IBM apuesta por la computación en nube
En su lucha por impulsar los ingresos, International Business Machines Corp. está emprendiendo una campaña ambiciosa y arriesgada para convertirse en el mayor proveedor de servicios de computación en nube. Ahora, esa iniciativa tiene un nuevo líder.
Robert LeBlanc, quien lleva 33 años en el gigante tecnológico estadounidense, fue nombrado a principios de enero jefe de una nueva división dedicada a la nube. Responde directamente a la presidenta ejecutiva, Virginia Rometty, y está a cargo de los negocios relacionados con la nube que, según IBM, generan cerca de US$7.000 millones en ingresos anuales —una meta que la empresa alcanzó un año antes de lo previsto— y crecen a un ritmo anual de 60%.
De todos modos, representa apenas 7,5% de la facturación anual de US$92.800 millones que IBM divulgó la semana pasada. El anuncio pone de relieve el hecho de que los segmentos más viejos de software y servicios siguen siendo mucho más grandes, aunque su declive se profundiza.
"Por ahora, el declive de los negocios tradicionales está haciendo insignificante la capacidad de IBM de captar nuevas oportunidades de ingresos conforme el mercado cambia", escribió en un informe Toni Sacconaghi, analista de Sanford C. Bernstein, tras el anuncio de la empresa.
El lunes, la empresa negó rumores de que planeaba recortar cerca de 26% de su personal, o más de 100.000 empleos. Un vocero reiteró que como parte del proceso de "reequilibro" de negocios, IBM eliminaría una cantidad mucho menor de puestos, o varios miles, para contratar personas con nuevas destrezas.
LeBlanc, de 56 años, reconoció que IBM debe apresurarse si quiere que la apuesta a la nube dé resultados, algo para lo que fue creado su cargo. "Queremos continuar impulsando la velocidad", dice.
El ejecutivo ha tenido otras funciones importantes. A fines de los años 90, cuando Internet ganaba terreno en muchas empresas, jugó un papel clave en una iniciativa muy promocionada para ayudar a conectar sistemas de procesamiento tradicionales a la web.
La iniciativa de IBM en la nube está compuesta por varias actividades. Una es el software como servicio, un término que se refiere a programas que antes eran instalados en las computadoras de los clientes pero que ahora se proveen a través de Internet. Martin Schroeter, director financiero de IBM, indicó que el software como servicio aportó casi US$3.500 millones de los cerca de US$7.000 millones en ingresos anuales de la nube.
El proveedor más conocido de software en línea es Salesforce.com Inc., cuya facturación en el año fiscal que termina el 31 de enero sería de US$5.400 millones, según previsiones de analistas.
Una gran porción de los restantes US$3.500 millones de IBM proviene de centros de datos que procesan las aplicaciones de los propios clientes, un segmento conocido como infraestructura como servicio, que está basado en la adquisición de SoftLayer, una firma por la que en 2013 pagó US$2.000 millones. En comparación, la división AWS de Amazon. com Inc. registraría una facturación de casi US$6.000 millones en 2015, frente a US$4.300 millones en 2014, según Gene Munster, analista de Piper Jaffray.
LeBlanc, quien se desempeña como vicepresidente sénior, había liderado un grupo que incluía productos de software basado en la nube —que según IBM son más de 100— así como sus negocios de software convencionales. También supervisó Bluemix, un conjunto de herramientas que ayuda a los programadores a desarrollar aplicaciones móviles y para Internet.
Hoy también dirige la división de lo que antes era SoftLayer, que intenta diferenciarse con una red global de 49 centros de datos y sigue creciendo. Además de anunciar nuevas operaciones de SoftLayer en Ciudad de México, Fráncfort y Tokio, IBM ha dicho que planea colaborar con el operador de centros de datos Equinix Inc. para ofrecer instalaciones adicionales en Aus-tralia, Estados Unidos, Francia, Holanda, Japón y Singapur. Asimismo, firmó acuerdos con la alemana SAP SE y la china Tencent Holdings Ltd. para crear otros productos de computación en nube.
LeBlanc apunta a atender a clientes que quieren ejecutar aplicaciones en sus propias computadoras y tercerizar otras —lo que se conoce como nube híbrida— así como atender a clientes de países como Alemania que desean mantener sus aplicaciones y datos cerca debido a razones de seguridad y leyes de soberanía de datos.
"Todo ese modelo de centros de datos distribuidos está funcionando bien con muchos clientes", afirma LeBlanc. "Les preocupa dónde se ejecuta la aplicación".
IBM ha hecho una ola de anuncios relacionados con la nube. La semana pasada indicó que la empresa de servicios de salud Anthem Inc. acordó pagar casi US$500 millones durante cinco años por servicios que le ayudarán a integrar sus aplicaciones provistas a través de la nube con las que ejecuta desde sus propias instalaciones.
Estos acuerdos no necesariamente se traducirán en mayores ingresos para IBM en el corto plazo. Si bien las ventas de software convencional se reportan como ingresos cuando se realizan, porciones de la facturación de programas provistos en la Web y otros servicios en la nube se registran en los libros de forma gradual, a menudo en términos mensuales.
LeBlanc reconoce que para no perderles el paso a sus rivales, la empresa con 103 años de historia deberá desarrollar nuevas destrezas. Se espera que parte de la solución provenga de las contrataciones y estima que el grupo de la nube tiene unas 1.000 vacantes.
Steven Milunovich, analista de UBS Securities, dice que los inversionistas tratan de descifrar si IBM ganará más al trasladar a sus clientes a la nube de lo que perderá en licencias de software instalado en PC. La empresa tiene ventajas, señala, como una base de clientes que utilizan servidores de IBM y otros equipos de hardware.