Impuesto PAIS: la puja entre el Gobierno y las provincias, que afecta a los ahorristas y los turistas argentinos
Si bien los gobernadores buscan coparticipar el tributo, desde Presidencia afirman que vetarían la decisión; el impuesto vence en diciembre de este año y mantenerlo en el tiempo dificultaría la salida del cepo cambiario
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Sigue la pulseada entre el gobierno nacional y los gobernadores por la coparticipación del impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS). Entre la necesidad de las provincias por sostener sus finanzas y la advertencia desde presidencia de que vetarán la iniciativa, en caso de aprobarse, el futuro de este impuesto impacta de forma directa sobre los ahorristas, los importadores y los turistas argentinos que viajan al exterior del país.
Es que, más allá de la discusión política y legislativa, el impuesto PAIS afecta al mercado cambiario y el acceso a divisas. En ese sentido, economistas advierten que, de confirmarse su coparticipación, con el consecuente giro de parte de esta recaudación a las provincias, se dificultaría la salida del cepo cambiario.
“Dada la falta de dólares, el cepo cambiario y la brecha cambiaria, es que se introduce el impuesto PAIS. Como era muy conveniente comprar dólares oficiales, se creó este impuesto para que la cotización se ubicara en torno al tipo de cambio paralelo y así desincentivar la compra. Después se extendió a las importaciones. Pero si el impuesto PAIS se coparticipa va a ser mucho más difícil de sacar porque no solo afectaría los ingresos del Gobierno Nacional, sino a todos los gobiernos provinciales”, dijo a LA NACION Guido Zack, director del área de economía del think tank Fundar.
Es un impuesto que nació con fecha de vencimiento. En diciembre de 2019, una de las primeras medidas que tomó Alberto Fernández como presidente fue enviar al Congreso Nacional la ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, la cual incluía su creación por el término de cinco períodos fiscales. Más allá de controversias, se planteó que en diciembre de 2024 tendría que dejar de existir, aunque la Argentina tiene un largo historial de impuestos que nacieron de forma transitoria, pero que continúan vigentes.
Desde ese entonces, se aplica una alícuota del 30% de impuesto PAIS sobre el tipo de cambio oficial para aquellas operaciones de compra de moneda extranjera para el ahorro y para los argentinos que viajan al exterior y pagan con la tarjeta de crédito o débito. Posteriormente, a estas transacciones también se les agregó un recargo del 30% a cuenta de Ganancias. Así, al sumarle ambas cargas tributarias, el dólar oficial a $848 se encarece a $1356,80 en el Banco Nación.
En el caso de las importaciones, en junio del año pasado el Ministerio de Economía decidió subirles la cotización con la misma estrategia. Si bien en ese entonces el Ejecutivo estableció alícuotas diferenciales para bienes y servicios, cuando asumió Javier Milei se emparejó a un 17,5% para todas las importaciones (salvo algunas excepciones). Hoy, con un tipo de cambio mayorista a $829, a quienes traen productos al país se les aplica una cotización de $974.
Así, el impuesto PAIS se convirtió en uno de los más recaudatorios y explican la puja entre la Nación y las provincias. De acuerdo con un informe de Nadin Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), un 30% de la recaudación de este tributo equivale exactamente a la recaudación de Ganancias que las provincias perdieron a través de la coparticipación federal de impuestos, luego de las modificaciones que aprobó el Congreso en septiembre de 2023.
“Para las provincias, esta realidad de Ganancias implica perder un 20% interanual real de recaudación o un 7% real interanual de coparticipación. Esta situación particular condiciona la negociación. Cuando una provincia se sienta a discutir los cambios posibles, no puede dejar de plantear opciones para recuperar lo que está perdiendo por ganancias. Solamente por Ganancias, el consolidado de provincias tiene altas chances de registrar déficit primario en 2024. Si a eso se suma el recorte de transferencias discrecionales, la intensidad del déficit primario se acrecienta”, explicó Argañaraz.
En números, en enero la recaudación del impuesto PAIS aumentó un 25% en términos reales con respecto al mes anterior y llegó a un máximo real de recaudación para un mes. Para este año, se espera que aporte una recaudación equivalente al 1,5% del PBI. Y si el 30% se negocia con las provincias, significaría un 0,45% del PBI, casi la misma pérdida de ingresos que representó la reforma de Ganancias (0,48% del PBI), aprobada en el Congreso en 2023, que redujo el alcance de este impuesto sobre los asalariados.
Sin embargo, desde el Gobierno Nacional niegan dar el brazo a torcer. Hoy el ministro de Interior, Guillermo Francos, anticipó que Presidencia vetaría la coparticipación del impuesto PAIS, a un día de que los diputados se sienten en el recinto a debatir el punto por punto de la ley ómnibus.
“El Presidente pretende que el cepo termine lo más pronto posible. Si el impuesto PAIS termina cuando se va el cepo, no tiene sentido que hablemos de coparticipación. Como los números de la macroeconomía argentina van ordenándose, capaz esa solución llega antes de lo que esperamos”, explicó el funcionario, en diálogo con LN+.
En el último staff report del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se planteó que la Argentina deberá presentar un plan para establecer un camino para la eliminación “gradual” del cepo cambiario, el cual deberá desaparecer este año. En tanto, el Gobierno confirmó que a finales de 2024 “o antes” se eliminaría el impuesto PAIS. Por ley, tiene vigencia hasta diciembre de este año. “Pero, el impuesto al cheque ya superó la mayoría de edad, habiendo nacido también como algo transitorio”, acotó Argañaraz.
“En una economía sin cepo y sin brecha, ¿tiene sentido tener un impuesto a la compra de dólares y, eventualmente, también a las importaciones? La respuesta para nosotros es no. Si se quieren encarecer las importaciones, la vía para hacerlo es por la política cambiaria, que paralelamente abarataría las exportaciones y vuelve al país más competitivo. A medida que la brecha cambiaria se cierre y el cepo vaya desapareciendo, el horizonte tendría que ser el fin del impuesto PAIS”, cerró Zack.
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