"Hay riesgo de crisis si no se cambia el rumbo"
-La herencia económica de 2015, ¿es más complicada que la de 1999?
-La herencia debe valuarse por la competitividad; es decir, la capacidad que tiene el sector privado para invertir, acumular stock de capital, producir más, generar empleo y expandirse. El Termómetro de Riqueza, un instrumento que desarrollé con Javier Milei (TdeR), mide la herencia teniendo en cuenta los ingredientes de la competitividad: tasa de interés, riesgo país, presión impositiva, gasto público, tipo de cambio, devaluación, deuda, productividad del trabajo y salarios, capacidad ociosa, emisión e inflación y términos de intercambio. Entre 1942 y 2015, el TdeR promedia 1.03, un valor que explica por qué, pese al mal desempeño de nuestra economía respecto del mundo, se pudo sostener una tasa de crecimiento, ya que el problema aparece cuando el índice cae por debajo de 1: cuando esto ocurrió, la tendencia continuó en declive y la economía terminó enfrentando una crisis de balanza de pagos (1950, 1975, comienzos de los 80, hiperinflación de Alfonsín y caída de la convertibilidad). Hoy el TdeR es un 35% más bajo que en 1999, indicando que la herencia es más pesada que la de entonces. El TdeR está en 0.73 y se acerca a 0.6, que es el valor crítico desde el cual la probabilidad de crisis (de 80%) aumenta. Si el nuevo gobierno no cambia el rumbo, la situación macro aguantaría menos que dos años.
-¿Se puede corregir la herencia?
-La próxima administración deberá tomar medidas para reconstituir la competitividad, estimular la inversión, fomentar el empleo y volver a crecer. Debería actuar en cuatro frentes: 1) normalización de la deuda con vuelta a los mercados financieros para bajar el riesgo país y abaratar el crédito; 2) apertura rápida del cepo en un plan integral que quite el exceso del sobrante de pesos; 3) reforma fiscal que desahogue al sector privado y elimine la distorsión de precios relativos; 4) reforma monetaria con "nuevo" BCRA que no emita "de más", generando un ancla (Metas de Agregados) que baje expectativas y haga converger la inflación a un dígito, sentando las bases para metas de inflación futura.
-¿Y la competitividad del campo?
-Todas las retenciones al agro equivalen a 14 días de recaudación y un mes de jubilaciones. Una quita de 100% de las retenciones mejoraría la competitividad de la soja (+54%); girasol (+43%); trigo (+30%) y maíz (+25%) sin devaluar. La quita total de retenciones sería insuficiente para mantener a flote a sectores con competitividad a precio menor a 2001 (base 1,0), manzanas (0,60), azúcar (0,69), cueros (0,75), peras (0,78), algodón (0,87) y naranjas (0,90). Para estos casos debería acudirse a otros instrumentos que permitan aliviar otras cargas impositivas, al mismo tiempo de modernizar la infraestructura de transporte.
El autor es economista jefe de Economía & Regiones
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