Hans-Paul Bürkner: "Lo correcto es cambiar paso a paso, los shocks son muy dolorosos"
Para el presidente global de BCG no se deben esperar inversiones inmensas para el país en los primeros tres años; hay que aguardar hasta 2018 o 2019
Hans-Paul Bürkner es alemán y actualmente es el presidente global de la firma de estrategia de negocios Boston Consulting Group (BCG), de la que también fue CEO entre 2004 y 2012. Además, estudió en Yale, Oxford y en la Universidad de Ruhr. Pero en su CV no figura una cualidad que le permite hablar con autoridad sobre la Argentina: vino al país cada año durante los últimos 15 años. "Yo vine, pero pienso que muchos otros pueden haberse mantenido alejados por un tiempo", dijo a LA NACION respecto de las dificultades económicas que vivió el país durante el último tiempo.
En ese marco, dijo que el Foro Económico Mundial de América latina (que se llevó a cabo durante la última semana y del cual fue copresidente) "es para el país una oportunidad para presentarse a la comunidad de negocios de América latina y del mundo, y una buena ocasión para todos de reconectarse con la Argentina".
-¿Qué diferencias ve en el país respecto de los últimos años?
-La expectativa ahora es que el país se abrirá, que atraerá más inversión y así creará más empleo; que habrá más crecimiento y que mejorará el estándar de vida. En América latina, a lo largo de muchos años, vimos estos vaivenes extremos de gobiernos conservadores a otros más socialistas, de derecha a izquierda y de vuelta. Y cada gobierno trató de deshacer lo que se hizo antes, por eso el desarrollo ha sido muy lento y los países se estancaron. La región no desarrolló todo su potencial a pesar de que hay muy buena gente y muy buenos empresarios.
-La Argentina busca abrir su economía después de años de estar cerrada. ¿Cómo debe ser el proceso, gradual o de shock?
-Es difícil encontrar el camino adecuado. No importa lo descontenta que haya estado la gente con el pasado, le sigue preocupando el cambio. Lo correcto es cambiar paso a paso. Creo que los shocks son por lo general muy dolorosos. Y a la gente no le gusta sufrir. Para asegurarse de que haya cambio consistente en los próximos años o décadas, adoptar un enfoque gradual es realmente clave. Encontrar el ritmo adecuado no es fácil. Mucha gente dirá que es demasiado lento, otros dirán que es demasiado rápido. El presidente Macri trata de tener un enfoque mesurado, para construir cosas que se sostengan.
-¿Qué consejo les daría a los CEO en la Argentina?
-Hay que expandir los negocios y crear puestos de trabajo y aprovechar las oportunidades de la apertura de la economía para volverse más competitivos, pero también que apoyen el proceso de cambio. Si todos se quedan esperando a los demás, no sucederá nada y puede no tener éxito.
-¿Las empresas locales deben invertir antes que las compañías extranjeras?
-Sí. Por supuesto que vendrán extranjeros, pero la apertura significa, en primer lugar, que se abran los empresarios locales. E implica asegurarse de que las pymes no sean sofocadas por las normas o la corrupción.
-¿Cree que en la Argentina están sofocadas por la presión impositiva?
-Sucede en muchas partes del mundo, en América latina, en Europa, India y China. Se trata de crear el espíritu y el marco para que las compañías hagan un buen trabajo. Y protegerlas de que sean explotadas o chantajeadas. Los gobiernos en todo el mundo tienen que hacer las cosas mejor.
-Justo cuando la Argentina intenta abrir su economía el mundo da señales de proteccionismo...
-Creo que el mundo se abrió mucho. Pero este proceso no es una línea recta, hay alzas y bajas. Lo hemos visto en las décadas pasadas. Hay retrocesos. En este momento se habla un poco más en términos nacionalistas y en algunos países hay más medidas proteccionistas. Pero creo que veremos un mundo más abierto.
-¿O sea que el proteccionismo es un paréntesis dentro de una tendencia de mayor apertura?
-Sí. No habrá un retroceso masivo a economías nacionales, porque realmente se ha beneficiado a miles de millones de personas. También veremos que la retórica negativa de los últimos meses no será seguida de acciones tan severas. Habrá algunas cosas, renegociaciones de ciertos tratados, pero no se revertirá todo. Porque no se puede hacer. Muchos de los empleos que se perdieron en Europa y América del Norte fue por la automatización y no porque las fábricas se mudaron a China o México. El mundo seguirá estando más conectado que nunca. Y eso no es algo que uno pueda detener fácilmente.
-¿Y en la región?
-Sigue habiendo obstáculos significativos en América latina. Creo que los países pueden abrirse más entre sí y aumentar el intercambio, que entre empresas latinoamericanas es sólo el 20% del total. También se necesita crear conectividad física y mejor infraestructura, que está faltando en muchos casos.
-¿Dónde están las oportunidades para el país?
-Es un país grande, con 45 millones de personas, y esperemos que la economía vuelva a crecer. Es la tercera economía de América latina. Hay muy buen potencial. Por supuesto, se piensa primero en la agricultura, minería, petróleo y gas, pero tenemos que encontrar más oportunidades para invertir en la industria y servicios.
-Las inversiones están tardando en llegar a la economía real. ¿Qué tiene que pasar para que eso suceda?
-Reconstruir la confianza lleva tiempo. Antes de comprometer cientos o miles de millones en inversiones hay que estudiar y planificar. También hay que conseguir los permisos. Se tarda de dos a tres años antes de poder avanzar realmente. Así que hay que ser realista respecto de cuánta inversión se puede conseguir en los primeros años. Creo que si hay un buen impulso, llegarán en 2018 o 2019, eso sería bueno para el país.
-Pero, ¿van a llegar?
-Si vienen, mejor, pero no deben esperar inversiones inmensas en los primeros tres años. La gente quiere ver cómo van a evolucionar las cosas. Importa cómo resulten las elecciones de medio término. No es que sean tan cruciales, pero son muy importantes para las emociones y para la psicología. Las cosas siempre llevan mucho más tiempo de lo que uno espera.
Mini bio
Cargo
Presidente global de BCG
Estudios
PhD, Ciencias Sociales, Oxford University
Nacimiento
1952, Alemania
Cargos previos
Fue CEO de 2004 a 2012
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