Hay usos más difundidos de la Inteligencia Artificial (IA), como los asistentes virtuales de los celulares o los robots. Sin embargo, la combinación de la ciencia estadística y las tecnologías de la información puede hacer más eficientes prácticas impensadas como la psiquiatría, la selección de recursos humanos, la prevención de accidentes al volante y la explotación agrícola.
Para el caso de la psiquiatría, Raul Echegoyen, CEO de Sigmind, pensó en una solución de análisis automático del discurso de los pacientes para ayudar al diagnostico.
"Nuestra hipótesis a probar era si los algoritmos podían detectar cambios en los pacientes a partir de lenguaje, que es lo que hace un psiquiatra analógicamente. Pero en el caso de los algoritmos, la detección se centra en cambios muy sutiles que pueden ayudar a los psiquiatras en el diagnóstico para que puedan dedicarse a interactuar con los pacientes y la subjetividad del tratamiento. No hacemos diagnóstico, ayudamos al psiquiatra", explicó en el evento "Inteligencia Artificial, segunda edición", organizado por LA NACION.
Otra profesión "blanda", en cuanto a las aptitudes que se ponen en juego, como la selección de personal, también se puede beneficiar de la inteligencia artificial. Esa es la propuesta de la empresa Emi Labs.
"Al humano no lo reemplazamos porque la creatividad, la empatía y la intuición son irremplazables. Pero sí eficientizamos el proceso porque por ahí hoy pasan cinco horas mirando perfiles y después la gente no va o las contactan y ni saben de qué se trata el aviso. Lo que hacemos es automatizar esas fases con chats y el tiempo que le ahorramos al reclutador después lo puede destinar en tiempo de más calidad por candidato", puntualizó Mateo Cavasotto, CEO de la firma.
El empresario dijo que con su sistema -ideal para empresas que contratan mucha cantidad de personal- el proceso se reduce de 20 a dos días y alguien que aplica un sábado puede ya tener agendada una entrevista ese mismo día porque el programa tiene a disposición la agenda del profesional que lo entrevistará.
Por su parte, Lucas González Pearson, co-fundador y Chief Technology Officer (CTO) de Woocar, creó una plataforma que utiliza la inteligencia artificial para mejorar los hábitos de conducción, con la meta de reducir la siniestralidad vial y disminuir los costos de combustible y mantenimiento para flotas comerciales.
"Partimos de un problema que es que el 90% de los accidentes fatales son por distracciones, entonces nos propusimos medir cómo la gente maneja usando IA para identificar patrones y atacar problemas y coachear para que puedan manejar mejor y ser más ecológicos", detalló.
"Podemos medir todo: la aceleración, si usa celular, el comportamiento del conductor e inferir qué va a hacer. Si alguien maneja a 160 kilómetros por hora usando el celular es obvio que estás poniendo su vida en riesgo, pero hay casos no tan obvios", agregó y dijo que no hacen alertas en tiempo real porque eso sería parte del problema, sino que la información le llega después al conductor vía mail o un mensaje al celular.
Por último, el CTO de Auravant, Nicolás Larrandart, habló de su empresa que tiene como objetivo facilitar la adopción y el uso de agricultura de precisión para maximizar la eficiencia del agro.
"El método tradicional de la agricultura es tratar al lote como un todo igual y ponen la misma cantidad de semillas e insumos, mientras que la agricultura de precisión se centra en sitios específicos: se trata a cada metro cuadrado según su problemática. Nuestra plataforma tiene un montón de sistemas de ingesta como imágenes satelitáles,que con inteligencia artificial, pueden acelerar los procesos y ahorrarle tiempo al agricultor además de hacer evidente lo que es difícil de ver", cerró.
Otros usos de la inteligencia artificial
Otra de las presentes en el encuentro fue Amanda Manna, co-fundadora y directora ejecutiva de operaciones (COO) de Uncommon Partners, que busca medir el engagement (participación y compromiso) de las personas en distintas actividades.
"Engagement significa involucrar la atención de la gente para que haga algo distinto. Algo fácil de entender, pero difícil de predecir. ¿Cómo sabemos qué contenido genera engagement? con clicks, me gusta, comentarios y también hay reacciones en nuestro cerebro cuando estamos felices, tristes o prestando atención y lo podemos medir. Podemos hacer seguimiento de lo que miran los ojos, pero también de lo que hace el cerebro", explicó.
Manna ha realizado varios experimentos de este estilo utilizando cascos, anteojos de realidad virtual y realidad aumentada y el último fue sobre los anuncios ganadores del festival Cannes Lions.
"Vimos lo que eligieron los jueces y lo que decían los cerebros con los cascos y también hicimos una encuesta al final para ver si comprarían productos de esas marcas y nos dio un ganador distinto. Había varios spots con muchas distracciones que hacían que los televidentes dejaran de prestar atención. Hay que evitar supuestos y emociones negativas. Y, si aparecen, hay que detectarlas y ver cuándo se transforman en algo negativo. Por último, es importante hacer que la historia se mantenga simple", concluyó.