Contra el kirchnerismo. Hernán Lacunza: "Entre 2011 y 2015 no hubo desendeudamiento"
Sin una perspectiva de un avance en los proyectos de "reperfilamiento" enviados al Congreso semanas atrás, el Gobierno pidió hoy una renegociación de la deuda "rápida y voluntaria" para poder volver a los mercados voluntarios tras las elecciones presidenciales, negó un ajuste mayor del cepo y ratificó, antes del viaje a Washington del equipo económico para participar de las reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que usando todas las flexibilidades permitidas logró cumplir con la exigente meta del tercer trimestre.
"Es necesaria una renegociación de la deuda voluntaria y rápida", afirmó el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, en la conferencia de prensa en el quinto piso del Ministerio de Economía, luego de presentar los datos fiscales -en rojo- de septiembre y luego de una revisión de la cronología de la deuda pública con cierto tufillo a respuesta electoral al kirchnerismo luego del primer debate presidencial que se llevó a cabo del domingo.
"Hay que conversar con los acreedores sobre la sustentabilidad de la deuda. La Argentina necesita recuperar el crédito voluntario. Los niveles actuales de deuda no son tan importantes, pero ningún país puede pagar cash sus compromisos", estimó Lacunza, acompañado durante su presentación por Sebastián Katz (viceministro), Santiago Bausili (secretario de Finanzas) y Rodrigo Pena (secretario de Hacienda).
"No hay tiempo para perder. Hay que encarar una conversación sincera y voluntaria", agregó el ministro, que descartó nuevas medidas de control de cambios. "No está en el tapete", cerró.
Lacunza, que viaja mañana a Washington para participar de la Asamblea Anual del FMI, dijo que se reunirán el viernes con la directora gerente del organismo, Kristalina Giorgeva, y con el subdirector, David Lipton. "No va a haber definiciones sobre el desembolso (de US$5400 millones previsto para septiembre). Será un seguimiento", afirmó el ministro, que destacó nuevamente que en la actualidad el país tiene un problema de liquidez y no de solvencia.
Con relación a las metas del tercer trimestre del año, el resultado fiscal de septiembre mostró un déficit primario de $25.368 millones, y otro financiero de $76.224 millones. Los intereses de la deuda tuvieron una significativa suba de 54%. El rojo fiscal tuvo que ver en parte, resaltó el ministro de Hacienda, con las medidas "paliativas" lanzadas por el Gobierno post PASO. Lacunza resaltó que son 27 los meses en los que los ingresos crecen por encima del gasto, y que se trata de los primeros nueve meses del año con superávit primario desde 2011. "Entre 2011 y 2015 no hubo desendeudamiento", dijo.
En los primeros nueve meses del año, el resultado primario mostró un superávit de $22.892 millones, mientras que el rojo financiero fue de 456.091 millones. Los intereses de la deuda en ese lapso crecieron 107,7%. La meta con el FMI del tercer trimestre, la mas difícil de lograr, imponía un superávit acumulado a septiembre de $70.000 millones. A su vez, el FMI habilitó al Gobierno una flexibilidad (0,3% del PBI en gasto social y 0,2% en gasto de capital), que suavizaban esa meta. Sólo usando esos amortiguadores, el Ministerio de Hacienda logró un sobre cumplimiento, según oficializaron hoy, de 25.375 millones. Para fin de año, Lacunza volvió a ratificar que esperan un déficit de 0,5% del PBI, tal como se presentó al Congreso.
Varias consultoras privadas, en cambio, vienen estimando para el cierre de 2019 un déficit primario de cerca de 1%, ya que el último período del año es estacionalmente menor en ingresos que en gastos (pagos de aguinaldos, entre otros egresos). "Hay un sendero de cumplimiento más allá de la estacionalidad de diciembre", dijo Lacunza, que destacó la "conducta fiscal responsable (del Gobierno) no es un comportamiento aislado".
Tras difundir los datos fiscales, Lacunza se mostró interesado en realizar una cronología de la deuda de los últimos años con el objetivo de licuar las críticas del kirchnerismo. Antes destacó que la mejora fiscal se logró con una baja de impuestos a empresas y provincias de 3 puntos porcentuales del PBI y con una reducción de gasto, particularmente subsidios. "Los impuestos en la Argentina son altos, pero menos que hace 4 años", dijo el ministro. Mencionó que las subas de retenciones al campo equivalen a un 7% (gracias a que son montos fijos y fueron licuados tras las sucesivas devaluaciones del peso) y antes eran un 20%.
"Cuando hay déficit, se puede financiar con más emisión, lo que si no hay demanda de pesos genera más inflación; con deuda, que a la larga trae problemas; y con la vía de reducción de activos (uso de reservas)", explicó el ministro, que destacó que "no hubo desendeudamiento" entre 2007 y 2011 (el período en el que gobernó Cristina Kirchner).
Lacunza dijo que se asumió con siete puntos de déficit en 2007 (si se suman los pagos a las provincias y el anticipo de ganancias por el cepo), y recalcó que los US$45.000 millones que ya desembolsó el FMI se usaron para pagar deuda, tanto incluso que el pasivo cayó en US$10.000 millones. "No hay financiamiento de la fuga de capitales", cuestionó.
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