Impuesto a la riqueza. Cómo es el proyecto que hoy presentó el oficialismo
La iniciativa ingresó en tiempo de descuento. El proyecto del impuesto a la riqueza impulsado por el oficialismo ya está escrito. Carlos Heller, presidente de la Comisión de Presupuesto en la cámara de Diputados, definió la letra chica de la iniciativa, que hoy llegaría finalmente al Congreso, a más de cuatro meses de su idea inicial.
Inicialmente previsto para mediados de abril, el proyecto se demoró y nunca hasta hoy había tenido el impulso final dentro del Gobierno. Con la redacción finalizada, el oficialismo impulsará la iniciativa, que propone un "aporte solidario extraordinario" que grava a los contribuyentes con un patrimonio superior a los $200 millones.
Se trata de un impuesto que, según estimaciones del oficialismo, alcanzará a 12.000 personas, y apunta a recaudar $300.000 millones este año.
El proyecto presenta una alícuota del 2% para aquellos contribuyentes cuyo patrimonio declarado supera el umbral de los $200 millones, con una escala de cargas crecientes de acuerdo a la riqueza de cada ciudadano. La alícuota mayor, del 3,5%, alcanza a 300 personas, estimaron legisladores del Frente de Todos.
A su vez, el proyecto elaborado por Heller y Máximo Kirchner establece que las alícuotas serán un 50% más altas para aquellos bienes que las personas tienen declarados en el exterior.
Según comunicó el Frente de Todos, los fondos recaudados por este "aporte solidario extraordinario" serán de asignación específica: es decir, deberán destinarse exclusivamente a los rubros determinados por la ley. Según el proyecto, estos fondos se utilizarán para financiar la compra de equipamiento de salud, el apoyo a las pymes con créditos y subsidios, la urbanización de barrios populares, la realización de obras para equipar YPF y producir gas natural y para el relanzamiento del plan Progresar que otorga becas a estudiantes de colegios secundarios y universidades.
Entre los economistas relativizan esta disposición y advierten sobre el carácter 'fungible' del dinero. Finalmente, este impuesto será un ingreso para el fisco, como cualquier otro recurso tributario, que podrá luego gastarse en otro fin determinado.
Sin embargo, existe otro punto que podría estar detrás de esta decisión. Al ser impuestos de 'asignación específica', los montos recaudados no son coparticipables y, por lo tanto, el estado nacional no está obligado a repartirlo entre las provincias. Así lo dispone el inciso c del artículo 2 de la Ley de Coparticipación (23.548).
El proyecto hoy ingresa formalmente a su recorrido legislativo, y en los próximos días será tratado en la comisión de Presupuesto de la cámara baja, que es presidida por Heller. "La idea es darle dictamen al proyecto en una semana", dicen en el bloque de legisladores oficialista.
Impuesto a la riqueza: un proyecto con vaivenes
La propuesta de Heller unificó las posiciones dentro del bloque de legisladores oficialistas. A comienzos de abril, habían surgido en ese espacio diferentes iniciativas similares que buscaban incrementar la carga impositiva sobre empresas o individuos de mayor patrimonio, aunque nunca lograron el impulso para su llegada al Congreso.
Mientras tanto, el proyecto de Heller y Máximo Kirchner cobró fuerza luego del aval tácito del presidente Alberto Fernández, quien los recibió durante dos horas en la quinta de Olivos en reiteradas ocasiones. De esa reunión también participó el ministro de Economía, Martín Guzmán. "Ambos se informaron de los alcances del proyecto. Los lineamientos entraron y salieron igual de ese encuentro", dijo Heller. Inicialmente, la iniciativa iba a ser presentada en junio, pero nunca avanzó.
"El congreso está trabajando en el tema. Me dijo Heller que lo tratan junto a la Moratoria", dijo a fines de julio Alberto Fernández, en declaraciones radiales. No obstante, la iniciativa tampoco fue tratada en aquella ocasión.
Mientras tanto, la crisis económica derivada de las medidas de aislamiento obligatorio para reducir la proapagación del coronavirus aceleraron el gasto público y profundizaron un déficit fiscal en lo que va de 2020. Según los datos del Ministerio de Economia de julio, si bien los gastos desaceleraron su ritmo de crecimiento y mejoró la recaudación, el sector público tuvo un déficit primario de $155.524 millones. En el acumulado de los primeros siete meses de 2020, el déficit primario equivale al 3,85% del PBI, según estimaciones de la consultora Ledesma.
La profundización del déficit fue reconocida por el Gobierno, que semanas atrás llevó al Congreso una propuesta de ampliación presupuestaria para este año. En ese marco, estimó que el desbalance en las cuentas públicas estimado para todo 2020 será $1,1 billones mayor al previsto inicialmente. De esta forma, proyecta cerrar el período con un déficit primario de $2,1 billones, cifra que según estimaciones privadas equivale al 8% del PBI.
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