar una necesaria estabilización y una adecuada evolución de los precios, resulta razonable postergar para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil los efectos de los incrementos en los montos de los impuestos establecidos”.
Pese a haber una devaluación de la moneda del 1% mensual y una inflación de más del 3%, en YPF afirmaron que por ahora no habrá incremento de precios. “Estamos discutiendo permanentemente con los demás productores cómo hacemos para que el petróleo crudo llegue a las refinerías y su precio, es algo que en algún momento se va a resolver”, dijo González en una entrevista con El Cronista.
El mercado de combustibles no está regulado, como sucede con las tarifas de gas y electricidad, pero todos los gobiernos lo controlan de manera implícita a través de YPF, que es responsable del 55% de los despachos de nafta y gasoil. Luego le siguen Raízen (opera la marca Shell), con el 18%; Axion, con el 15%, y Trafigura (Puma Energy), con el 5%. En un mercado tan competitivo, ninguna mueve sus precios, si YPF no lo hace primero.
En los primeros cinco meses del año, el sector aplicó aumentos de hasta 29% en los precios en surtidor. Al momento, las refinadoras coinciden en que los precios deberían subir al menos 5%, que es la devaluación que tuvo la moneda desde mayo. Sumado a ese atraso, la industria deberá buscar la forma de trasladar también el aumento de por lo menos 10 dólares que tuvo el precio del barril de crudo (de US$60 a US$70).
La cámara que agrupa a las 5006 estaciones de servicio del país, Cecha, por su parte advierte que los precios en surtidor están atrasados 12%. La cámara advirtió que más de la mitad de las estaciones de servicio se encuentran trabajando por debajo del punto de equilibrio y, por lo tanto, lo hacen a pérdida. Un informe de Cecha concluyó que, en promedio, las estaciones deben vender 315.000 litros por mes para cubrir todos sus costos.
“Más de 2500 bocas de expendio están por debajo del punto de equilibrio. Dentro de este grupo están todas las estaciones llamadas blancas o sin marca, que están con problemas de abastecimiento por el congelamiento virtual. Las petroleras deciden priorizar a las grandes estaciones con las cuales tienen un contrato antes que venderles a las blancas. Con precios congelados no les conviene abastecerlas, porque una parte la deben importar a los precios internacionales, que están muchos más altos. Entonces importan lo justo y necesario para cumplir con las estaciones con las cuales tienen contratos”, dice Gabriel Bornoroni, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha). Hay alrededor de 1400 estaciones de servicio sin marca, que representan el 10% del mercado.
Bornoroni advierte que el desabastecimiento se ve también muy claro en las estaciones que están cerca de pasos fronterizos, donde los residentes de países limítrofes aprovechan los precios bajos de la Argentina para cruzar a cargar combustible. LA NACION describió las filas de autos en Iguazú, donde los brasileños cruzan la frontera para cargar a un precio de $95 la nafta súper, cuando en su país cuesta $215, lo que generó que las estaciones locales debieran establecer cupos de venta para extranjeros.
La Argentina es el quinto país de la región con la nafta más económica (US$0,966), después de Venezuela, Bolivia (US$0,543), Colombia (US$0,611) y Ecuador (US$0,674). En el otro extremo están Uruguay (US$1,593), Canadá (US$1,339), Chile (US$1,228), Brasil (US$1,155) y Paraguay (US$1,133). El litro de nafta en Estados Unidos cuesta US$0,988.
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