Los secretos de la dolarización: cómo es el plan económico en el que trabaja en las sombras el equipo de Milei
“Hay que ordenar a la tropa”, les dijo convencido el líder libertario a sus referentes; la llegada de Emilio Ocampo y su reconversión; los debates de los empresarios, que miran de reojo si es espejo o espejismo de Carlos Menem; la trastienda de las declaraciones de Eduardo Eurnekian y los imprevistos detrás de una cumbre sin desperdicio
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“Es momento de ordenar a la tropa”. La frase de Javier Milei resonó entre todos los principales dirigentes de La Libertad Avanza hace 48 horas. El candidato a presidente se cansó de tener tantos referentes económicos hablando por él sin su aval. Así fue como reveló lo que hasta ese momento era un secreto de dos. Un secreto que le había confirmado personalmente a Emilio Ocampo hace 45 días. En caso de ganar la elección, él sería su presidente del Banco Central. O como disparó la semana pasada: “el hombre que lo va a cerrar”.
Ocampo es un economista egresado de la Universidad de Buenos Aires, quien en sus inicios trabajó en la Fundación Mediterránea, luego se fue a Chicago adonde se especializó en Finanzas y empezó tiempo más tarde una carrera como banquero en Nueva York y Londres. Desde 2005 volvió al país y se incorporó al CEMA como profesor de finanzas e historia. Su futuro tenía otro destino: la actividad intelectual y escribir libros. Fue justamente el de “Dolarización: una solución para la Argentina”, que escribió junto al economista Nicolás Cachanosky -hoy profesor de la Universidad de Texas- la obra que lo acercó a Milei entre otras cuatro propuestas para ir por ese camino que tiene en cartera el libertario.
Con muy bajo perfil, Ocampo sumó a su equipo a otras diez personas en los últimos días a los que denominan “ochoaocho” por la cantidad de horas que dedican al plan. Su fórmula de trabajo es de silos entre técnicos, abogados, ejecutivos contables y estudiosos de las normativas con los que intenta abordar cada una de las aristas que supone su proyecto en el Banco Central. Ocampo dejó de mirar televisión, apagó su gestión directa de redes sociales y busca tener listo en 40 días un programa que suele llevar meses.
Su objetivo es resistir filtraciones y por eso el foco de trabajo es bien compartimentado. “Ya no soy teórico ni independiente. Hoy tengo a mi jefe y estoy adaptando toda una vida de trabajo a la realidad que se va a presentar el 10 de diciembre”, le habría dicho a uno de sus íntimos a poco de haberse formalizado su nombramiento. Se viene en ese sentido una evangelización de lo que supondrá eventualmente su rol futuro. Un congelamiento inmediato de la oferta de pesos y fijar el tipo de cambio de referencia son los dos primeros pasos que tomaría. También la dolarización del dinero bancario, algo que suponen con la simplicidad de un asiento contable.
“Cerraremos la fábrica de falsificación de dinero y de papeles pintados para siempre”, se le escuchó al referente del Central en las últimas horas. Sin embargo, eso no supone eliminar la Superintendencia de Entidades Financieras y seguramente implica una reorganización funcional y financiera del Central tal como se lo conoce en la actualidad. No es un cierre en el sentido literal. Tampoco buscará generar un efecto “puerta 12″ con los pesos argentinos de una manera inmediata. “Existirá la libertad de canjear los pesos por los dólares una vez que se congele la emisión y se fije el tipo de cambio de referencia”, se escuchó por lo bajo.
Por su parte, Nicolás Posse, eventual jefe de gabinete de Milei, trabaja con mucho sigilo en otra iniciativa que marcaría la agenda de gobierno de corto plazo: una ley ómnibus. El extitular de los aeropuertos del sur del país y hoy organizador de la estructura ministerial de Milei trabaja con varios protagonistas de la reforma del estado en los ‘90. Será un proyecto que se mandaría en simultáneo y para el que convocarían a sesiones extraordinarias en caso de ser elegidos. Allí entraría todo lo vinculado con la reforma del estado, cada uno de los pasos necesarios para la reducción del gasto público, la eliminación de impuestos y la apertura comercial irrestricta.
Por otro lado, Sandra Pettovello, quien asumiría el rol de ministra de Capital Humano, tiene bajo su paraguas la educación, salud y trabajo y es el nexo con los sindicatos para el plan de modernización laboral inspirado en lo que ya se implementó en la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) con sus seguros de desempleo.
El sindicato liderado por Gerardo Martínez constituyó un fondo donde el empleador deposita -durante el primer año de trabajo- el 12% del salario mensual del trabajador a una cuenta bancaria. En el segundo año de relación laboral, ese porcentaje se reduce al 8%. El monto genera intereses a favor del trabajador, que son inembargables y de libre disponibilidad una vez que se termina el vínculo laboral. “Son varios puntos que ya se analizan, pero este es uno de ellos”, admitieron cerca de la licenciada en Ciencias de la Familia por la Universidad Austral.
Por su parte, Guillermo Ferraro fue formalizado también como eventual ministro de Infraestructura. El exdirector de KPMG Argentina conoció a Milei cuando ambos trabajaban desde roles distintos en el proyecto del corredor bioceánico Aconcagua, que consistía en un tren de alta tecnología que uniría el Atlántico y el Pacífico, incluyendo un túnel de baja altura de 52 kilómetros de largo que cruzaría la Cordillera de los Andes. Ferraro tuvo también un rol en la Secretaría de Industria durante la presidencia de Eduardo Duhalde y en el gobierno porteño durante la gestión de Mauricio Macri. Se especializa desde hace más de 30 años en la estructuración financiera de negocios vinculados a grandes proyectos de infraestructura y la reingeniería de procesos en el sector público.
La lista de nombres en las sombras también sigue creciendo. Héctor Rubini, otro hombre del CEMA, colabora con cómo debería ser la transformación de la banca y su nueva arquitectura; Carlos Rodríguez, hombre fuerte de la economía durante los ‘90 y figura clave de la misma universidad, es para Milei un “oráculo de Delfos” como le suele decir a sus íntimos. Es decir, alguien que, salvando las distancias con la antigua Grecia, figura como un oráculo de consulta al que se escucha pero que no toma parte de las decisiones del día a día. Al punto que Milei suele retuitear gran parte de sus pensamientos.
Por otra parte, existen infinidad de nombres que ahora se acercan y dicen hablar en su nombre pero que el candidato a presidente de LLA buscará dejar expuestos en los próximos días.
Foros empresarios en acción
Mientras tanto, en los encuentros empresarios es el tema excluyente por estos días. “¿Milei es o se hace?”, “¿Puede gobernar en caso de llegar al poder?, ¿Están echadas las cartas?”, son sólo algunas de las preguntas que se escucharon en la comida de recaudación de la Universidad Di Tella por parte de académicos, economistas y representantes ideológicos de líneas bien disímiles. Algunos optimistas aseguraban que el espejo que refleja la realidad que viene es más parecido al de Carlos Menem en el que antes de llegar al poder se mostraba de una forma y luego produjo una reforma profunda del país. Otros, bastante más escépticos, decían recordar la época y que nunca les habían gritado para intentar llegar al poder y que les genera un fuerte resquemor la intolerancia que perciben ante escenarios adversos. Al punto de que Eduardo Eurnekian, fundador de Corporación América y uno de los mentores de la carrera de Milei, se convirtió en uno de los protagonistas de la semana con sus declaraciones. Pero poco se conoce hasta ahora de la trastienda de ese momento. Es que nada fue como estaba previsto. O al menos no para la mayoría. Eurnekian avisó cerca del mediodía que finalmente asistiría al almuerzo del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP) que se produjo el miércoles.
El estresante tetris de las mesas se reacomodó en tiempo real para que ocupe su lugar habitual frente a, en este caso, la invitada principal: Patricia Bullrich. Los cerca de 242 comensales habían llegado muy puntuales a las 12.30 por pedido explícito de los organizadores dado que la candidata a presidente de Juntos por él Cambio tenía una agenda tan comprometida que hasta trasladaron el lugar del Alvear al Sheraton. Pero ella, con las disculpas del caso, llegó con más de 45 minutos de demora y acompañada por Carlos Melconian, su futuro ministro de Economía. A esa altura la bandejeada de empanadas de carne iba por su sexta recorrida.
A Eurnekian no se le escapan las frases. Las dice a sabiendas del impacto que tendrán: “Nos ha llenado el espíritu de esperanza”, le dijo a Bullrich a viva voz para que todos los presentes escucharan y para que no quedaran dudas afirmó con relación al candidato de La Libertad Avanza que: “Si no se modera, no estamos para aguantar otro dictador”. Eurnekian fue jefe de Milei desde 2008 hasta 2021. Sus declaraciones fueron a pocas horas de haberse publicado una entrevista con el Financial Times en la que el creador de Aeropuertos Argentina 2000 había definido a Milei como “alguien en quien confío será el candidato más promercado. Creo que sería muy buen presidente”. Lo describió como “una persona muy seria. Su honestidad lo caracterizaba y eso es importante”.
Esa entrevista se hizo hace más de tres semanas y antes del nombramiento de Melconian como referente económico principal de Juntos. A Eurnekian no le había gustado la definición de Milei sobre el Papa y mira con cada vez más recelo el impacto que puede generar a sus negocios una eventual llegada al poder del economista. “Tiene fuerte injerencia política y ha mostrado además una gran afinidad por dictadores como Castro o Maduro. Está del lado de dictaduras sangrientas”, había dicho Milei respecto del Papa. “Francisco es un hombre al que respeto y que lucha por la paz” lo reivindicó. Esa frase fue para el un punto de inflexión. Milei, en tanto, restó importancia al duelo discursivo frente a sus íntimos: “Nos conocemos hace mucho tiempo y tuvimos en el pasado diferencias que luego saldamos. Nada que me sorprenda”, afirmó.
En ese encuentro hubo también otro momento cumbre que no pasó inadvertido. “Estamos sumidos en una profunda incertidumbre política, social y económica. El país está a la deriva”, disparó Marcos Pereda, titular del Cicyp. Y agregó: “Este gobierno fracasó. Sus políticas, obsoletas en el mundo, nos empobrecieron y nos alejaron preocupantemente de los mercados internacionales…nos deja en la cornisa de una hiperinflación”.
“Ya todos conocemos la estrategia del gobierno, que, en vez de trabajar por el bien común de todos los argentinos, le entrega al siguiente una bomba a punto de estallar”, definió Pereda. Bullrich lo miraba con atención. Luego subió al escenario y se refirió al estado, la competitividad, la seguridad jurídica y la necesidad de una macroeconomía ordenada. Melconian respondió a todas y cada una de las preguntas económicas. Cada tanto surgía un aplauso entre los asistentes. Adelmo Gabbi, presidente de la Bolsa de Comercio, fue recurrentemente el primer aplaudidor y el que generaba la ola expansiva en un auditorio que todavía tiene más incertidumbre que certeza respecto de lo que puede ocurrir finalmente en la próxima elección.
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