Volkswagen apoya la apertura, pero pide más competitividad

Pese al cepo cambiario y a la fuerte caída de los volúmenes de venta en el mercado este año, Volkswagen ratificó ayer sus inversiones en la Argentina, pero pidió una agenda que permita bajar los costos, principalmente los impuestos, para poder exportar al mundo en el proceso de apertura que está previsto por los acuerdos comerciales firmados con la Unión Europea (UE) y con Brasil, principal socio local.

"Tenemos que mejorar dramáticamente la competitividad para poder competir", afirmó Thomas Owsianski, presidente y CEO de Volkswagen Argentina en una conversación exclusiva con LA NACION. Owsianski cuestionó los elevados impuestos por su alta incidencia en la industria, pero destacó que el tema laboral "no es un problema". Tanto es así que los actores del sector, incluidos los gremios, están trabajando una agenda estructural que dé impulso a la industria para presentarle al próximo gobierno

El ejecutivo, que se hizo cargo el 1º de septiembre de la empresa líder del mercado, ratificó las inversiones de US$800 millones (US$150 millones en la planta de cajas en Córdoba y US$650 millones asociados al Proyecto Tarek, una nueva SUV, en Pacheco), pese a las restricciones cambiarias. "Para mí es una cuestión positiva, porque el mercado de Europa es enorme", dijo, cuando este medio lo consultó por la apertura comercial gradual que implican los acuerdos comerciales cerrados por el Gobierno. "Cuando hablamos sobre nuestra industria tenemos que mejorar dramáticamente la competitividad para poder competir con las fábricas de Europa. Hay que reducir la diferencia de competitividad enorme entre la Argentina y Alemania, o con la República Checa, donde producimos 600.000 autos. Tenemos más de 50% de impuestos en el precio. Hay que trabajar en los costos", reclamó el ejecutivo, que pronosticó un mercado de 415.000 autos para este año, cuando -estimó- la Argentina está para, por lo menos, el doble.

"El mercado es muy frágil. Vamos a ver qué pasa la semana que viene", dijo Owsianski sobre las elecciones del domingo. "Pero las proyecciones para el año son bastante claras. Nuestra performance es buena, pero no podemos cambiar el mercado infelizmente. Por eso tratamos de maximizar las ventas", dijo el alemán. "Particularmente, para el T-Cross esto es muy importante, porque está en la ofensiva de nuestros productos, de los más de 20 nuevos que tenemos para América del Sur. Este es un año superdifícil, pero seguimos siendo líderes de mercado", señaló el ejecutivo.

Owsianski ratificó la vigencia del Proyecto Tarek, que será una SUV para el mercado local y principalmente para exportar. Recalcó que está montado en una plataforma de última tecnología de Volkswagen, que permitirá traer más proyectos al país. Lo mismo agregaron sus voceros sobre la planta de pintura que la empresa está construyendo.

"¿Sigue vigente la posibilidad de integración productiva con Ford?", preguntó LA NACION al ejecutivo, sobre el proyecto para fabricar juntos una pick-up. "Sin comentarios", respondieron.

"Hemos tenido suspensiones", confirmó el presidente y CEO de Volkswagen, que señaló que la producción "es una consecuencia de los mercados", pero recalcó que están exportando la pick-up Amarok al sur de África y a Australia. "También tenemos buen resultado con la planta de cajas en Córdoba. Es superimportante. Es nuestro seguro de vida en esta fase desafiante, porque gran parte [de las cajas de seis velocidades producidas] va a exportaciones", explicó.

"El desafío y la esperanza número uno es el aumento del consumo y de la confianza. Tenemos una crisis económica y una crisis psicológica. No hay confianza en nada, y las personas y compañías no compran [...] es importante que tengamos estímulos para el consumo. Hoy tenemos un mercado muy bajo", dijo.

Cerca del ejecutivo recalcaron que, a través de Adefa (la cámara que agrupa a las terminales), ya acercaron estas inquietudes y sus propuestas a los candidatos que dirimirán la elección del domingo.

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