Hans M. Schabert: "No me preocupa nada de la economía argentina"
La empresa rusa TMH Internacional puso sus ojos en Mechita, una diminuta localidad bonaerense, para construir la primera fábrica de trenes de la Argentina. Los US$70 millones que invertirá allí son solo una parte de los US$200 millones que desembolsará en total para fabricar y reparar en el país locomotoras y vagones de todo tipo. Consciente de la actual crisis local, el presidente de este gigante, Hans M. Schabert, dice: "No me preocupa nada de la economía argentina".
-¿Por qué eligieron la Argentina para invertir?
-Lo principal era ir adonde existiera un mercado. Lo segundo era que hubiera inversiones en la industria ferroviaria allí, y lo tercero, que reinara una relación entre ambos gobiernos y que el gobierno local estuviera dispuesto a hacer reformas e invertir. Las tres condiciones se cumplieron aquí.
-¿Qué hicieron en Mechita?
-Empezamos [a través de TMH Argentina] de la nada en Mechita, porque era un lugar abandonado, lleno de chatarra. Lo tomamos, lo reconvertimos y ya está funcionando como un taller ferroviario. Nuestro objetivo fue reconstruir Mechita y levantar nuestra fábrica sobre esos talleres, que fueron construidos hace 100 años. Hasta el momento, invertimos US$5 millones allí y tenemos 40 personas trabajando,
-¿Y a quiénes les van a vender vagones?
-Los primeros contratos ya aparecieron. Primero, los contratos privados para reparación de locomotoras, con NCA (Nuevo Central Argentino) y Fepsa. Además, nuestro objetivo es también participar en los proyectos de participación público-privada (PPP).
-¿Qué van a fabricar aquí?
-El tren completo. Trenes eléctricos, trenes diésel de pasajeros y locomotoras. También vagones, tanto de pasajeros como de carga.
-La red ferroviaria local está desmantelada. ¿Quién va a usar esos trenes?
-Hay un mercado de pasajeros muy grande y uno de carga muy importante. Sí es cierto que hay ramales desmantelados, pero los principales siguen en pie, como los que llevan 20 millones de toneladas de carga por año a los puertos de Rosario y Bahía Blanca. Y hay dos millones diarios de pasajeros que se mueven en el área metropolitana.
-¿Van a exportar?
-Sí, claro. Vamos a exportar a Bolivia, Paraguay, Perú, Uruguay y Brasil.
-¿Qué hablaron con el presidente Macri?
-Él está contento con lo que hacemos y nosotros no pedimos nada, ningún subsidio, ninguna exención impositiva, solo pedimos invertir y poder participar. Estamos dispuestos a invertir dinero privado, porque creemos en la Argentina. Además, nuestro diferencial es que vamos a requerir la integración de trabajo y componentes locales.
-La economía local no pasa por su mejor momento. ¿Qué es lo que más le preocupa de eso?
-No me preocupa nada de la economía argentina. Creemos en el gobierno argentino y en el futuro de este país. La nuestra es una inversión buena y de largo plazo, que asciende a US$200 millones, entre lo de Mechita y lo que haremos en otras ubicaciones. Solo la inversión en la nueva fábrica en Mechita, donde se fabricarán trenes de carga y de pasajeros de última tecnología, fue de US$70 millones y vamos a crear 400 fuentes de trabajo.
La apuesta por un pueblo con tradición ferroviaria
Fuera de Rusia, TMH Internacional tiene presencia en Egipto, Sudáfrica, Kazajistán, Cuba y varios países que fueron repúblicas soviéticas, además de la Argentina. Lo curioso del caso local es que no eligieron una gran ciudad, sino que pusieron las fichas en un pequeño pueblo bonaerense a la vera de la ruta 5: se llama Mechita y hace un siglo se hizo fuerte de la mano, justamente, de sus talleres ferroviarios. El lugar empezó a languidecer junto con el desmantelamiento de la red ferroviaria, pero ahora está a punto de revivir. Por eso, los ojos de sus habitantes más veteranos se llenan de lágrimas al ver el inicio del proyecto de TMH. "Tenemos un 'Mechita' en cada país donde estamos, pero el original está aquí", subraya Hans M. Schabert, presidente de la compañía.