Heredero de los Agnelli asume un mayor protagonismo en Fiat
ROMA—Tras años de preparación, John Elkann ha recibido la oportunidad de desempeñar un papel más relevante en Fiat SpA, la automotriz en el centro de la dinastía industrial de la familia Agnelli.
Fiat anunció el martes que Elkann, un tataranieto de Giovanni Agnelli -uno de los fundadores de Fiat en 1899-, reemplazará a Luca Cordero di Montezemolo como presidente de la junta directiva de la compañía con sede en Turín. Montezemolo seguirá en el directorio y continuará ocupando la presidencia de la junta directiva de Ferrari, dijo Fiat.
La decisión representa un cambio para Elkann, que hasta ahora había permanecido en un segundo plano en Fiat, la marca más conocida del imperio Agnelli, que incluye a las automotrices Ferrari y Maserati, el diario La Stampa y el club de fútbol Juventus, de Turín.
Hasta hace poco, Elkann, de 34 años y quien nació en Nueva York, no se había interesado en las tareas de gestión en Fiat, que han recaído en su enérgico presidente ejecutivo, Sergio Marchionne. En su nuevo cargo, Elkann desempeñará un papel importante como intermediario entre el gobierno italiano y Fiat, el mayor empleador del sector privado en Italia.
Durante años, la decisión de Elkann de ocupar un papel menos relevante ha sido considerada un reconocimiento del daño causado por la familia Agnelli a la automotriz en las últimas décadas al tratar de dirigirla.
Bajo el liderazgo del abuelo de Elkann, Gianni Agnelli, Fiat se convirtió en una de las mayores automotrices del mundo, pero también en un símbolo de los industriales europeos que se veían a sí mismos como los garantes de los pactos sociales entre gobiernos y trabajadores.
Agnelli se resistió a cerrar plantas no rentables en Italia en un intento por conservar empleos y evitar manchar la reputación de la familia. Mientras tanto, los cargos directivos de Fiat se llenaron de ejecutivos de bajo rendimiento que conservaron sus puestos gracias a sus sólidos vínculos con la familia. Para cuando Agnelli murió en 2003, Fiat enfrentaba la ruina financiera, su línea de productos estaba vacía y tenía una deuda de miles de millones de euros.
Por aquel entonces, el perfil de Elkann estaba en ascenso en la familia. Hijo del novelista francés Alain Elkann y de Margherita Agnelli de Pahlen, Elkann estudió en Nueva York y París antes de graduarse de ingeniero industrial en la Universidad Politécnica de Turín.
En 1997, a los 22 años, Elkann fue nombrado miembro de la junta directiva de Fiat. Varios años después, fue designado para administrar la fortuna familiar, y comenzó a trazar un nuevo rumbo. El ejecutivo vendió varios entrañables activos familiares, como el legendario viñedo francés Chateau Margaux, allanando el camino para que la familia inyectara US$313 millones en Fiat. La decisión ayudó a la atribulada automotriz a evitar la bancarrota.
Elkann también acudió a Marchionne, un contador y abogado —quien por aquel entonces dirigía una compañía de servicios industriales pero que tenía escasa experiencia automotriz— para que se hiciera cargo de Fiat, y le dio carta blanca. Marchionne en seguida simplificó el organigrama directivo de la automotriz y aceleró el tiempo que tardaba la empresa en llevar un auto nuevo desde el estudio de diseño hasta las líneas de ensamblaje. En 2005, menos de dos años después de la llegada de Marchionne, Fiat volvió a la rentabilidad.
Mientras Marchionne resucitaba Fiat, Elkann evitaba ser el centro de atención. Montezemolo fue nombrado presidente de la junta directiva de Fiat en 2004 mientras que Elkann ocupó el puesto menos prominente de vicepresidente del directorio.
Sin embargo, en los últimos dos años, Elkann ha comenzado a asumir un papel más relevante en el negocio familiar. En 2008, fusionó dos de las compañías holding de los Agnelli para crear Exor, otro holding que posee participaciones controladoras en Fiat y una multitud de negocios como el equipo de fútbol Juventus y la firma de bienes raíces estadounidense Cushman & Wakefield. El cambio ayudó a hacer más transparente al imperio Agnelli al simplificar la cadena de compañías holding entre Exor y Giovanni Agnelli & Co., el principal vehículo de inversión de la familia.
El año pasado, mientras Fiat trataba de adquirir Chyrsler en un proceso de reestructuración en la corte de bancarrota, Elkann viajó a Washington para tranquilizar a los legisladores de que la familia Agnelli apoyaba personalmente la polémica medida. La reestructuración estaba siendo financiada por el gobierno estadounidense. En el momento más álgido de la crisis financiera, la compra de Chrysler por Fiat cimentó la posición de Elkann y de losAgnelli como una de las dinastías más osadas entre las familias europeas del sector automotriz.