Horizonte 2015: los inversores se ilusionan con cambios
La expectativa de que el año que viene haya un gobierno más amigable con los mercados impulsó el valor de las acciones y los bonos argentinos
Ni los mercados siempre apuestan por las mejores opciones para el desarrollo económico y social de un país ni siempre aciertan cuando ponen en juego su dinero. Pero sus subas y bajas marcan la confianza o la falta de ella de los inversores en el devenir de una economía.
Si se toma como punto de partida 2003, el inicio de lo que el kirchnerismo llama "década ganada", el valor de las empresas argentinas que cotizan en bolsa se apreciaba al mismo ritmo que las del resto de América latina hasta la intervención del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en 2007, cuando los números de la Argentina dejaron de ser creíbles. La brecha entre unas y otras sólo comenzó a acortarse a partir de 2013, según el estudio "Copa América Bursátil", del decano de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), Juan José Cruces.
Los inversores argentinos y extranjeros han vuelto a comprar acciones y bonos de este país desde que el año pasado tuvieron la certeza de que la presidenta Cristina Kirchner no podría buscar la re-reelección y se ilusionaron con que el político que asuma el poder en diciembre de 2015 sea más amigable con los mercados que ella.
No sólo ha surgido el interés de quienes especulan en los mercados financieros, sino también de los que pretenden comprar empresas y que ya hacen consultas a los bancos de inversión sobre opciones para adquirir. El incipiente apetito por la Argentina, que se refleja en el alza de acciones y títulos públicos y en la caída del riesgo país, también ha sido impulsado en los últimos meses por el giro del kirchnerismo hacia medidas ortodoxas que corrijan errores de los últimos siete años.
Pero no todo es mérito de la Argentina: también influye que al mundo financiero le sobra liquidez y no sabe dónde conseguir algún buen rendimiento y por eso le presta barato desde hace dos años a Bolivia, acaba de darle crédito a Grecia y planea hacer lo mismo con Ecuador.
"Los inversores creen que se acabó el kirchnerismo o se acabó lo que hasta ahora era el kirchnerismo. Vieron en 2013 que se va o por lo menos se corrige", observa Cruces. Este economista de la UTDT elabora su "Copa América Bursátil" al comparar la evolución del valor de las empresas cotizantes más emblemáticas de seis países del continente con un índice de referencia mundial similar al de cada una de esas naciones. Cruces considera que así se puede advertir cuándo las compañías de un país varían de cotización por encima o por debajo del promedio mundial del sector al que pertenecen, es decir, cuándo se desempeñan mejor o peor que los vientos de cola o de frente de la economía global.
Y así como en 2011 y 2012 la Argentina había salido última en esta competencia financiera, en 2013 no sólo ganó, sino que fue el único país que evolucionó mejor que su índice gemelo. Detrás la siguieron México, Brasil, Perú, Colombia y Chile, todos afectados por la decisión de los Estados Unidos de acabar con su política monetaria laxa, que redujo los rendimientos allí y derivó capitales hacia los mercados emergentes desde la crisis mundial de 2008-2009. La Argentina no se había beneficiado, hasta el momento, de esa llegada de liquidez.
El desempeño de las acciones argentinas comenzó a diferenciarse del resto de la región desde que en junio de 2013 Sergio Massa optó por dejar el kirchnerismo y decidió candidatearse a diputado. Sin embargo, su apreciación clara empezó desde el 12 de agosto, un día después de que Massa se impusiera en las primarias, y sobre todo tras su victoria en las legislativas de octubre. También desde agosto se inició un alza de los bonos y una baja del riesgo país, que había llegado a 1300 puntos a principios de 2013, bajó a casi 1000 en agosto e incluso a menos de 800 en diciembre. Es que un mes antes se fue Guillermo Moreno del Gobierno, y con Axel Kicillof como ministro de Economía y Juan Carlos Fábrega como presidente del Banco Central se comenzó a adoptar una serie de medidas correctivas, como el preacuerdo para indemnizar a Repsol por la expropiación de YPF.
En enero, con la devaluación, las variables argentinas se deterioraron porque los mercados pensaban que el derrape del peso no iba a encontrar freno. Pero desde febrero retomaron la senda positiva en la medida en que se controló el tipo de cambio, se liberó parcialmente el cepo cambiario, se subieron las tasas de interés, se sinceraron las estadísticas de inflación y actividad económica, se puso fecha para la negociación formal con el Club de París, el grupo de países ricos a los que se les dejó de pagar la deuda en 2001 y que desde entonces cortaron el financiamiento para sus empresas que invierten en la Argentina; se recortaron subsidios al gas y el agua, volvió a colocarse deuda en el mercado local tras seis años y se profundizó el diálogo de tenedores de bonos en situación regular con aquellos que litigan en Estados Unidos por los títulos del default de 2001, los holdouts, con el fin de evitar una nueva cesación de pagos por un fallo judicial allí.
Así es que el riesgo país, que trepó a 1100 puntos en enero, volvió a descender por debajo de los 800. YPF dio prueba del nuevo contexto cuando el mes pasado, tras el pacto definitivo con Repsol, emitió deuda en los mercados internacionales al 8% y esta semana firmó un acuerdo para más que duplicar la inversión de la norteamericana Chevron en Vaca Muerta.
Fin de ciclo en poco tiempo
"Hay un flujo de plata hacia la Argentina desde las primarias porque hay una visión de que el gobierno de Cristina finaliza en 2015 y que el próximo será más amigable con el mercado", opina Claudio Porcel, presidente de Balanz Capital, una de las mayores operadoras de bonos del país. "No sabemos qué vendrá, pero habrá un mayor sentido común económico. En la Argentina, un año y medio es un montón de tiempo, pero en la actualidad no se ve un horizonte K para las elecciones de 2015. Se ve como presidenciables a Massa, a [Daniel] Scioli y a [Mauricio] Macri, y los tres son vistos con buenos ojos por el mercado. A Scioli no se lo ve como continuidad K, no es un gran líder, pero tiene sentido común y no es contrario al mercado. Massa es quizá más kirchnerista, pero tiene inteligencia política y está bien rodeado de economistas. Macri gusta, pero hay que ver si tiene fuerza nacional y si podrá gobernar", describe Porcel.
"Pero ahora entran capitales no sólo porque se va Cristina sino por lo que está haciendo ella –confía Porcel–. Si hace una gestión excelente y tiene posibilidades de meter un candidato, bienvenido sea."
Ni a Florencio Randazzo ni a Sergio Urribarri, quien promovió a Miguel Galuccio para la presidencia de YPF, se los ve tan kirchneristas.
"En diciembre y enero, el mercado vio con preocupación la caída de reservas del Banco Central por debajo de los 30.000 millones de dólares", recuerda Porcel. "El mercado se preguntó si Cristina llegaba a 2015 o si todo explotaba antes. Pero la buena noticia fue que el Gobierno inició un ajuste positivo y se acercó a los mercados. La Argentina tiene la ventaja de que está desendeudada y de que hay liquidez en el mundo. Si sigue haciendo los deberes en el año y medio que le queda a Cristina, bajará la tasa a la que se podría endeudar afuera. Se tomaron medidas para mantenernos a flote. Vamos a tener un 2014 de alta inflación y poco crecimiento, pero se van a ordenar las cosas y además los activos argentinos siguen, pese a la suba, muy baratos por la baja que había tenido en los años anteriores. Los capitales siguen entrando. La brecha entre el dólar oficial y el contado con liquidación (conocido como "contado con liqui"), que es el que importa, se acortó a 8 contra 9,50 (pesos por dólar). No descartaría que Fábrega aprovechara el achicamiento de la brecha en plena cosecha (por el ingreso de divisas) para unificar el mercado cambiario."
Los inversores se sienten atraídos por bonos argentinos con alta probabilidad de pago y con rendimientos del 10% o 15% en dólares, casi únicos en el mundo, como el Boden 2015. Además, interesan los Discount o los Par. También hay acciones que atraen, como YPF, que subió más de 130% desde que Galuccio tomó su control en 2012, los bancos Macro y Francés, Grupo Financiero Galicia, Telecom, Aluar, Siderar, Edenor o Pampa Energía. Pero incluso hay quienes ya quieren comprar empresas enteras para posicionarse pensando en 2016. Los teléfonos de las oficinas de los bancos de inversión vuelven a sonar.
Otros, en cambio, opinan que falta mucho kirchnerismo por delante y optan por esperar, aun a sabiendas de que ahora supuestamente comprarían más barato de lo que podrían pagar dentro de dos años. En el extranjero interesa la Argentina por su riqueza en agricultura, agroindustria, minería y petróleo, como lo demuestra Chevron, pero también por obras de infraestructura y transporte, en especial las vinculadas al traslado de esos recursos naturales hasta los puertos. La imposibilidad de remitir utilidades al exterior disuade a inversores extranjeros.
Claro que los hombres de negocios a veces se equivocan, como los que confiaban en que la burbuja de la economía mundial no estallaba en 2008. "Las bolsas anticipan cambios, pero a veces no. En promedio aciertan porque, si no, sería menor jugarles en contra. Puede haber turbulencia, pero la Argentina puede ser la nueva perla de los mercados latinoamericanos", se entusiasma Cruces. Habrá que ver si eso trae también prosperidad a todos los argentinos.
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