H-P considera cambios en su cúpula
El presidente ejecutivo está en la cuerda floja
La junta directiva de Hewlett-Packard Co. estaba reunida el miércoles para estudiar el despido del presidente ejecutivo, Léo Apotheker, según personas al tanto del asunto, tras una turbulenta gestión de 11 meses en la cual la capitalización de mercado del gigante tecnológico se redujo casi a la mitad.
El potencial despido es el más reciente revés para una compañía que ha sido sacudida por una década de disputas en el directorio, salidas de presidentes ejecutivos y desorientación estratégica. Esta vez, es mucho más lo que está en juego.
Apenas seis semanas atrás, Apotheker anunció, con el aval de la junta directiva, un drástico plan de reestructuración de H-P, que incluía la escisión o venta de su negocio de computadoras personales, y un gasto de US$10.300 millones para adquirir una compañía británica de software. La junta directiva apoyó a Apotheker y su estrategia aun cuando algunos inversionistas criticaron las medidas y las acciones de H-P sufrieron un gran golpe.
Meg Whitman, ex presidenta de eBay Inc. que este año se incorporó a la junta directiva de H-P, es candidata a presidenta ejecutiva interina, según fuentes al tanto, sin embargo puede no estar interesada en el cargo. Otra persona familiarizada con el asunto dijo que no se había tomado ninguna decisión respecto a un sucesor.
Los miembros de la junta habían comenzado a hablar la semana pasada acerca de reemplazar a Apotheker, y la situación se planteó en la reunión de la junta regular del miércoles, dijeron estas personas.
Durante la última semana, la relación entre Apotheker y el miembro del directorio independiente de H-P Ray Lane también ha parecido tensa, según dos personas que conocen a los ejecutivos. La situación seguía cambiando el miércoles y no estaba claro cuándo la junta directiva llegaría a una decisión definitiva.
Una portavoz de H-P dijo que la compañía no hace comentarios sobre rumores y especulación. De ser despedido, Apotheker, de 58 años, enfrentaría un final ignominioso a su breve gestión y sería el más reciente revés para una compañía que apenas 13 meses atrás había sido considerada por Wall Street como uno de los gigantes tecnológicos mejor dirigidos. Desde que Apotheker se incorporó a H-P en noviembre, el precio de la acción de la compañía ha caído más de 40%, comparado con un avance de 1,6% en el Índice Compuesto Nasdaq, donde cotizan las empresas de tecnología.
También plantearía más interrogantes sobre la junta y el gobierno corporativo de la propia H-P. El directorio de la compañía fue objeto de algunas críticas por la manera en que el predecesor de Apotheker, Mark Hurd, fue despedido y por la manera en la que condujo una investigación interna sobre su conducta. Apotheker modificó
la junta y nombró seis nuevos miembros este año. En 2005, la junta de H-P había sido cuestionada por el despido de la entonces presidenta ejecutiva Carly Fiorina y un escándalo de espionaje en el que investigadores privados que contrató accedieron indebidamente a registros telefónicos y otra información sobre algunos miembros del directorio y periodistas.
Ayer, las acciones de H-P ganaron 6,7% para cerrar a US$23,98 en la Bolsa de Nueva York, después de conocerse reportes de las discusiones de la junta.
Entre las salidas en falso de Apotheker como presidente ejecutivo hubo tres reducciones de la perspectiva financiera de la compañía y la filtración de un memorando en el que fustigaba a altos ejecutivos. Pero la situación alcanzó su apogeo el mes pasado, cuando desató la ira de los inversionistas al anunciar planes de pagar US$10.300 millones por el fabricante británico de software Autonomy Corp. Al mismo tiempo, anunció planes potenciales de escindir el negocio de computadoras personales de la compañía de US$40.000 millones. También canceló la gama de tabletas y teléfonos inteligentes de H-P tras seis semanas en el mercado.
"Muchos perdieron la fe en el equipo de gestión y también en la junta directiva", dijo Pat Becker Jr., gerente de fondos de Becker Capital Management, de Oregón, que hasta junio tenía alrededor de 1,2 millones de acciones de H-P. "Necesitan ser decisivos para corregir la situación, trátese de cambios de gerencia o de estrategia".
No está claro si H-P revertirá el curso sobre algunas decisiones estratégicas de Apotheker si éste es despedido. Parece improbable que los directores puedan anular el acuerdo para la compra de Autonomy. Toni Sacconaghi, analista de Bernstein Research, escribió recientemente que la compañía está obligada contractualmente a seguir adelante con el trato a menos que haya "un cambio adverso sustancial" en la posición de Autonomy.