El exministro de Economía evaluó los primeros seis meses del gobierno de Javier Milei y advirtió que no es optimista sobre una recuperación en “V”: “Lo otro era una ficción”, dijo
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El exministro de Economía, Hernán Lacunza, advirtió que percibe un dogmatismo creciente en el Gobierno en cuanto a la política cambiaria: “No tanto por el atraso cambiario, sino por la persistencia”. Añadió que no estima que ocurra una la recuperación en V. “No soy tan optimista, porque lo otro (por el gobierno anterior) fue una ficción”. Durante una entrevista con José Del Rio en Comunidad de Negocios por LN+, alertó también que ve al Gobierno muy cortoplacista y eso “puede ser muy peligroso”.
Luego de que le mostraran en vivo los dichos del ministro de Economía, Luis Caputo, respecto a la recuperación económica, consideró: “Veo más una recuperación en forma de pipa”, precisó. El economista del Pro evaluó que aún no se siente una recuperación en los índices económicos globales del Gobierno pese al ajuste y la desaceleración de la inflación. Estimó que por el momento no cree que lleguen las inversiones que podrían poner en funcionamiento la economía. “El ministro tiene que vender la expectativa, pero no soy tan optimista con un rebote en V”, explicó.
“Los motores de la reactivación del consumo y la inversión no van a alcanzar. El salario real es menos de un 20% inferior al de hace seis meses. Era una ficción lo otro. Todavía no empezó a recuperarse y si se empieza a recuperar porque la paritaria le gana en algún punto a la inflación, no se recuperará en dos meses. Va a ser en forma de pipa, con una recuperación más parsimoniosa”, dijo.
En ese sentido, añadió: “La inversión, que es el otro gran motor, tampoco me parece que tenga tanto caballos de fuerza. Leía a Domingo Cavallo en estos días sobre el cepo, y me parece que hasta que eso no esté disipado cuál es el puerto de llegada, el gobierno tiene un mensaje difuso entre dolarización y competencia de monedas. Hasta que la tasa de interés y el tipo de cambio hayan aterrizado, al igual que los costos, insumos, salarios y la energía, no creo que haya un boom de inversión. Ni con la Ley Bases ni con el RIGI. Primero tiene que estar asfaltado el camino”.
Con esto en mente, se enfocó en la necesidad de corregir el tipo de cambio y levantar el cepo. “Percibo algún dogmatismo creciente por parte del gobierno, y temo que quede encerrado en esa lógica, que le dio resultado hasta el día 180, pero que no lo lleva al día 360. No tanto por el nivel de atraso cambiario, que me parece que es incipiente, sino por su persistencia. Esta historia del dólar yendo al 2 por ciento y los precios al 5 por ciento, es una historia finita, no muy duradera”, analizó.
Tiempo, paciencia y confianza
Enfatizó el hecho de que la mayor parte de la sociedad aun confía en el Gobierno, pero que esto podría tener fecha de vencimiento. “La sociedad le está otorgando a este Gobierno una paciencia inédita. Llegó a la elección pasada hastiada de un Estado presente, que era ausente, de una inflación galopante y un set de privilegios de la casta. Por eso, Milei ganó con tres palabras: anticasta, dolarización y motosierra”, analizó.
“A pesar del ajuste severo de estos meses, la gente todavía le otorga, le concede, más tiempo, porque sabe que llegó por primera vez en muchos años a que así no se podía seguir. En esta primera etapa y seis meses, el gobierno, con un diagnóstico correcto, audacia y pericia, evitó una catástrofe. Había quedado una operación muy delicada. Había un riesgo, entre otros, de hiperinflación, de problemas con los depósitos, y una inflación de 200% anual”, sostuvo.
Consideró que el Gobierno “puede mostrar eso como un buen resultado”. “Hace seis meses no se podía alquilar. Son las luces de los primeros seis meses. También hay sombras, que tienen que ver con la recesión y la calidad del empleo. Lo que hizo fue correr el velo. Había una situación artificial. Se corrió el telón y resultamos ser más pobres de lo que pensábamos”, agregó.
“Esa esperanza está sostenida en una propuesta de gobierno inédita, pero va a tener que anclarse en algún rebote de esa recesión porque los próximos 180 días van a estar dependiendo de que la tasa de impaciencia no le gane a la recuperación”, indicó.
Por otro lado, cuestionó al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, quien se posicionó en la oposición como la “antítesis” a las medidas económicas de Milei y Caputo. “Es intelectualmente honesto, pero está equivocado”, dijo Lacunza.
Caputo, rockstar
Más tarde, Lacunza deslizó una inusual crítica hacia Luis Caputo. “Es una tarea ingrata la del ministro de economía en situaciones de estrés o escasez, tener que andar explicando con bastante realismo, como hace Caputo, las dificultades de administrar medidas ingratas, como la suba de tarifas”, analizó, quien fuere ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires durante la gobernación de María Eugenia Vidal.
Destacó que “el apoyo presidencial es fundamental”, para aplicar las medidas que la cartera dicte, pero se preguntó: “¿No sé si le hace un favor al ministro ser un rockstar? Esa figura tiene que ser lo más estable y discreta posible. Estamos en la B, producto de muchos años de mala praxis en la política económica, y no estamos para salir campeones de la Champions, estamos para no irnos a la C. Con un plan perdurable podríamos volver a integrarnos al mundo. Cuanta más prudencia y discreción, sería mejor”.
Sin embargo destacó el plan que llevó a cabo el funcionario de Hacienda y que tiene que seguir por esa senda. “El plan básico de atender la emergencia del desequilibrio fiscal, para que no haya maquinita, normalizar el tipo de cambio y que haya crédito, que es un plan de un año, me parece que está bien concebido. Pero sí deben saber que las teclas que les sirvieron en un verano que parecía caliente, no son las mismas para un invierno frío. Hay que saber afinar el programa y no tentarse con metas de corto plazo, como que la inflación sea más baja mes a mes. Con buenas noticias. Es más o menos lo mismo que en junio la inflación sea 4-5-6, lo que no hay que hacer es atrasar el dólar o las tarifas, porque un salto -en inflación- sería letal.”