Incluso los inversionistas escépticos confían en que EE.UU. se recupera
Para los inversionistas en acciones de empresas estadounidenses, 2013 ha sido una gran fiesta.
Cuando apenas quedan seis jornadas antes de que concluya el año, el índice Standard & Poor’s 500 acumula un alza de 27% y se encamina a registrar su mayor avance porcentual desde 1997, el año de la salida a bolsa de Amazon.com. El Promedio Industrial Dow Jones, que es más estable, acumula un aumento de 24% en lo que va del año, el más grande en una década.
Lo que ha pasado se puede resumir de la siguiente manera: la Reserva Federal de Estados Unidos ha conseguido ganarse a los inversionistas escépticos. Los gestores de fondos y los analistas dicen que están comenzando a pensar que los esfuerzos de la Fed para restaurar el crecimiento económico están funcionando.
Ned Davis, fundador de Ned Davis Research, les dijo la semana pasada en una nota a sus clientes que el panorama de la economía estadounidense se está aclarado.
"Todavía hay indicadores contradictorios en relación al crecimiento económico, pero la mayoría de nuestros indicadores prospectivos se está acelerando a niveles de expansión que hacen ver el vaso medio lleno", escribió Davis, quien se considera un pesimista por naturaleza.
Otros analistas de Ned Davis Research han empezado a advertir sobre un posible repliegue del mercado bursátil el próximo año, que podría incluso llegar a 20%. Si la reducción del estímulo provisto por la Fed eleva las tasas de interés de mediano y largo plazo en forma significativa, los mercados podrían reaccionar en forma negativa.
Hasta el momento, sin embargo, las tasas no se han movido mucho y el reciente anuncio de la disminución del programa de compra de bonos del banco central no parece haber arruinado el buen humor de los inversionistas en renta variable. Incluso los analistas escépticos de Ned Davis Research aclaran que cualquier corrección que se produzca será temporal y que los índices bursátiles estadounidenses cerrarán 2014 con ganancias.
Muchos gestores de fondos concuerdan y creen que la economía estadounidense se está recuperando. Eso ayuda a explicar por qué las acciones se dispararon la semana pasada, a pesar del anuncio de la Fed de que recortará a partir de enero el estímulo que inyecta al mercado.
Henry Herrmann, presidente ejecutivo de Waddell & Reed Financial Inc., que gestiona cerca de US$114.000 millones, confiesa no estar excesivamente entusiasmado con las perspectivas para 2014, puesto que piensa que las acciones se encarecieron después de los avances de 2013. Pero no cree que la Fed pondrá fin a la fiesta en un futuro cercano. "En este momento, no estoy muy preocupado", reconoce. "Llegará más dinero al mercado de renta variable" en 2014 puesto que "no hay alternativa. Los bonos sencillamente" no ofrecerán grandes retornos porque las tasas de interés son bajas y los precios de la renta fija han estado cayendo.
Después de su gran alza en 2013, el índice S&P 500 parece caro. Se transa a casi 19 veces las ganancias en el último año de las empresas que lo integran, por encima de la relación histórica de 16. Aunque la cifra es alta, no es extrema. Los administradores de fondos señalan que la relación precio-ganancia tendría que superar holgadamente 20 antes de que se empiecen a preocupar.
El economista de Credit Suisse Neal Soss lanzó su propia advertencia la semana pasada al indicar que "el próximo año será probablemente un poco más movido" que 2013. Soss resalta que, en algún momento, la mayor vitalidad de la economía obligará a la Fed a empezar a restringir sus políticas de crédito barato, lo que perjudicará a los mercados financieros.
¿Qué podría precipitar una corrección del mercado antes de eso? Un acontecimiento que estremecería a los mercados, según los gestores de fondos, sería una crisis financiera o política en Washington, China, Europa o Medio Oriente.
Un problema menos obvio es que los inversionistas que han comprado acciones por temor a que el desempeño de sus carteras quede muy rezagado empiecen a venderlas si observan señales de debilidad en 2014, acentuando el declive.
Jack Ablin, director de inversiones de BMO Private Bank, que gestiona unos US$66.000 millones, tiene grandes posiciones en acciones a pesar de sus reservas sobre el panorama de la renta variable. El gestor de fondos estima que el S&P 500 está sobrevaluado en entre 10% y 15% y que la principal razón por la que sigue subiendo es el crédito barato provisto por la Fed. Ablin, sin embargo, mantiene la exposición a acciones al máximo en los portafolios de sus clientes porque no quiere perderse las ganancias del mercado.
No obstante, si las acciones caen 6% o 7%, Ablin dice que evaluaría una reducción de la renta variable en sus carteras. "En algún momento vamos a decir basta y vamos a conservar efectivo", señala.