Inflación, cepos y viento de frente externo: el Banco Mundial prevé un duro 2023 para la Argentina
El organismo multilateral de crédito pronóstico una fuerte desaceleración del crecimiento del PBI, que aumentaría un 2% este año; alerta por el estancamiento de América latina
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WASHINGTON.- La economía argentina sufrirá una fuerte desaceleración este año debido a un contexto global adverso, los múltiples “cepos” impuestos por el Gobierno al dólar y el freno doméstico que impone la elevada inflación, advirtió el Banco Mundial al ofrecer un panorama lúgubre para la economía mundial.
El nuevo informe del organismo multilateral señaló que el producto bruto interno (PBI) de la Argentina se expandirá un 2% en 2023 y 2024, luego de un crecimiento más fuerte de lo esperado, del 5,2%, el año anterior.
“La desaceleración del crecimiento refleja vientos en contra externos y restricciones a la actividad interna relacionadas con el entorno de alta inflación. Es probable que el debilitamiento de la demanda extranjera pese sobre el crecimiento de las exportaciones, mientras que los controles de capital, importación y precios siguen complicando el entorno empresarial”, indicó el nuevo informe del Banco Mundial.
Para el organismo multilateral de crédito, las inversiones previstas para poner en funcionamiento el gasoducto nacional “Néstor Kirchner” deberían beneficiar las cuentas fiscales y el saldo del comercio exterior al reducir las importaciones de energía.
A su vez, la exposición a los efectos de contagio transfronterizos financieros está limitada. “Sin embargo, el contexto es muy desafiante dada la necesidad de reducir la inflación de las tasas recientes de más del 80%, al mismo tiempo que se permite la depreciación del peso y se reforman los subsidios a la energía”, alertó el trabajo del organismo.
El nuevo informe del Banco Mundial ofrece además un panorama desalentador para América latina, que sufrió fuertemente los efectos de la pandemia del coronavirus, primero, y luego el impacto de la guerra en Ucrania, que provocó un fuerte rebrote inflacionario en todo el planeta.
“La inflación interna en América Latina y el Caribe podría ser más persistente de lo previsto, lo que podría elevar las expectativas inflacionarias a largo plazo. En ese caso, para controlar la inflación de forma duradera quizá se requiera un considerable incremento adicional de las tasas de interés”, indicó el banco.
El problema con la receta tradicional de la política económica es que, si bien puede ser necesario, “podría frenar aún más el crecimiento a corto plazo”. En términos más generales, las proyecciones indican un estancamiento de los niveles de vida en la primera mitad del decenio de 2020, con un crecimiento promedio del PBI per cápita del 0,6 % anual entre 2020 y 2024.
“Esto podría dificultar la lucha contra una amplia gama de problemas sociales y agravaría los obstáculos que impiden un desarrollo sostenido e inclusivo en América Latina y el Caribe”, alertó el organismo de crédito.
El banco espera que el crecimiento de América Latina y el Caribe se desacelere marcadamente hasta el 1,3 % en 2023, para recuperarse un poco, al 2,4 %, en 2024. El banco indicó que esta desaceleración refleja tanto los esfuerzos de las autoridades monetarias por controlar la inflación como los efectos secundarios de un panorama mundial poco auspicioso. Se prevé que, con el crecimiento algo lento de Estados Unidos y China, se reduzca la demanda de exportaciones, mientras que el aumento de las tasas de interés estadounidenses probablemente implique que las condiciones financieras seguirán siendo restrictivas. Las proyecciones indican que la lentitud del crecimiento mundial incidirá en los precios de los productos básicos, lo que debilitará la relación de intercambio de América del Sur. La inversión regional disminuirá este año como consecuencia del aumento de los costos del financiamiento, la escasa confianza empresarial y la fuerte incertidumbre normativa, según las previsiones del organismo.
El organismo internacional prevé que la economía mundial crecerá un 1,7% en 2023 y un 2,7% en 2024. La fuerte desaceleración del crecimiento será generalizada: los pronósticos se corregirán a la baja para el 95 % de las economías avanzadas y para casi el 70 % de los mercados emergentes y las economías en desarrollo.
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