Guzmán: "El presupuesto 2021 va a tener la visión de país que queremos pospandemia"
El Gobierno comienza ya a dar vuelta la página. En momentos en que crece la angustia por el encierro y la falta de ingresos en los hogares de muchos argentinos, y cuando el presidente Alberto Fernández anunciaría hoy una nueva prolongación de la cuarentena con nuevas flexibilizaciones, el Poder Ejecutivo comienza a pensar en el diseño de la pospandemia.
"El presupuesto 2021 que va a tener reflejada la visión del país que queremos construir pospandemia", afirmó a LA NACION el ministro de Economía, Martín Guzmán. En el Palacio de Hacienda -que hoy debió ser evacuado por una pérdida significativa de gas- ya anticiparon que junto con la ley de leyes también están trazando una reforma tributaria calificada como "progresiva". El Presidente se lo ratificó anoche a los principales empresarios del país.
El primer mandatario les adelantó a los hombres de negocio que buscaría ampliar la base recaudatoria e impulsar una simplificación fiscal. Dicho de esta manera, sonó como miel para los oídos de las empresas. Traducido: para las compañías se trata de la lucha contra la informalidad (que genera competencia desigual) y la eliminación de la burocracia. Anoche también hubo alguna alusión, como en días pasados, al trabajo que realizan los contadores.
Sin embargo, entre las pistas que fue dejando primero Guzmán y luego el Presidente asomaron la "progresividad" como eje en el fomento de nuevos ingresos, y una imposibilidad de rebaja del gasto. En el ministerio de Hacienda afirman que no existe margen para eso, sino más bien para refocalizarlo en los sectores que más lo necesitan. Es la única forma de empujar, desde el Estado, la demanda agregada. En ese sentido, ni el ministro ni el Presidente respondieron aún si la reforma traerá mayor presión fiscal, un importante reclamo del sector privado.
El Gobierno adelantó que este año distribuirá partidas gracias a los superpoderes especiales que le fueron concedidos al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y que desataron las críticas de la oposición. No obstante, cerca de Guzmán ya confirmaron que enviarán el próximo 15 de septiembre el proyecto de presupuesto del año que viene al Congreso. El rediseño del flujo de los ingresos, y la definición del gasto es la agenda que viene y que el oficialismo busca instalar.
Tanto esa ley como las reformas estructurales son además demandas que bonistas y otros acreedores, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), reclaman para dar previsibilidad a la capacidad de pago del país. La Argentina está en medio de una renegociación con acreedores privados, pero también buscara ingresar luego en un nuevo programa con el organismo multilateral. Las palabras de Guzmán son señales también para ellos.
"Estamos trabajando en múltiples frentes para sostener a la economía en estos tiempos de pandemia y en generar condiciones para una economía tranquila cuando el Covid-19 nos dé tregua", señaló el ministro, que ayer acompañó a los empresarios y al Presidente en Olivos.
"Ayer estuvimos reunidos con Santiago Cafiero y todo el gabinete en el CCK trabajando en el presupuesto 2021, que va a tener reflejada la visión del país que queremos construir post-pandemia, que es la de una Argentina inclusiva, dinámica, estable, federal y soberana", dijo.
"Una Argentina que genera trabajo y que progresa sobre bases firmes, en la que el desarrollo de las regiones sea equitativo, en la que la generación de conocimiento tenga un rol central, y en la que haya justicia social, acabando con disparidades inaceptables, incluidas las disparidades de género", agregó a LA NACION el economista.
En los próximos días Guzmán presentará una enmienda a la oferta original que le presentó a los bonistas a fines de abril pasado y que tuvo una baja aceptación el 8 de mayo. Las negociaciones fueron extendidas esta semana hasta el 12 de junio, pero la presentación de la enmienda abrirá un nuevo período que extenderá, por lo menos, 10 días la negociación.
Tanto el Gobierno como los comités están hoy fuera de los convenios de confidencialidad o los non disclosure agreement (NDA, según las siglas en inglés), que reflejan el acercamiento para cerrar los números finales. Los fondos no extienden estos acuerdos para poder "tradear" en el mercado, pero también como un elemento de presión hacia el Gobierno.
En la semana, el FMI -un aliado clave hoy de Fernández en la renegociación por la deuda- señaló que el país tiene un margen limitado para mejorar su propuesta. Fuentes vinculadas al organismo multilateral indicaron que un valor presente neto superior a 50 centavos por dólar (a tasa de descuento del 10%) no es sustentable para la Argentina. Por otro lado, el comunicado del FMI, en sintonía con la posición argentina, estima que la mejora en la oferta sería viable siempre y cuando se realice sobre los pagos que el país deberá hacer desde 2024.
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