Martín Guzmán dijo que "es necesario un alivio de la carga de la deuda” y les pidió "buena fe" a los bonistas
Lo que el ministro de Economía, Martín Guzmán, presentó como una conferencia de prensa para informar el envío de un proyecto al Congreso para la Restauración de la Sostenibilidad de la Deuda –sin detalles de la oferta final para los bonistas con papeles bajo legislación extranjera– tuvo el objetivo de advertir a los acreedores lo "desordenado" que puede ser un default en la Provincia de Buenos Aires y cómo eso puede generar "ruidos" en la negociación a escala nacional.
Pero la noticia del proyecto oficial tomó vuelo, porque se conoció casi al mismo tiempo de que en Davos, Joseph Stiglitz –economista cercano a Guzmán–ratificara en una entrevista a Bloomberg que los bonistas argentinos deberán enfrentar "fuertes pérdidas". Entonces crecían los rumores de que grandes fondos no avalarían el pedido de Axel Kicillof de postergar el pago del bono BP21, que vence el 26 de enero. Las versiones no fueron confirmadas.
El riesgo país subió más de 5% tras el anuncio de Guzmán de que no habría auxilio a la provincia de Buenos Aires y luego las palabras de Stiglitz sobre presuntas "significativas quitas" en el proyecto de reestructuración de la deuda pública argentina.
"La propuesta concreta no la presentaremos hoy. Será comunicada en forma oportuna", dijo Guzmán sobre los detalles de la oferta nacional a los bonistas. Agregó que la iniciativa que envía al Congreso estará dentro del marco de la ley de Administración Financiera, e incluirá disposiciones sobre plazos, tasas y montos de capital. En el Boletín Oficial, ya confirmaron que el proyecto de Ley de Restauración de la Sostenibilidad de la Deuda Pública Externa se tratará en las sesiones extraordinarias.
"Los detalles estarán en el momento que corresponda", volvió a decir y luego esquivó la pregunta de LA NACION sobre los dichos de Stiglitz. "Esperamos el apoyo del Congreso", señaló el funcionario. Semanas atrás, el Gobierno había logrado la firma de un documento apoyando la renegociación de la deuda de parte de los sindicatos y algunas cámaras empresarias.
El ministro dijo que la estrategia de la deuda de la provincia de Buenos Aires está "coordinada" con la nacional. "De nada serviría hacer un salvataje", anunció Guzmán y descartó un auxilio para pagar los vencimientos provinciales. "Eso podría hacer explotar el gasto", alertó sobre otros reclamos que podrían llegar desde otras provincias.
"Trabajamos de forma coordinada y pedimos a los bonistas la misma buena fe. Que nos den el tiempo necesario para resolver el descalabro económico, las condiciones para crecer y recuperar la capacidad de pago", indicó sobre la provincia.
El funcionario recordó que el gobierno nacional ya había hecho un reperfilamiento unilateral –similar al de Macri– de cerca de US$9000 millones de letras del Tesoro (Letes) en dólares, que se pagarán a fines de agosto. En ese sentido, remarcó que tanto Nación como la provincia de Buenos Aires seguirán pagando intereses. Recordó que el gobierno nacional estuvo pagando vencimientos con reservas.
"Se sirven los intereses, pero ningún país del mundo paga las amortizaciones de capital. Se refinancian", dijo Guzmán, que agregó que "no tiene sentido pagar a tasas prohibitivas". Los vencimientos de capital más importantes para la Nación son en el segundo semestre del año. El ministro advirtió que un default en territorio bonaerense "perjudicaría a todas las partes" y "generaría ruido" en las negociaciones.
Guzmán había comenzado su conferencia haciendo una descripción de la situación en la que había encontrado las cuentas públicas. "La situación es crítica. Hay una profunda crisis de deuda. Lo que se ha hecho es un desastre. Se rifó el acceso a los mercados en dos años. Aumentó brutalmente el endeudamiento y no creció la capacidad productiva para poder pagar la deuda. Le pedimos al FMI el préstamo más grande en la historia y lo usamos para financiar la salida de capitales", dijo.
Luego agregó que las actuales conversaciones con el Fondo son "constructivas", y señaló que el plan con el organismo es de la Argentina y sin condicionalidades. "Queremos reperfilar el sendero de pagos", estimó sobre el acuerdo Stand-By (SBA).
Tanto los acreedores privados como el FMI esperan que el Gobierno presente un plan de mediano plazo para avanzar en las negociaciones por la deuda. Hasta el momento, los analistas creen que sólo se difundió un programa de estabilización, que no da previsiones certeras sobre la situación fiscal, monetaria, cambiaria, la lucha contra la inflación, las tarifas de los servicios públicos ni sobre reformas estructurales.
Guzmán se reunirá con Kristalina Georgieva, la directora gerente del FMI en unas jornadas en el Vaticano entre el 4 y 5 de febrero. Días antes, el ministro de Economía viajará a Nueva York para participar de una reunión del Consejo de las Américas. "Hoy nos toca restaurar la sostenibilidad de la deuda. La voluntad de pago está. Necesitamos generar capacidad, alivio. Estamos dando pasos firmes para recuperar eso. Pero no vamos a hacer promesas rimbombantes", cerró el minsitro.
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