Hewlett-Packard se divide, pero sus desafíos persisten
Meg Whitman hizo sonar la campana en la Bolsa de Valores de Nueva York el lunes para anunciar el inicio de la cotización de una nueva compañía, Hewlett Packard Enterprise Co. El nacimiento de esta empresa marca el final del proceso, anunciado el año pasado, de partir en dos la compañía fundada hace 76 años por Bill Hewlett y Dave Packard.
Pero también marcará un desafío más apremiante para Whitman y para Dion Weisler, director ejecutivo de HP Inc., la otra empresa en la que se escindirá Hewlett-Packard Co.: cómo seguir siendo relevante en una industria que rápidamente está dejando a la vieja H-P atrás.
Para Weisler, la división significa que el gran margen de ganancia de sus impresoras ya no financiará la tecnología de la información corporativa que venderá la nueva compañía liderada por Whitman. Weisler planea usar su nueva libertad para aumentar el porcentaje de los ingresos dedicado a la investigación y el desarrollo por encima de 3,1% que la vieja H-P dedicó el año pasado.
"Generamos una enorme cantidad de dinero en efectivo con las franquicias de impresión y sistemas personales", dijo Weisler. "Estas inversiones no siempre se canalizaron de nuevo en estos negocios".
HP Inc. devolverá una gran cantidad de sus ganancias a los inversionistas como dividendos, pero Weisler ha dicho que quiere invertir en la mejora de las tecnologías existentes de HP y en expansión de nuevas áreas, tales como fotocopiadoras e impresión 3-D.
El reto para Hewlett Packard Enterprise (HPE) es cómo atraer compradores corporativos, que cada vez más se pasan a la tecnología de computación en nube que ofrecen empresas como Amazon.com Inc. y Microsoft Corp. La semana pasada, H-P abandonó un esfuerzo de cinco años para construir un competidor de AWS, el servicio de nube de Amazon, dejando a HPE sin nada que ofrecer en esa área.
Esto pone a HPE en una situación difícil para hacer crecer su negocio, dijo Toni Sacconaghi, analista de Sanford C. Bernstein & Co.
"Una gran parte del mercado se mueve en una sola dirección, y HP no tiene ofertas con qué responder" a las necesidades de esos clientes, dijo Sacconaghi. "Todos los proveedores tradicionales enfrentan desafíos en términos de esa migración, pero se podría decir que al menos otros han tomado medidas positivas y más visibles en esa dirección".
International Business Machines Corp., por ejemplo, gastó US$2.000 millones en SoftLayer, un proveedor de servicios en la nube. Oracle Corp. la semana pasada se comprometió a ampliar su prestación de servicios en la nube, reorientando su negocio de software de base de datos a la nube.
Bill Hilf, gurú de la nube de la vieja H-P, dijo en una entrevista el mes pasado que la mayoría de los gastos corporativos continuarían siendo realizados en sistemas de centros de datos corporativos, y que HPE trabajará con empresas como Amazon y Microsoft para vender servicios en la nube a los clientes que los soliciten.
Los ingresos de H-P bajaron 8% interanual en su trimestre más reciente. Su acción había caído casi 27% desde que la compañía de Palo Alto, California, anunció su separación el año pasado.
Hewlett Packard Enterprise, que negociará con el símbolo HPE, tendrá 252.000 empleados, más de cuatro veces más que los 50.000 de la compañía de computadoras personales e impresoras de Weisler, que conservará símbolo de Hewlett-Packard, HPQ. Medido en términos de ingresos, sin embargo, HP Inc. será la empresa más grande, con ingresos de US$57.300 millones el año pasado, en comparación con los US$53.000 millones de Hewlett Packard Enterprise.
Irónicamente, la razón que H-P dio para justificar la separación es similar a la que Dell Inc. y EMC Corp. ofrecieron para justificar su gigantesca fusión de US$67.000 millones, anunciada a mediados de octubre: servir mejor a los compradores corporativos. Hewlett Packard Enterprise quiere lograr ese fin desprendiéndose de sus negocios de PC e impresoras; Dell mediante la adquisición del software de almacenamiento corporativo y centros de datos de EMC.
Pero hará falta más de una reorganización corporativa para corregir el rumbo de las dos nuevas naves en las que se dividirá H-P. "Yo no creo que haya nada mágico en lo que cambia, ya sea positiva o negativamente, para cada una de las empresas", dijo Sacconaghi.
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