Guzmán inicia una ronda de encuentros con banqueros: buscará convencerlos de que le compren bonos a mayor plazo
La cita tiene en cuenta el vencimiento de fin de mes y los $3,6 billones por renovar en lo que resta del año
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El ministro de Economía, Martín Guzmán iniciará mañana una ronda de encuentros con representantes de los bancos privados en un intento por convencerlos no sólo de que sigan financiando al Gobierno, sino para que y, en lo posible, aumenten su exposición al sector público incorporando además papeles de deuda a mayor plazo.
Será cuando reciba a los banqueros agrupados en Adeba, la cámara en que se nuclean los privados nacionales, un día antes de hacer lo propio con los que se referencian en ABA, la asociación de bancos internacionales.
La necesidad de emprender esa cruzada la comenzó a evaluar al ver los resultados de la primera licitación de deuda del mes, una subasta pequeña en la que el Gobierno obtuvo un ratio de financiamiento del 123% pero tras haberse resignado a emitir instrumentos por vencer en el presente año y convalidado un salto de hasta tres puntos en las tasas de interés.
Pero la definió luego de haber coordinado con el Banco Central (BCRA) un aumento en la tasa de referencia de la economía (definida por las Letras de liquidez -Leliqs-) inferior a la dispuesta para las colocaciones a plazo fijo, en un intento por ayudar a los bancos a captar más depósitos y -a la vez- volcar esa liquidez a la compra de los títulos que el Gobierno debe emitir para financiar los $3,6 billones que le vencen en el presente ejercicio y los fondos extras que deberá captar para cumplir con el programa financiero incluido en el acuerdo con el FMI.
La estrategia se pactó en una serie de reuniones, que en algún caso incluyeron al flamante ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli (quien quedó a cargo de emprolijar el cepo a importadores), luego de que el BCRA emitiera más de $300.000 millones para recomprar títulos en pesos indexados y mejorar el rendimiento de estos papeles. Este venía de ser afectado por una corrida de ventas gatillada tras el inusual desarme de posición que hizo la empresa Integración Energética Argentina Sociedad Anónima (IEASA) de su tenencia en un fondo especializado en invertir en estos papeles, un esfuerzo destinado precisamente a facilitar la anterior subasta de deuda del Tesoro.
El pedido oficial llegará en un momento sensible. Cuando arrecian las dudas sobre la sustentabilidad de la deuda emitida por el Gobierno precisamente en pesos ajustables por inflación, al mantenerse esa variable descontrolada y generar una “bola” que crece en algo más de $17.000 millones por día sólo por la indexación, una incertidumbre alentada además por trascendidos que indicaron que algunos miembros de la oposición habrían expresado su predisposición a reestructurar este pasivo si en 2023 sucedieran a la administración Fernández.
Según datos de la consultora Equilibra, la deuda oficial emitida en pesos ya llega a los $11,2 billones (14,5% del PBI), la mayoría emitida con cláusula CER, y los privados, en especial los institucionales como bancos, fondos de inversión y compañías de seguros, tienen en sus carteras cerca de la mitad de ella.
En el caso de los bancos, vienen incrementado sostenidamente su exposición a bonos del Estado. De hecho, su tenencia de bonos públicos, que representaba 10% promedio de su activo al inicio de la administración Fernández, ya explican hoy más del 17% promedio del mismo, según dejan ver los últimos informes oficiales. Y en el caso de los bancos privados más grandes, esa posición escala al 30%, como dejaron a la vista sus últimos balances.
Desde las entidades admitieron a LA NACION que sus preferidos hasta aquí eran los bonos CER, dado que les servían para protegerse patrimonialmente. Pero la incertidumbre que se generó sobre el futuro de esa deuda los volvió más cautelosos al respecto, como quedó a la vista en la última subasta, en la que ya rehuyeron de exponerse a papeles por vencer tras el próximo recambio de gobierno.
“Entendemos las necesidades del Gobierno, pero a la vez ellos deben ponerse en nuestro lugar: cerca del 70% de los plazos fijos se pactan a un mes. ¿En un contexto dominado por el cortoplacismo, por cosas que nos exceden, nos van a pedir alargar plazos?. La voluntad de acompañar existe pero creo que hay que generar las condiciones”, adelantó un representante de la banca privada nacional.
“Con una tasa de riesgo país volando por el aire otra vez será difícil no tener observaciones de casa matriz en caso de querer aumentar la exposición”, concedió a la vez un ejecutivo de un banco internacional.
La mirada de Guzmán está básicamente puesta en la licitación a celebrarse la semana que viene, donde buscará captar mínimamente unos $530.000 millones para renovar la deuda que le vence y conseguir al menos un 20% más para cubrir el abultado déficit del mes, tras haber tomado por vía de la maquinita ya $232.000 millones del BCRA en la primera quincena. La mitad de esos vencimientos están en manos de organismos públicos. La duda está puesta en cómo convencer al resto (“los privados”) no sólo de que reinviertan los que les vence, sino que acepten jugarse con alguna “fichita” más.