Inflación: el mercado no prevé que baje del 3% mensual hasta agosto
Los analistas proyectan que el costo de vida subirá entre 45,5 y 48,1% este año; también esperan una reactivación más fuerte, pero sería circunstancial y perdería fuerza de cara a 2022
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Los analistas de mercado esperan ahora que la economía tenga este año un rebote mayor al que preveían hasta hace algunos meses y supere el 6% (aunque lo consideran de corto vuelo), pero al mismo tiempo creen que 2021 cerrará con una muy elevada inflación, que irá del 45,5 al 48,1% y no bajará del 3% mensual hasta agosto próximo.
Los datos surgen del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), la encuesta más abarcativa de plaza que lleva adelante mes a mes el Banco Central (BCRA), aunque suele ser muy crítico con sus resultados al igual que el ministro de Economía, Martín Guzmán. La compulsa actual se desarrolló entre los días 24 y 26 de febrero y contempla pronósticos de 43 participantes (27 consultoras y centros de investigación locales, 13 bancos con actuación en el país y 3 analistas extranjeros).
El informe muestra que el promedio de los analistas recalculó a la baja, en 1,9 puntos porcentuales (del 50 al 48,1%), su pronóstico de inflación general para todo el año pero a su vez los que han mostrado ser más fiables en sus proyecciones (que la muestra agrupa en un TOP-10) ahora la proyectan en el 45,5%, nivel 0,6% mayor al que habían estimado en la encuesta previa.
El recálculo general a la baja surge de una estimación menos pesimista para el corto plazo: ahora creen que febrero habría cerrado con una variación del 3,5% (-0,1 p.p.) y que en marzo el IPC subiría 3,7% (contra el 3,9% que preveían hasta hace un mes). Además proyectan esa reducción para abril (estiman una inflación del 3,4%, 0,1 más baja); mayo (3,1%/-0,3); junio (3,0%/-0,2) y julio (3,0%/-0,2). En esto también coinciden los pronosticadores TOP-10, aunque el dato central es que nadie espera que la inflación perfore el 3% mensual hasta iniciada la segunda mitad del año.
La revisión a la baja se extiende a las proyecciones de inflación núcleo, que es la versión del índice que no tiene en cuenta aquellos productos y servicios cuyos valores dependen de la época del año (estacionalidad) o de factores externos a la política monetaria, como puede ser un conflicto internacional o una mala cosecha, por lo que suele considerarse una forma de medición más confiable para dimensionar el fenómeno. Estas ahora se ubican entre el 47,3% y el 48,1% con variaciones promedio del 3,4% entre febrero (dato por conocerse) y agosto de 2021, y previéndose un sendero mensual generalmente descendente, dato que muestra que proyectan una inercia inflacionaria difícil de morigerar.
A partir del rebote en la actividad registrado en los últimos meses de 2020 y extendido a enero, los analistas ahora aguardan que el producto interno bruto se recupere 6,2% durante este año, nivel 0,7% superior al que proyectaban hace un mes y 1,2% superior al que esperaban hace dos meses.
La mejora es resultado de lo que se llama “arrastre estadístico” y de los estímulos a la demanda que se espera que el Gobierno realice por el año electoral, algo que se adivina cuando se observa que estiman que el crecimiento se desacelerará al 2,4% (-0,1%) durante 2022 y llegue a sólo 2,5% durante 2023 (sin cambios respecto de lo previsto en el relevamiento anterior). Es decir, descuentan que los anabólicos a los que apeló el kirchnerismo en anteriores administraciones se repitan, lo que consolidaría una tasa de actividad mediocre e incapaz de generar transformaciones en el tejido social.
Por lo demás, a tono con los anuncios oficiales que anticiparon la intención de pisar el tipo de cambio, el mercado ahora espera que el nominal mayorista cierre el año entre $116,54 y $118,60 por dólar, según se tome al TOP-10 o el promedio general de proyecciones. En ambos casos suponen recálculos de 6 o 7 pesos a la baja, aunque se mantienen lejos del nivel de $120,50 que proyecta el presupuesto y reafirmó por estos días el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Los analistas rectificaron al alza las exportaciones: ahora pronostican que sumen US$61.550 millones, US$767 millones más que el último REM y US$6666 millones superior a lo registrado en 2020, básicamente al estimar el impacto que dejará la exportación de granos con precios en suba, pese a que algunos economistas oficialistas calificaron esa posibilidad del país como una “maldición”.
A su vez, como estiman que el valor de las importaciones se ubicaría en US$49.200 millones, esto dejaría a la Argentina un saldo comercial favorable de US$12.350 millones.
En cuento a los niveles de empleo y desocupación no hay cambios en las proyecciones. Esperan que la desocupación haya cerrado el cuarto trimestre de 2020 en 11,5%, se contraiga hasta 11,3% el primer trimestre de 2021, suba a 11,7% en el segundo trimestre y descienda al 11% en el último trimestre. Esto quiere decir que el mayor nivel de rebote estimado no redundará en una mejora similar en la oferta de trabajo, sino en un muy módico repunte.
Finalmente, la proyección del déficit fiscal primario para 2021 disminuyó hasta $1.645,0 miles de millones (acotándose en 83,0 miles de millones respecto del último REM) luego de registrarse un déficit de $ 1.750,0 miles de millones en 2020.