Impuestos y gastos: ¿cuál es el huevo y cuál la gallina?
Diputados que militan en la oposición están juntando firmas para presentar un proyecto de ley que reduzca la alícuota general del impuesto al valor agregado (IVA) en 3 puntos porcentuales, bajándola de 21% a 18%. ¿Qué importancia tiene que la iniciativa sea adoptada por el oficialismo o por la oposición? Si existe alguna diferencia, ¿qué busca la oposición con esto?
Sobre esta cuestión consulté al canadiense Richard Miller Bird (1938-2021), quien estudió en la Universidad de Columbia y enseñó en Harvard, Columbia y en las universidades de Toronto y de Monash y Erasmus. Además de lo cual trabajó en la división de política fiscal del FMI. Dedicó buena parte de su labor profesional, que duró más de 60 años, al análisis de cuestiones fiscales planteadas en países en vías de desarrollo, ubicados en Asia, África y América Latina, asesorando a más de 20 de ellos. “Era una enciclopedia ambulante sobre finanzas públicas y desarrollo. La fraternidad de gente dedicada a las finanzas públicas ha perdido una leyenda. Le preocupaban la existencia de límites impositivos demasiado altos o bajos, las excepciones exageradas y las alícuotas múltiples”, indicó Marapalli Govinda Rao.
–Toda propuesta de reducción de una alícuota impositiva pone sobre el tapete la curva planteada por Arthur Betz Laffer. ¿Cuál es el fundamento y cuáles son las implicancias de la referida curva?
–La idea es vieja. El mérito de Laffer consiste en haberla representado en términos gráficos. Imaginemos uno en cuyo eje horizontal se mide la recaudación generada por determinado impuesto, y en el vertical la alícuota que se aplica a la base imponible. Pensemos en un impuesto a la venta de determinado producto. Si la alícuota es 0, la recaudación también lo será; y si es tan alta que nadie demandará el producto, la recaudación también será nula. Mientras que cada uno de los niveles intermedios de la alícuota genera recaudación. Tome un bolígrafo y trácela en esta misma página del diario, para que aparezca una importante implicancia.
–¿Cuál es?
–Que dos alícuotas generan la misma recaudación. Enarbolando esta figura, los partidarios de la denominada economía del lado de la oferta sugirieron reducir las alícuotas de los impuestos, para dejar de desalentar al sector privado, sin sacrificio para el fisco. Tal como era de esperar, la propuesta fue muy discutida.
–¿Por qué?
–Porque en la práctica no siempre es fácil determinar si sobre un impuesto se está cobrando la alícuota mayor o la menor. En el primer caso, si ocurre una baja, tanto el sector privado como el público mejoran su situación; mientras que si se estaba cobrando la alícuota menor y ésta se reduce, la recaudación cae. La resistencia a implementar esto, por parte de los encargados de las finanzas públicas, es entendible.
–La experiencia de Javier Alfredo Iguacel, ¿no es elocuente al respecto?
–Siendo intendente de Capitán Sarmiento, eliminó 109 de las 130 tasas municipales que existían, y la recaudación aumentó bien por encima de la tasa de inflación.
–Es lo que le estoy diciendo.
–Calma, De Pablo, comprendo su entusiasmo, pero, más allá de lo valioso de su decisión, hay que aclarar que se trata de casos distintos. Porque Iguacel no redujo alícuotas, sino que sencillamente eliminó la mayoría de las tasas que cobraba el municipio a su cargo.
–Sí, pero lo importante es que les simplificó la vida a los habitantes de Capitán Sarmiento, quienes pudieron dedicarse a actividades más útiles que pasarse el día con sus contadores y haciendo cola en la municipalidad.
–De acuerdo, pero no estoy seguro de si se sintieron tan contentos, porque terminaron pagando más que antes. El caso también es interesante desde el punto de vista del recaudador. ¿Cómo es que con 21 tasas municipales recaudaron más que con las 130 que existían antes? No tengo información específica, pero es muy probable que la referida simplificación tributaria haya mejorado la verificación del cumplimiento de las obligaciones impositivas.
–Concentrémonos en el motivo de esta conversación. En la Argentina de 2022, ¿qué busca la oposición al querer disminuir la alícuota del IVA y qué diferencia existe con que el proyecto lo estuviera impulsando el oficialismo?
–Esto último es impensable, a la luz de sus antecedentes, pero analicemos la situación, para entender. El oficialismo siempre es el responsable último de los resultados fiscales. Ergo, si la estuviera impulsando, es porque estaría pensando en términos de la curva de Laffer.
–Pero lo impulsa la oposición, ¿y entonces?
–El pueblo se expresa a través de sus representantes, que en la Argentina son los diputados de la Nación. Dentro de la oposición resultaron electas, entre otros, personas con formación económica que juraron por su madre que no crearán más impuestos, ni aumentarán las alícuotas de los existentes. Esto último, en un contexto inflacionario, tiene que incluir la indexación de las deducciones y de las escalas, expresadas en moneda nacional. Este es el “mandato” que recibieron. Lo cual quiere decir que la reducción de la alícuota del IVA persigue un propósito principal.
–¿Cuál es?
–Que el Poder Ejecutivo se vea forzado a reducir los gastos públicos.
–¿Y si no lo hace y, como consecuencia de la medida, cae la recaudación?
–Aumentará el déficit fiscal y, ante la imposibilidad de financiarlo contrayendo más deuda, aumentará el ritmo de emisión monetaria y, con el tiempo, la tasa de inflación.
–¿Está usted diciendo que los diputados de la Nación que voten esta ley estarán promoviendo la inflación?
–Como dije, lo que esos diputados pretenden es que el Poder Ejecutivo replantee los gastos públicos. Lo hacen con las herramientas que tienen. El presupuesto nacional para 2022 no fue aprobado y, a la espera de que ello ocurra, una reducción de la alícuota del IVA puede precipitar decisiones. Claro que cuáles serán esas decisiones hoy es una cuestión abierta.
–¿Qué opina de la rebelión fiscal de la que hablan algunos?
–Es fácil decir “no pagaré más impuestos”, pero con la tecnología de la que hoy dispone la AFIP, una vez que uno está inscripto, ¿cómo se hace? Por eso, en la Argentina 2022 la rebelión fiscal no tiene más remedio que plantearse de manera frontal, impidiendo los abusos en los que puede incurrir el Poder Ejecutivo, en el nombre de la emergencia económica, trabando la creación de nuevos impuestos y disminuyendo las alícuotas de algunos de los existentes.
–Lucha continua, por lo que se ve.
–Inevitable, pero que a raíz del resultado electoral de 2021 se hayan posibilitado las condiciones para luchar es una muy buena noticia. Si la realidad actual le produce desasosiego, imagine cómo se sentiría si en septiembre y noviembre de 2021 el oficialismo le hubiera ganado a la oposición por 9 puntos porcentuales.
–Don Richard, muchas gracias.