H-P apuesta su futuro a las imprentas digitales
Su división de impresión, la gallina de huevos de oro de la empresa, está estancada
Meg Whitman se comprometió a sanear las finanzas de Hewlett-Packard Co. en su primer año como presidenta ejecutiva del gigante tecnológico estadounidense.
Pero afronta un gran obstáculo. El crecimiento en la división de impresoras de H-P, por mucho tiempo su gallina de los huevos de oro, se está estancando. El negocio aporta más de la mitad de la ganancia anual de US$7.100 millones de la empresa.
A medida que el público en general y los empleados de oficina utilizan más los formatos digitales, las ventas en la división de impresión se mantuvieron el año pasado en US$25.800 millones. La ganancia operativa cayó 10% a US$4.000 millones.
Para acelerar el crecimiento y reavivar los números, Whitman está apostando en grande a prensas digitales de 22 metros de largo que cuestan entre US$1 millón y US$2 millones cada una. Estas máquinas —dirigidas a imprentas comerciales que producen libros, publicidad por correo y catálogos— buscan reemplazar las impresoras manuales offset que muchos negocios han usado por tanto tiempo.
Desde que presentó el prototipo de una imprenta digital en 2008, H-P ha invertido más de US$1.000 millones en la investigación y el desarrollo de las máquinas y productos relacionados.
Y el esfuerzo se acelera. H-P planea presentar nuevos modelos de imprentas digitales en marzo y luego hacer una aparición estelar en la gran feria de la industria en mayo en Düsseldorf, Alemania, donde tendrá el segundo stand más grande, de 5.140 metros cuadrados.
H-P también está cortejando a imprentas comerciales como Courier Corp., en Massachusetts, que compró tres prensas digitales H-P a partir de 2010 y ha usado las máquinas para lanzar un negocio de libros de texto universitarios adaptados al cliente.
Las imprentas tradicionales toman tiempo en instalarse y dan mejores resultados cuando producen miles de copias de la misma imagen. Las prensas digitales, en cambio, graban las imágenes electrónicamente, así que no hace falta el paso extra de cambiarlas.
Jim Conway, presidente ejecutivo de Courier, asegura que los ingresos de su negocio de libros de texto personalizados se quintuplicaron en 2011 tras generar "unos cuantos millones de dólares" el año previo, y espera que se dupliquen en 2012.
Whitman, que H-P no dejó que fuera entrevistada para este artículo, debe hacer que sus estrategias produzcan dinero para fortalecer las finanzas de la empresa.
La compañía con sede en Palo Alto, California, terminó el año fiscal en octubre con US$8.000 millones en efectivo y US$23.000 millones en deuda a largo plazo, en comparación con US$11.000 millones y US$15.000 millones, respectivamente, un año antes.
Las reservas en efectivo de H-P se redujeron el año pasado bajo el mando de Léo Apotheker, quien usó más de US$10.000 millones para financiar la adquisición de la empresa de software Autonomy Corp., y más para cubrir costos de reestructuración, incluido la cancelación del sistema operativo webOS de la empresa.
Los inversionistas están perdiendo la paciencia. Las acciones de H-P cayeron cerca de 40% en los últimos 12 meses, y alcanzaron un mínimo de seis años a fines del año pasado.
En su esfuerzo por recuperarse, H-P afronta un número de competidores en el mercado de imprentas digitales, como Eastman Kodak Co., Canon Inc. y Ricoh Co., que en 2010 vendieron más unidades cada uno que H-P, según los datos más recientes disponibles de la firma de investigación InfoTrends.
Aun así, H-P está haciendo avances. En los primeros nueve meses de 2011, la empresa ascendió del quinto puesto al segundo, informa InfoTrends.
H-P ha vendido un poco más de 50 imprentas web desde el debut de la máquina en 2009, indicó la compañía.
Las prensas digitales "es el área de mayor crecimiento para nosotros", dice Vyomesh Joshi, jefe de la división de impresión de H-P. Se prevé que las ventas de imprentas crezcan más de 20% al año, de acuerdo con InfoTrends.
El crecimiento ocurre a pesar del hecho de que las máquinas son muy caras para muchas empresas de impresión, que tienden a ser negocios pequeños y medianos que han hecho inversiones significativas en impresoras tradicionales.
Chris Morgan, vicepresidente de H-P encargado del negocio de imprentas digitales, reconoce que las máquinas a veces no son fáciles de vender.
"Alguien que haga ese tipo de inversión tiene que tener suficientes negocios", dice.
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