El auto del futuro: eléctrico y made in China
Desde el gigante asiático se tejen alianzas con las automotrices y se alienta la compra de vehículos; los acuerdos tienen puntos polémicos
TIANJIN, China.- Volkswagen, el gigante automotriz alemán, está preparando una rápida expansión de su producción de autos eléctricos para el año entrante. Y el mayor salto de la producción será en China. General Motors está convirtiendo a China en el centro de su investigación y desarrollo de autos eléctricos. Renault-Nissan, el fabricante francés y japonés, y Ford Motor están corriendo a crear emprendimientos conjuntos de autos eléctricos en China.
Los fabricantes globales miran el futuro de los autos eléctricos y se ve chino. Los mayores actores trasladan trabajo científico y de diseño crucial a China, mientras el país invierte fuertemente en estaciones de carga e investigación y alienta a los industriales a abrazar los vehículos a batería.
China dio relieve a esa ambición el fin de semana pasado cuando declaró que eventualmente prohibirá la venta de autos a nafta y diésel en fecha no especificada. Pero la respuesta de la industria automotriz -trasladar el diseño y la producción de autos eléctricos a China- representa un gran riesgo.
Desde los trenes de alta velocidad hasta las turbinas eólicas, China presiona desde hace mucho a compañías estadounidenses, europeas y japonesas para que traspasen sus conocimientos a cambio de tener acceso a su nuevo mercado atrayente. Las compañías chinas han usado ese conocimiento y fuerte apoyo del Estado para competir con sus rivales extranjeras. China quiere que los grandes actores compartan su conocimiento sobre autos eléctricos. Los fabricantes extranjeros enfrentan nuevas normativas chinas que imponen una fuerte presión para que transfieran tecnología de autos eléctricos a sus socios locales. Los funcionarios chinos también están listos para imponer regulaciones exigentes, que obligarían a los fabricantes como Volkswagen y GM a vender autos de energía alternativa si quieren seguir comercializando también vehículos a nafta. De todos modos, las compañías occidentales dicen que conocen el riesgo de transferir tecnología y que las oportunidades podrían ayudarlos a alcanzar más rápido sus propias ambiciones en materia de autos eléctricos.
"Estamos en un proceso de aprendizaje con ellos", dijo Jochem Heizmann, el CEO de las operaciones chinas de Volkswagen. "Ese proceso es mucho más acelerado de lo que acostumbramos con estas cosas. En nuestros procesos normales no sería posible llegar al mercado el año entrante", agregó.
Los autos eléctricos son una parte de un debate más amplio sobre las ambiciones industriales del país. Con un plan llamado Made in China 2025, el país espera convertirse en un actor dominante en una cantidad de nuevas tecnologías futuristas, como inteligencia artificial y robótica. Los funcionarios sostienen que el impulso ayudará a desarrollar la economía china y la hará menos dependiente de la tecnología extranjera.
Algunos hombres de negocios y legisladores dicen que los ejecutivos de las firmas entregan valiosos secretos a cambio de ganancias de corto plazo.
"Las multinacionales ya están comenzando a ceder a las políticas chinas poniendo en peligro el futuro de este sector e incontables empleos y beneficios económicos", dijo Michael Wessel, comisionado de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de EE.UU. y China.
Ejecutivos de las automotrices insisten en que están aplicando su buen juicio. Las reglas aprobadas por China en enero que requieren compartir tecnología, tienen una redacción vaga y permitirían que al menos algunos componentes sean producidos en el extranjero e importados. Funcionarios chinos dijeron aquí esta semana, en la principal conferencia anual de tecnología automotriz del gigante asiático, que introducirían políticas para ayudar a atraer la inversión extranjera, lo que dejó esperanzas entre los ejecutivos del sector.
General Motors ha estado colaborando con su socia, la Shanghai Automotive Industry Corporation, en materia de autos híbridos avanzados, como el Volt de Chevrolet, que GM trajo a China en la primavera boreal pasada como el Buick Velite. Los híbridos como el Volt funcionan con batería y con gasolina.
Ford sólo dijo que cumpliría todas las normas chinas para joint ventures y que su nuevo pacto con Zotye Auto de China es preliminar. Renault-Nissan afirmó que su nueva joint venture con Dongfeng Motor de China, llamada eGT, diseñará un nuevo auto eléctrico que se producirá en la ciudad china de Shiyan. Honda Motor planea hacer un auto eléctrico en China el año entrante, mientras que Toyota piensa hacer un auto híbrido enchufable en el país.
Las joint ventures por sí solas pueden no convertir a China en líder en autos eléctricos. GM, Volkswagen y otros fabricantes importantes han hecho autos comunes con socios chinos desde hace décadas y China esperaba que sus fabricantes aprendieran a hacer sus propias marcas y que se impusieran a nivel mundial.
En cambio, los fabricantes chinos se sintieron cómodos haciendo modelos de las marcas Chevrolet y Volkswagen para conductores locales. Fabricantes extranjeros comenzaron recientemente a exportar autos hechos en China, para venderlos en sus países de origen.
De todos modos, China tiene una cantidad de variantes para mantenerse en la delantera de la carrera de los autos eléctricos.
Gao Feng Advisory, una firma consultora con sede en Pekín, estima que China habrá gastado unos US$ 15.000 millones para 2020 en la instalación de estaciones de carga para autos eléctricos. China gastó más de US$ 1000 millones en subsidios a investigación y desarrollo hasta 2015. Y habrá más.
Subsidios generosos para compradores de autos, que pueden llegar a los US$ 9000, también ayudaron a atraer atención, aunque China piensa ir eliminándolos para 2020. Las ventas de autos a batería en China podrían superar las 400.000 unidades para 2019, según LMC Automotive, una consultora global.
Más en general, los fabricantes globales sienten que deben crecer en un país que se ha convertido en el mayor mercado automotor del mundo, casi tan grande como la suma del estadounidense y el europeo.
Los ejecutivos de las automotrices dicen que no tienen otra opción que seguir adelante con sus grandes apuestas a los autos eléctricos en China.
En la muestra automotriz de Shanghai, durante la primavera boreal pasada, hubo más de 190 modelos de autos eléctricos en exhibición, aunque muchos eran concept cars que necesitarían retoques antes de poder ir a producción masiva. "Lo vamos a incrementar aún más, no estamos muy preocupados por las transferencia de tecnología", dijo Hubertus Troska, presidente y CEO para China de Daimler, que hace Mercedes y Smart. "Éste es el mercado de autos más atractivo del mundo ahora".
Traducción de Gabriel Zadunalsky
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